

Las empresas de tecnología ponen en marcha iniciativas de responsabilidad social empresaria. Mientras algunas dirigen proyectos vinculados directamente a su negocio, otras incursionan
en ámbitos como la nutrición y la protección
de escuelas. Las experiencias de Openware, Tecnonexo, CWA, Prominente y Microsoft.
El debate por encontrar una definición sobre qué es la responsabilidad social empresaria (RSE) hasta el momento no ha llegado a una conclusión acabada. ¿Qué abarca? ¿Debe estar vinculada al negocio? ¿Hay que evitar el asistencialismo? No hay una única respuesta y las empresas de tecnología encaran las acciones de diversas maneras.
Las compañías del sector que incursionan en la RSE tienen conceptos diferentes sobre esta actividad. "Una organización nunca llega a ser socialmente responsable del todo, porque el fin se va moviendo, siempre hay más cosas para hacer", dispara Federico Seineldin, fundador y CEO de Openware, que provee soluciones de seguridad y gestión de infraestructura de redes y sistemas operativos. Para la empresa de e-learning Tecnonexo, el compromiso empieza por hacer con excelencia el trabajo de todos los días. "Estamos en el mundo de la educación, ayudamos a que las personas mejoren su desempeño mediante soluciones de aprendizaje, y eso tiene una finalidad concreta, socialmente provechosa", resume Marcos Fontela, su gerente general.
Según Gabriel Motta, coordinador de Acciones de RSE de la empresa de redes Lucent Technologies, los proyectos que encaran se relacionan con el negocio. El ejecutivo asegura: "No se trata de atender una necesidad puntual, sino de favorecer al desarrollo del sector de tecnología informática como una herramienta que mejora la calidad de vida.
No nos metemos en lo que no sabemos hacer".
En cambio, según María Cozzi, gerente de Calidad del proveedor de software Grupo Prominente, con sede en Córdoba, las acciones de RSE no tienen que estar necesariamente vinculadas al negocio. "Nosotros apuntamos a la alimentación y a la educación; queremos devolver a la sociedad parte de lo que nos brinda", expresa.
En acción
Prominente participa del programa "Hagamos un buen papel", que lleva adelante Cáritas, para el que aporta el equivalente a 240 porciones de desayuno por mes. También donó 400 horas de trabajo para la construcción de un sitio web para "Red Tejiendo Esfuerzos", un grupo de ONGs cordobesas. "Tratamos de no dar dinero, y si lo hacemos, no estamos autorizados a comunicarlo", advierte Cozzi.
Desde 1997, la empresa de software de gestión CWA trabaja con el hogar para chicos de la calle ADAND (Asociación de Asistencia a la Niñez Desamparada), con APAER (Asociación de Padrinos de Alumnos y Escuelas Rurales) y con la escuela N° 39 de Hudson. "Empezamos con un perfil filantrópico, donábamos dinero para apoyar los proyectos de diversas instituciones", recuerda Juliana de León, gerente de Relaciones Institucionales de la firma. A partir de 2005, la compañía unificó todas las acciones en materia de RSE bajo el nombre "Futuro Soñado", con el foco puesto en la educación. Desde entonces, otorga a la Fundación Cimientos diez becas de estudio, de las cuales dos son aportadas por los empleados. También donó equipamiento y 200 libros para instalar un rincón de lectura en la fundación ADAND. “CWA asigna el 1% de su facturación anual a estas acciones , explica de León. La empresa facturó en 2005 $ 4 millones y en el primer semestre de este año llegó a $ 2,5 millones.
Lucent tiene tres proyectos vinculados con la educación. El "Global Day of Caring" se realiza desde 1995 en conjunto con la Fundación Leer y busca incentivar la lectura y promover la alfabetización. Es un voluntariado de los empleados para organizar salas de lectura en instituciones educativas, además de aportar infraestructura y libros. La acción demanda u$s 1.000 y alcanza a unos 100 niños.
A través de la Fundación Lucent, la empresa apoya a la Fundación SES (Sustentabilidad, Educación y Solidaridad) para mejorar la educación y la inserción laboral de los jóvenes. "Por ahora sólo aportamos dinero, pero estamos pensando en hacer pasantías para que los chicos conozcan más sobre tecnología y la tengan como horizonte en su futuro", amplía Gabriel Motta. El programa se desarrolla desde 2001 y ya acumula unos u$s 450.000 invertidos. Hasta el momento, se beneficiaron directamente 3.754 adolescentes e indirectamente 60 directivos, 280 docentes y 400 jóvenes.
El proyecto "Navegar.Sur", también de SES, fue diseñado para capacitar e insertar en el ámbito laboral a 450 jóvenes de cinco localidades del país. Como resultado, un 79,5% logró su primer empleo (51,6% en actividades vinculadas con la IT) y se alcanzó una continuidad laboral superior a los seis meses. Por último, y a través de la Fundación Leer, Lucent participa de "Galería de Autores", una iniciativa para armar una página web que vincula a autores de la literatura infantil con chicos de la escuela primaria. Para este proyecto, la compañía aportó u$s 3.000.
¿RSE o negocio?
Consultadas sobre la participación de los empleados en la elección de las área de acción de la RSE, las empresas respondieron que no hay un canal sistematizado al respecto. La excepción fue Tecnonexo, que cuenta con un proceso democrático: se convoca semestralmente a los empleados para que propongan temas, se vota por uno y toda la empresa elige el plan que se llevará a cabo. Este año, la compañía formalizó sus iniciativas bajo el programa "Valor TN", que tiene asignado un presupuesto anual de u$s 35.000, sin contar las horas/hombre donadas. El objetivo es ayudar a organizaciones que no tienen fondos para encarar proyectos pero sí la estructura y el “know how . En este marco, Tecnonexo desarrolló cursos de e-learning para que los responsables de los centros comunitarios de la Fundación CDI (Educación e Inclusión Digital) se formen y puedan cumplir mejor su tarea de acercar la tecnología para que la gente tenga más posibilidades en el mundo laboral.
La filial local de Microsoft tiene cuatro líneas de programas de RSE. "Apuntan, sobre todo, a aquellos que están excluidos y que no pueden contar con una PC, porque hoy son los analfabetos del siglo XXI", explica Javier Bártoli, gerente de Comunicacio-nes Corporativas de Microsoft para Argentina, Paraguay y Uruguay.
"Alianza por la educación" busca que docentes de escuelas públicas se capaciten en tecnología -menos del 30% la usaba como herramienta-, para que luego lo puedan transmitir a los alumnos. Para tal fin, la compañía tiene un aula móvil de educación digital en la provincia de Buenos Aires, realizó el encuentro Intent.ar (en el que capacitó a 1.500 educadores) y organizó un foro para 520 alumnos de séptimo grado junto con el área de Naciones Unidas involucrada en la lucha contra el SIDA. Este programa lleva insumidos u$s 3 millones en cinco años y a fin de 2006 habrá beneficiado a 46.000 docentes y 2,7 millones de alumnos de escuelas públicas.
El plan Mi PC también tiene un capítulo de responsabilidad social: se donan $ 4 por cada computadora vendida. Con esa suma, se abrieron siete centros de inclusión digital y se inaugurarán otros diez este año. Microsoft también lleva invertidos $ 16 millones en el "Plan Más", un acuerdo con el Ministerio de Trabajo para otorgar 1000 becas anuales en capacitación en tecnología .Net a alumnos del último año de escuelas técnica.
Pero, ¿en qué medida estas acciones de capacitación pueden considerarse RSE? "Las universidades argentinas gradúan por año a 3.000 profesionales y la necesidad del mercado es de 9.000. Por eso, si nosotros no contribuimos, tenemos un problema en la economía y en el desarrollo del país", explica Bártoli, quien agrega que este año donarán laboratorios de software de última generación a las universidades implicadas.
Para Federico Seineldin, CEO de Openware, este tipo de entrenamiento laboral "es una acción hacia la comunidad que busca directamente el retorno de la inversión". Aunque sostiene que “cualquier forma de ayuda es válida .
Empezar por casa
Si bien Openware tiene varios programas de RSE con la comunidad, considera importante comenzar puertas adentro. La firma rosarina participa de la rentabilidad del negocio a todos los empleados -entrega un bonus proporcional al salario si se cumplen las metas generales-, les otorga préstamos de dinero y dio de alta un blog en Internet donde pueden escribir sin censura. Cuentan con una persona totalmente abocada a RSE que responde directamente al CEO y realizan eventos de toma de conciencia sobre el tema. También se flexibilizaron los horarios y la gente puede trabajar desde su casa en algunas ocasiones.
Sin embargo, Seineldin considera que el pago de impuestos o que el personal esté en blanco también es RSE. "Todas las empresas deberían tener ese piso. La responsabilidad social no es cumplir la ley, es un plus", asegura el ejecutivo. La empresa firmó el Pacto Global, un programa de Naciones Unidas para el compromiso de las empresas con respecto al medio ambiente y los derechos humanos de los trabajadores.
"Se empieza por casa", coincide Gabriel Motta, de Lucent, y asegura que en la empresa hay códigos de ética y que -a su juicio- son considerados "un empleador que da igualdad de oportunidades". Además, dentro de la compañía hay una declaración de derechos humanos y una línea para denunciar actitudes no éticas. Tecnonexo también cuenta con una política de RSE hacia adentro de la organización. "La persona a cargo está dentro del área de Recursos Humanos y no en Marketing o Relaciones Institucionales. Eso habla del foco y el tono que le damos", explica Marcos Fontela.
Hacia la comunidad, Openware tiene dos ejes bien marcados. El primero, vinculado con el negocio, incluye acciones como "Escuela Hacker", un programa realizado en conjunto con la ONG Nodo Tau, de educación para chicos del secundario, sobre el uso de herramientas de software libre y seguridad; el proyecto "Dogo", que se realizó junto con la Universidad Nacional de Rosario y consistió en la construcción de un prototipo de firewall nuevo de licencia libre (tipo GPL), y una iniciativa con la Universidad Católica de Rosario para generar espacios donde pensar proyectos opensource y de software libre.
"Las empresas tienen maquinaria obsoleta que muchas escuelas necesitan. Se podría, también, incrementar el voluntariado. Pero los recursos están abocados a los propios proyectos de las compañías y es un problema destinarlos a la RSE", opina María Cozzi, de Prominente.
Por su parte, Seineldin considera que las empresas de tecnología deben aportar soluciones creativas e innovadoras: "Las empresas de IT pueden agregar mucho valor. Somos responsables de generar un tejido social nuevo, de articular y trabajar en red, cosa que en tecnología sabemos hacer".