Los commodities estuvieron en el centro de una de las primeras burbujas financieras que se recuerdan: la de los tulipanes de Holanda, en el siglo XVII. El precio de esa flor trepó por la enorme demanda inversora para llegar, tras multiplicarse por 10 en dos meses, a 1.500 florines en febrero de 1637, monto que aproximadamente equivalía a lo que ganaba un maestro carpintero en cuatro años y no estaba respaldado por la relación entre oferta y demanda. Por el costo récord, la demanda se evaporó rápidamente y el precio del tulipán se derrumbó.

Casi 400 años más tarde, algunos analistas insisten en que el mercado de los commodities está en medio de otra burbuja, porque los precios del crudo, el cobre, el trigo y el café tocan picos récords y atraen grandes inversiones financieras.

Esto es lo que opina Tobias Levkovich, jefe de Estrategia de Citigroup, quien en un informe reciente señaló que los commodities, particularmente el oro, parecen mostrar “perspectivas de burbuja porque el “dinero fácil y la especulación se combinan para impulsar los precios a alturas insostenibles .

Pero la cuestión de si los commodities realmente representan la tercera burbuja de la década –la de las puntocom estalló en 2001 y la del mercado hipotecario subprime, el año pasado– todavía está en debate.

Kevin Norrish, analista de Barclays Capital, no está de acuerdo. “El aumento en los precios está impulsado por los principios fundamentales , dijo y mencionó la robusta demanda, los retrasos en la oferta pese a los precios altos y los saltos en los costos de producción.

Por su parte, John Kemp, economista de Sempra Metals, firma comercializadora de commodities con sede en Londres, dijo que puede haber surgido una burbuja porque los inversores acumularon materias primas por la expectativa de que los precios sigan trepando. Pero “sería un error suponer que los precios subirán más sin perjudicar la economía y desencadenar una respuesta de los bancos centrales preocupados por la inflación , opinó Kemp.

Pese a los desacuerdos, los analistas coinciden en que el interés de los inversores en los commodities alcanza niveles altísimos, lo que plantea preguntas sobre qué es lo que está detrás de este auge y cuál ha sido el impacto de ese interés.

Jim Lennon, de Macquarie Bank en Londres, puntualizó que los índices de inversión en commodities treparon de menos de u$s 10.000 millones en 1998 a alrededor de u$s 142.000 millones el año pasado. Y los inversores agregaron otros u$s 30.000 millones en los primeros dos meses de este año. Además, inversores institucionales entrevistados la semana pasada por Barclays Capital dijeron que seguirán volcando dinero en commodities para diversificar sus carteras –los commodities suelen subir cuando las acciones y los bonos caen– y como protección contra la inflación.

Los analistas preocupados por la burbuja sostienen que estos inversores podrían simplemente estar estacionando su dinero en un sector que ofrece fuertes retornos, mientras dure la debilidad en bonos y acciones. Pero para Ed Morse, de Lehman Brothers, aunque los flujos de inversión contribuyeron a las alzas en los precios, lo cierto es que el ritmo al que se están tensando los “fundamentals de la oferta es mucho más rápido que el del deterioro en la demanda .