ENTREVISTA - Susana Hernández, coordinadora del EPAC

"Ser científico es difícil en la Argentina, más si se es mujer"

Física con más de cuatro décadas de trayectoria, la referente destaca que el Estado debe apostar a las ciencias como inversión de largo plazo. Las brechas de género y las alianzas de investigación público-privadas son solo algunos de los desafíos que enfrenta el sector.

Como investigadora abocada a la vida científica, el currículum vitae de Susana Hernández se cuenta de a decenas de páginas. Licenciada en Ciencias Físicas por la UBA en 1970, ingresó a la carrera de Investigador Científico en 1973 y en 2004 alcanzó la categoría de Investigador Superior. Hoy es la vocera de la comunidad de las ciencias, como coordinadora del Encuentro Permanente de Asociaciones Científicas (EPAC), que reúne a 30 entidades, y es vicepresidenta de la Asociación Argentina para el Progreso de la Ciencia (AAPC). En diálogo con Gobierno & Intendencias, habla sobre el rol del Estado en la formación de conocimiento científico.

- ¿Por qué el Estado debe financiar la actividad científica?
La actividad científica consiste en la creación de conocimiento. Puede ser orientada, es decir, tener una finalidad inspirada en una necesidad social o económica, pero la investigación fundamental apunta a comprender el funcionamiento de los distintos "trozos" de universo que aborda cada disciplina. Con este conocimiento es posible, dentro de plazos a veces largos en términos de generaciones, generar cambios significativos en la estructura productiva o de bienestar de una comunidad. Por eso la investigación científica no puede ser financiada por agentes que aspiran a un rédito inmediato, ya que se trata de una inversión a largo plazo. Como se trata precisamente de una inversión y no de un gasto, el Estado debe financiarla, como lo hace con la educación, el cuidado de la salud, y la seguridad de la población, entre otros.

- Lleva casi cinco décadas como investigadora. ¿Qué tan difícil es ser científico en la Argentina?
Ser científico en la Argentina es difícil sea cual sea el género. En el caso de las mujeres, si bien el sistema oficial y la comunidad científica no discriminan de manera explícita, existe el denominado "techo de cristal", que es el límite que experimentan las mujeres para ascender a las categorías más altas de los escalafones en los que revistan y a ocupar puestos de conducción o gerenciamiento. La composición actual del gabinete del Ministerio de Ciencia (compuesto solo por hombres) es seguramente un error, ya que el sistema nacional de ciencia y técnica alberga numerosas científicas con la experiencia y las capacidades para desempeñar funciones jerárquicas.

- ¿Está mejorando esa brecha de género?
Las razones de esta inequidad relativa son histórico-culturales y se advierte una transición hacia un equilibrio, especialmente en las generaciones más jóvenes. En el caso de los científicos de mayor edad, digamos de edad jubilatoria o cosas todavía peores, la proporción de mujeres en las categorías más altas es bastante menor. El EPAC se propuso, entre sus actividades para el año próximo, estudiar la problemática de género en el sistema científico argentino.

- ¿Cómo definiría el estado actual de la actividad en relación a décadas pasadas?
El sistema científico argentino es de muy larga data y la comunidad científica es altamente resiliente. Ha sobrevivido circunstancias muy adversas (con severas restricciones de índole política, económica, de empleo y de recursos financieros) y ha salido airosa manteniendo la competitividad a escala internacional. En la última década, especialmente, se ha advertido un significativo crecimiento del sector, tanto en cantidad de investigadores y becarios como en los recursos materiales inyectados en el sistema. La creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva fue de alto impacto, sin duda decisiva para marcar el cambio de tendencia. Pero también es justo señalar que toda esta inversión apuntaló, consolidó y permitió la expansión de un sistema preexistente.

- Durante los últimos años se registró una repatriación de científicos. ¿A qué se debió este fenómeno?
La repatriación de científicos de los últimos años se debió a políticas explícitas para esa finalidad. Los científicos repatriados eran, en muchos casos, investigadores que habían completado las primeras etapas de su formación (hasta el doctorado o el postdoctorado) dentro del país y que luego eligieron otros destinos, que les permitieron perfeccionar y expandir sus horizontes. También debe señalarse que, en muchos casos, estos científicos repatriados se incorporaron a laboratorios, institutos y grupos de trabajo que ya existían en el país.

- ¿Hay riesgo de una nueva "fuga de cerebros" en la Argentina?
Siempre hay riesgo de una fuga de cerebros, pero no resulta obvio por el momento que pueda producirse una emigración masiva. Para que esto suceda deben converger factores internos (una profunda depresión del sistema nacional de ciencias y tecnología) y externos, como la capacidad para absorberla por parte del resto del mundo.

- Al margen de la cuestión presupuestaria, ¿qué debe hacer el Estado para promover la actividad científica?
El Estado puede utilizar recursos educativos para fomentar vocaciones científicas, ayudando a detectar capacidades en el nivel secundario y difundiendo la existencia de las carreras de grado universitario. Puede utilizar sus recursos publicitarios para hacer conocer a la sociedad las distintas tareas que llevan a cabo los investigadores en sus laboratorios, centros e institutos, difundir logros notables, ilustrar con perfiles de personalidades destacadas de ciencia y tecnología en el país. En fin, elevar de muchas maneras la trivialidad que se advierte en algunos medios audiovisuales despertando el interés de la población.

- ¿Cómo ve las asociaciones público-privadas, por ejemplo, las que lleva adelante el Conicet con empresas de biotecnología?
Desde la creación del MINCYT, en la comunidad científica se instaló un nuevo desafío: cómo acercar a los creadores de conocimiento con los hacedores de bienes y servicios combinando sus saberes y capacidades. En esa dirección se han establecido numerosos convenios público-privados que significan una erogación por parte del Estado pero que permiten prever reintegros en plazos mediatos.
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