Nuevos inversores cambian el mercado de arte internacional

La compra y venta de arte siempre siguió a los ricos. En los viejos tiempos, era habitual que las subastas y ferias se mudaran de Londres, París o Nueva York para abrir sus puertas temporalmente en otros lugares, las laderas de Suiza o las playas del sur de Francia, donde sus adineradas presas migraban en masa para vacacionar.

Pero ahora es muy distinto. Las personas super acaudaladas ya no tienen largos períodos de ocio y ya no están confinados en MayFair y Manhattan.

Los grandes compradores de hoy pueden vivir en Moscú, Macao o Medio Oriente, y son los pioneros de una nueva generación de coleccionistas que ha invertido cientos de millones de dólares en el mercado de arte internacional durante los últimos años.

Si bien los coleccionistas de estas regiones inicialmente comenzaron a repatriar, o al menos comprar, arte de su propia región, ahora han ampliado sus horizontes y están produciendo un importante impacto sobre una serie de mercados internacionales importantes.

Lo que ha sorprendido aun a los expertos en compraventa de obras de arte es la velocidad con la que estos mercados emergentes están creciendo en términos de valor y variedad. Su desafío ahora es determinar cómo desarrollar mejor el negocio en cada área y encontrar material de alto calibre para alimentarlo.

Esta nueva globalización ya ha transformado el mercado. Londres, que durante tiempo corrió el riesgo de convertirse en un mercado somnoliento, ha revivido como un gran depósito de arte internacional.

China ha superado a Suiza –que durante tiempo fue el cuarto mercado de arte nacional más grande del mundo– y se ubicó detrás de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. Aún más sorprendente es cómo esta nueva riqueza y el mayor interés por el arte en todo el mundo se han combinado desde 2005 y ahora Estados Unidos de ser comprador neto de obras de arte pasó a ser vendedor neto.

Esta nueva globalización está desestabilizando el tradicional mercado de arte, pero al menos brinda el beneficio de ampliar su base financiera. Si alguna plaza de arte se derrumba, probablemente no genere gran impacto en el sector en general.

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