Todo a pulmón

Ligia Piro tiene su propio sello discográfico, Gatopop, bautizado así ya que, al momento de pensar el nombre, pululaba por allí su mascota. El proyecto nació ante la “necesidad de ser dueña de mi propio negocio. En un principio, tuve propuestas de dos sellos internacionales que me dieron la sensación de que mi trabajo no iba a estar nunca más en mis manos. No acepté. Es muy difícil controlar el negocio del disco. Por eso, se nos ocurrió a mi marido –David Libedinsky– y a mí crear un sello y, en principio, editar mis discos. Trabajo con una distribuidora que los lleva a todas las disquerías que me interesan y al interior del país. Lo que pasa en el exterior lo licencia mi marido, que es quien produce todo .

Se trata de una apuesta al presente y al futuro profesional y, a pesar de que los costos y los riesgos son altos, lo cierto es que, hasta ahora, el esfuerzo y el compromiso valieron la pena. “La contra es que el disco tiende a desaparecer.

Internet te trae un beneficio genial que es que te conozcan, en cinco minutos, millones de personas. Hoy no es negocio hacer un disco. Lo sigo haciendo porque tiene que ver con hacerme cargo de mi carrera y conocer lo que está pasando con él . Gatopop ya editó –además de los cuatro trabajos discográficos de Ligia– un disco de Ricardo Lew (Forever West) y el último de Susana Rinaldi (Homenaje a Homero Manzi). También Strange Fruit, que Piro prevé presentar a mitad de año.

El título fue elegido no tanto como un obvio homenaje al autor de aquella canción (Louis Allen) sino por describir la composición del disco, que incluye versiones de Noche de ronda y Bajo el sauce solo: “Es un disco para quienes adoran el jazz. Son temas con mucho desarrollo, donde se luce el solo de cada músico. Hay lugar para la música y lugar para la voz. Y se arma un clima muy hermoso .

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