

Una combinación de calor extremo con una falla técnica, un salto en el consumo y un alza en los costos que presiona sobre los fondos para el mantenimiento del servicio dejó sin agua a gran parte de Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
La empresa estatal AySA transita por sus días más difíciles tras haber tomado el servicio hace casi dos años.
Los 40 grados de sensación térmica dejó entrever varios problemas que ya no tienen que ver con que la prestación sea privada o pública.
Primero, el consumo se disparó aproximadamente un 15% con respecto al mismo período de otros años. El auge de la construcción y el derroche típico del consumidor porteño también aportaron lo suyo.
Según dijeron en AySA, se llegó al pico máximo de suministro diario de 4,5 millones de metros cúbicos de agua contra los 3,5 millones de metros cúbicos de un día normal.
A esto hay que sumarle un marco de más consumo por dos razones clave: no llueve sostenidamente hace unos días en el área de concesión, con la consecuente mayor utilización del agua para el riego, y una tarifa congelada que hace del agua un servicio muy barato, por lo que su derroche no daña al bolsillo.
¿Cómo evitar este cuello de botella? Además del uso racional, las inversiones es la lógica respuesta. Éstas fueron anunciadas y hasta un crédito de $ 890 millones del Tesoro hacia la empresa ya fue adjudicado. Falta darle más velocidad a las grandes obras (planta de Paraná Las Palmas, entre otras) que se esperan que comiencen a hacerse realidad este año. Por otra parte, hay líneas de crédito abiertas con organismos multilaterales como el BID para obras de saneamiento.
Sin embargo, el inconveniente en los filtros de la planta potabilizadora de San Martín tiene que ver con el mantenimiento diario del servicio, que en el Estado quieren que salga de la misma caja de AySA. El problema, según algunas fuentes, es que la caja (congelada en $ 700 millones, casi la misma que en la operación de Suez) comenzó a quedarse corta con los aumentos de sueldo a los empleados (20% promedio en 2007) y la fuerte alza en los costos de los consumos (cal y cloro, los más importantes).
Los desembolsos previstos por el Estado son para las grandes obras de expansión del servicio y los 40 grados de ayer desnudaron la necesidad de no descuidar el mantenimiento diario. La solución directa para esto es el aumento de tarifa ya concedido o en vías de autorización para otros servicios como luz y gas. Todo ajuste de este tipo implica entrar en un terreno político y más aún en el tema del agua, servicio que en el ideario nacional siempre resultó barato. AySA oficialmente dijo ayer que la falla en la planta San Martín ya fue reparada y que poco a poco volverá la presurización de la red. No dio un número de afectados por la falta de agua pero indicó que persistirán los problemas de suministro en algunos barrios de Capital, los partidos de San Martín y San Isidro.