

Los usuarios ya están conquistados por las cámaras digitales. Son accesibles y fáciles de usar. Brindan mayor capacidad de almacenamiento, visualización instantánea y la posibilidad de edición con software de PC. Pero hay usuarios que quieren mayor calidad, sin tener que resignar las comodidades de la era digital. Quienes para eso recurrían tradicionalmente a las cámaras réflex -que por un sistema de espejos permiten que el visor refleje con exactitud cómo saldrá la foto-, también tienen una opción en la nueva generación de equipos fotográficos disponibles en el mercado.
Con el mercado de cámaras digitales compactas muy desarrollado, el sector semiprofesional que cubren las réflex digitales se torna muy apetitoso para los fabricantes. Dentro del segmento de cámaras que rondan los 10x de zoom óptico -consideradas de alta gama- que representa un 2% del total, sólo el 30% son réflex. Asimismo, dentro esta categoría, hay máquinas con objetivos intercambiables y otras con fijos.
Buena parte de estas máquinas son manuales, lo que demanda conocimientos al menos básicos de fotografía. Sin embargo, pueden diferenciarse las que son usadas con fines comerciales de las usadas por amateurs avanzados. El primero en adoptar este tipo de productos fue el fotógrafo profesional, movido por la practicidad del medio digital y por el ahorro en insumos, que compensan una inversión importante (multiplicada por tres por el valor del dólar en el mercado local).
Con el tiempo, los precios bajaron a medida que se incorporaban nuevos jugadores al mercado, y hoy ya son varias las marcas que se dedican al segmento de cámaras de alta gama para aficionados avanzados. Se da un particular encuentro entre empresas que tradicionalmente se dedicaron a la fotografía (Nikon, Canon, Kodak, Olympus) y los que vienen de la electrónica (Sony o Panasonic).
El negocio apunta a un usuario más avezado en la fotografía tradicional, que no se conforma con hacer click y listo, sino que busca construir la toma. Pero que, a su vez, quiere aprovechar toda las ventajas de la tecnología digital aplicada a la tradicional calidad de los equipos réflex. Sobre todo, la visualización inmediata, pero también la capacidad de almacenamiento y la manipulación posterior por medio de programas de PC.
"El usuario amateur avanzado consigue en una cámara digital funciones de una réflex sin tener que invertir en una réflex profesional", asegura Marcos Elewaut, gerente de Marketing de Kodak Argentina Sin embargo, es probable que quien usa una réflex tradicional
no deje de usarla, sino que le va dar un uso diferente. "Con la digital hace prueba y error y, una vez decidido, termina sacando con la réflex. Porque al que le gusta la fotografía, le gusta el fierro. Es como con los autos, hay mucha pasión", explica Matías Berardi, consultor señor de IDC.
El uso de materiales livianos aporta comodidad en el uso, pero paradójicamente puede convertirse en una desventaja, ya que "el usuario asocia la cámara liviana con baja calidad y tiene percepción de mayor fragilidad", advierte Guillermo Ordoñez, encargado de productos digitales de Kodak Argentina
Nuevos jugadores
Según un estudio de IDC, el 30% de los propietarios de cámaras digitales nunca imprime una foto y el 10% imprime cada foto que no borra. Pero al usuario de una réflex digital, a diferencia del que utiliza una digital compacta, le interesa mucho la impresión final de la foto. Si bien existe una variada oferta para revelar fotos digitales y la calidad prácticamente iguala a las copias de un rollo, el proceso de revelado tiene componentes diferentes y usa equipos especiales. Muchas veces, en vez de comprar un minilab especial para fotografía digital, las casa de revelado adaptan los equipos analógicos a digital. En este último caso, influye mucho la mano del técnico: hay algunos que tardan más en aprender o nunca llegan a resolver correctamente el revelado digital.
El usuario de la cámara digital compacta puede pasar a una réflex digital, pero no necesariamente. Por regla general, busca mayores prestaciones dentro de las compactas que traen cada vez más funcionalidades, son cada vez más portátiles, vienen con diseños innovadores y traen mejores baterías. "Para que sea un usuario avanzado tiene que dar un salto cualitativo, tiene que evolucionar como usuario y querer un tipo de fotografía distinto", señala Berardi, de IDC.
Una de las empresas que tradicionalmente está asociada a la electrónica y que decidió incursionar en el ámbito de la fotografía es Panasonic. "Nos faltaba conocimiento en lo que se refiere al lente, que es lo principal en una cámara", reconoce Gustavo Biassoni, gerente de Marketing de la empresa. De ahí que la estrategia consistió en hacer un joint venture con Leica, reconocido fabricante de lentes: todas las cámaras de la empresa japonesa, excepto las que compiten en precio en el mercado de las compactas, llevan lentes Leica.
En tanto, Panasonic aporta el "know how" digital del proceso. Por ejemplo, la pantalla LCD que, según Biassoni, es una pieza fundamental en cualquier cámara digital. "Es lo que muestra cómo salió la foto y sobre eso uno decide si la saca otra vez. Y nosotros somos especialistas en pantallas de plasma y LCD", se jacta el ejecutivo de la marca oriental. Para eso los equipos incorporan pantallas de alta resolución, como la FZ30, que trae una pantalla de 234.000 píxeles, cuando el promedio ronda los 150.000.
Fotografía del mercado
En la Argentina, el mercado de cámaras digitales tuvo su boom en 2003 y ascendió de 80.000 a 200.000 unidades en dos años, según Trends Consulting. De acuerdo con datos aportados por CACIOFA (Cámara Argentina de Comerciantes e Importadores de Óptica, Fotografía y Afines), ingresaron al país 287.975 unidades durante el período que va de agosto del 2004 a julio de 2005. Esto significa un crecimiento de 55,6% en unidades con respecto al mismo período del año anterior.
Según IDC, durante el primer semestre de 2005 se vendieron en Argentina 165.000 máquinas digitales, de todas las marcas y todos los tipos (condición: tiene al menos una pantalla de LCD de una pulgada, con lo que se deja de lado a los celulares con cámara y a las web cams). "En la Argentina, en los últimos tres años todavía no se llegó al millón de cámaras vendidas. Por eso todavía hay un gran potencial", asegura Biassoni, de Panasonic.
Con 120.000 cámaras vendidas en lo que va del año, en Kodak dicen tener el 46% del mercado local. El 10% de la facturación de la empresa proviene de las cámaras que están van de $ 1.500 a $ 2.000. En el ámbito mundial, el mercado que incluye tanto las cámaras automáticas como las más complejas -tipo réflex- fue liderado por Canon durante 2004, con 12,6 millones de cámaras vendidas (sobre un total de 74 millones), lo que representa un 17,1% del share. Canon fue seguida de cerca por Sony, con 12,32 millones de cámaras vendidas, el 16,7 % del total. En tercer lugar se ubicó Kodak, con 8,7 millones de unidades (11,8% del mercado), según IDC .
Panasonic ingresó en el mercado argentino de cámaras digitales en agosto de 2005 y dice ya haber captado el 7% del mercado. Pero su foco está puesto en el segmento de cámaras con zoom óptico mayor a 10x, del que supuestamente habrían acaparado el 35%.
Los tiempos son lentos, sobre todo en la Argentina, donde todavía no ha caído el negocio tradicional de fotografía. Este año, se vendieron casi la misma cantidad de rollos que antes de la devaluación e inclusive más cámaras compactas no digitales que el año pasado.
A diferencia de regiones como Asia, en el país la venta de celulares con cámaras no parece afectar al mercado de cámaras digitales,