SE SIGUE DESTRUYENDO CAPITAL Y AMENAZANDO LA PRODUCTIVIDAD DE LA ECONOM A

Advierten al Gobierno para que no repita los errores de los ’90

La Mediterránea señaló que la recuperación económica es menos importante que a la salida del Tequila y advirtió que el contexto externo puede revertirse

El gobierno de Néstor Kirchner enfrenta un contexto internacional favorable al crecimiento de la economía, pero debe cuidarse de repetir los errores del período 1995-97, cuando la Argentina desperdició una oportunidad histórica para consolidarse luego de la salida del efecto tequila.

Los desafíos son numerosos:



Una negociación económicamente viable y a la vez financieramente factible de la deuda en default, con el agregado de una política oficial que ayude a las empresas privadas a reestructurar su voluminoso pasivo en moneda extranjera.



La fijación de un marco regulatorio creíble para los servicios públicos, incluyendo una recomposición de los ingresos de las empresas proveedoras que restablezca su ecuación económica y permita despejar del horizonte una gran parte de los numerosos desafíos legales al estado argentino ante Tribunales internacionales



Una nueva ley de Coparticipación Federal, con eficiencia recaudatoria e incentivos para la buena conducta fiscal de las provincias, pero que a la vez tenga en cuenta la realidad política y sea capaz de pasar el filtro del Congreso.



Políticas antipobreza diseñadas con criterio de necesidad y no de clientelismo político, incluyendo tarifas sociales a la chilena.



También –en todos los niveles– fortalecimiento institucional, para que desde el aparato científico-tecnológico hasta las economías regionales encuentren en el sector público un coordinador y promotor de sus esfuerzos y no una máquina de impedir que ahogue la creatividad en una telaraña regulatoria a contramano de los incentivos del mecanismo más eficaz de asignación de recursos: el mercado.

Todo eso y mucho más fue objeto de discusión en el seminario con el que la Fundación Mediterránea celebró su XXVI aniversario.

La recuperación tras la devaluación y pesificación de enero 2002, precisó Gabriel Sánchez, director de investigaciones del Ieral, brazo investigativo de la Mediterránea, fue notable en los sectores transables, pero menos importante que a la salida del Tequila si se toma en cuenta el conjunto de la actividad económica, medidos por el EMI y el EMAE, respectivamente.

Un riego, advirtió el economista, es que pese a que el mismísimo Roberto Lavagna habló de los ’90 como la década desperdiciada, pareciera que el Gobierno cree que los buenos precios de los commodities (en especial, de la soja) son eternos, y ya está empezando a aumentar el gasto público. El contexto externo puede revertirse, como pasó tras el boom de mediados de la década pasada. Además, dijo Sánchez, el sector industrial ya insinúa cuellos de botella. El promedio de 67,2 % de uso de capacidad instalada en el sector manufacturera, precisó, oculta que el nivel de uso en las industrias metálicas básicas ya llega a 91,5%, en Papel y Cartón a 85,8% y en Refinación de Petróleo a 84,5%.



Inversión en alza

La buena noticia es que, tras tocar un piso de 12% del PIB el año pasado, la inversión está creciendo, pero está aun lejos de un nivel adecuado para lograr una tasa sostenible de crecimiento, amén de estar inflada por un boom del sector construcción. Los ladrillos no tienen nada de malo, pero no son el tipo de inversión más favorable al crecimiento futuro.

Por ahora, aportó Jorge Vasconcelos, la Argentina sigue destruyendo capital y amenazando la productividad de la economía. “El clima de inversión todavía es frío y no se advierte un rol claro del sistema bancario en cuento a la financiación del crecimiento , señaló el investigador. El problema no es el nivel de depósitos, sino que el país vive el mundo del revés. Un número importante de firmas “triple A está en default, al punto que 63 de los 100 mayores deudores están en situación irregular, mientras que las Pymes salieron de la crisis con un calificación mejorada, por efecto de la pesificiación. En ese contexto, el sistema bancario tiene un sesgo extremadamente cortoplacista y se vuelca al crédito de consumo y al cobro de comisiones.

El más importante desafío para despejar a mediano y largo plazo el panorama macro es la reestructuración de la deuda, aspecto en el que Guillermo Mondino notó la peligrosidad de la estrategia oficial, de una renegociación agresiva con el objeto de maximizar la quita y reducir rápidamente la deuda en relación al PIB, en vez de un enfoque más amigable hacia los acreedores, que permita un retorno más rápido al mercado y haga posible la refinanciación futura de los baches financieros que emergerán, incluso en el mejor de los escenarios que enfrente el Gobierno.



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