Un año de súper tasa que frenó los préstamos pero capturó depósitos

La tasa de referencia récord tuvo un doble efecto. Por un lado, frenó la expansión del crédito que se había visto durante el año pasado, con un impacto fuerte sobre las líneas comerciales. A la vez, devolvió interés a los plazos fijos, cuyas remuneraciones subieron

El año que termina quedará en la historia como aquel en el que Argentina tuvo la mayor tasa de referencia del mundo para tratar de mitigar los efectos de la crisis financiera y cambiaria. Las tasas de los bancos siguieron a la de referencia y eso tuvo un efecto doble. Por un lado, encareció el crédito y frenó el boom que se había visto en 2017.

Por otra parte, los bancos también elevaron sus tasas pasivas (en parte para cumplir con encajes cada vez más estrictos), lo que se tradujo en una mejora en el stock de depósitos, especialmente en la segunda mitad del año.

En términos nominales (con datos al 18 de diciembre) los préstamos totales al sector privado avanzaron 15,2% en el año. "La oferta de nuevos créditos está muy cautelosa, así como la demanda de los mismos por parte del sector privado", analizó Guillermo Barbero, socio de First Capital Group.

En términos reales, el crecimiento se modera. "Si tomamos el stock promedio anual de préstamos privados en pesos, vemos un crecimiento en términos reales de alrededor del 5% interanual. Esto se debe a la buena dinámica que exhibieron los préstamos durante los primeros meses del año, antes del desenlace de la crisis en el frente externo. A partir de mayo, y sobre todo junio, la dinámica de los préstamos comenzó a desacelerarse, en el caso de las empresas llegando a caer hasta en términos nominales", explicó Lucía Pezzarini, economista de LCG.

Entre las líneas destinadas a familias e individuos, la que más creció fue la de préstamos hipotecarios, cuyo stock llegó a $ 210.703 millones y anotó un avance de 62%. Los préstamos prendarios, en tanto, sumaron $ 97.634 millones, lo que significó un aumento de 10,3% en el año. Por su parte, el crédito al consumo cerró el año con incrementos menores al 20%: los préstamos personales ganaron 19,7% en 2018, mientras que la financiación con tarjeta de crédito avanzó 18%.

Las líneas comerciales fueron las que más sufrieron el impacto de las altas tasas durante 2018, lo que resintió la cadena de pagos, sobre todo de las pymes. Los adelantos llegaron a $ 159.682 millones al 18 de diciembre y mostraron un aumento de 33% en un año marcado por las mayores necesidades de financiamiento en las empresas. En cambio, el crédito mediante documentos (típicamente, cheques) fue la única línea que mostró un retroceso nominal de 14,6% en el año.

Al respecto, la economista y docente de la UBA, Agustina Gallardo, señaló: "Hubo un incremento en la cantidad de cheques rechazados, una tasa de interés que supera el 130% para descuento de cheques y una drástica caída del volumen de cheques en la bolsa, entre otros. Todo esto -sumado a la inestabilidad cambiaria- derivó en un importante estiramiento de la cadena de pagos del sector, que sufrió una fuerte descapitalización derivada de la necesidad de comprar insumos a precios nuevos con la cobranza diferida de sus ventas a precios viejos".

 

Mayor premio al ahorro

 

A contramano de lo sucedido con los préstamos, las tasas altas beneficiaron a los depositantes, que encontraron buenos rendimientos para sus colocaciones. En consecuencia, los depósitos totales (que incluyen al sector público y privado) crecieron un 44,7% nominal en 2018.

Allí se destacaron las colocaciones a plazo fijo, entre las que se destacaron aquellas que ajustan por inflación, que mostraron un incremento nominal de 1061%, ya que partían de un piso bajísimo por ser un instrumento nuevo. Los plazos fijos tradicionales, en tanto, subieron 89,7% para el total del sistema.

Si se toman solo los números del sector privado, los depósitos en cuentas a la vista cierran el año con un stock de $ 903.275 millones, lo que significó una mejora de 13,8%. Por su parte, las colocaciones a plazo fijo (tradicionales y UVA) totalizaron $ 973.389 millones y exhibieron un incremento nominal de 61,3%. "Los depósitos crecieron sostenidamente durante todo el año gracias a la política de remunerarlos con tasas reales positivas en el segmento de los plazos fijos", resumió Barbero.

Pezzarini, en tanto, afirmó: "Los depósitos privados en pesos también cerrarán el año con un crecimiento de entre 6% y 7% en términos reales. Confluyeron varios factores: la fuerte suba de tasas y la estabilidad cambiaria que desde mediados de septiembre volvió a incentivar las colocaciones en pesos. Además, muchos de los ahorros colocados en Lebac fueron migrando a plazos fijos tras la eliminación progresiva de las letras".

Pese a la buen desempeño, un informe de Quantum Finanzas advirtió que el rescate de plazos fijos en pesos pueden presionar sobre el tipo de cambio si se revierten las expectativas.

Temas relacionados
Más noticias de tasa

Las más leídas de Finanzas y Mercados

Destacadas de hoy

Cotizaciones

Noticias de tu interés