Tras el súper cepo, el mercado de bonos corporativos comienza a descontar defaults en el corto plazo

Las curvas se desplazaron al alza y se empinaron, es decir que comienzan a mostrar mayores riesgos de default de corto plazo. Las medidas del BCRA las empuja hacia una reestructuración forzada.

Las recientes medidas cambiarias generaron un shock de expectativas negativas sobre la deuda soberana, aunque fundamentalmente sobre la deuda corporativa. Los bonos de las empresas mostraron caídas mayores al 10% en el día siguiente al anuncio por el BCRA en materia cambiaria y que obliga a las compañías a reperfilar su deuda.

De esta manera, los bonos corporativos evidencian fuertes subas en su tasa de interés, por ser más riesgosos y tras elevarse, de facto, los riesgos de posible default.

Si bien el mercado tomó a mal la mayor parte de las noticias relacionadas con el super cepo , el que más golpeo a las expectativas fue el anuncio en relación a la deuda corporativa. Concretamente, el Central anunció una serie de lineamientos para la reestructuración de la deuda externa privada para “acomodar su perfil de vencimientos a las pautas requeridas para el normal funcionamiento del mercado de cambios .

 

De esta manera, las compañías deberán presentar un plan para refinanciar unos u$s 3,300 millones en vencimientos de capital que caerán entre el 15 de octubre y el 31 de marzo. Las empresas que registren vencimientos de capital en ese período deberán presentar al BCRA un plan de refinanciación y en el que el monto por el que se accederá al mercado cambiario no superará el 40% del vencimiento y el resto deberá ser refinanciado con una vida promedio de al menos dos años.

Se trata de una reestructuración forzada y por ello se produjeron fuertes caídas en los bonos corporativos. Los bonos de YPF y Pampa energía se desplomaron entre 7% y 11,5%. Si bien la empresa aclaró que no tienen pagos de capital hasta 2022, los bonos de Arcor también sufrieron evidenciando bajas del 8%, entre otros. De esta manera, las tasas de los bonos se dispararon.

Se observa que los bonos del sector energético a corto plazo son los más golpeados con tasas que se dispararon a niveles de entre 20% y 30% en el corto plazo. Los bancos también muestra tasas del 20% al 25% para los vencimientos con duración menor a 2,5 años. Vale remarcar que todas las curvas corporativas se muestran con pendiente negativa, lo cual refleja clara desconfianza y riesgos de default en los mismos, los cuales se concretarán debido a las últimas normas implementadas por el Banco Central .

Los analistas de Grupo SBS remarcaron en un informe que “esta medida dará un golpe significativo a los créditos corporativos justo cuando la exitosa reestructuración de la deuda soberana podría haber mejorado las condiciones de acceso al mercado externo .

Juan José Vázquez, head de research de Cohen remarcó que el impacto más negativo resultante de las últimas medidas cambiarias son las cuestiones que afectan al crédito corporativo.

“La noticia cambiaria juega en contra, sobre todo en lo que respecta al financiamiento corporativo. Es muy duro para las compañías ya que las obliga a renegociar sus deudas. Esto naturalmente afecta la confianza en cuanto a la probabilidad de que Argentina recupere el crecimiento. Con esta medida se cerró una de las pocas puertas de financiamiento externo que podría llegar a generar una oferta de dólares adicionales a los dólares de la balanza comercial , comentó el head de Cohen.

Los analistas de Portfolio Personal Inversiones (PPI), remarcaron que una de las preocupaciones del mercado se centra en los próximos vencimientos de capital de deuda corporativa en moneda extranjera.

En lo que resta del 2020, los vencimientos corporativos incluyen un vencimiento del Banco Hipotecario por u$s 260 millones, pero que ya se está realizando un ejercicio de canje de deuda. En 2021 hay vencimientos de u$s 1.200 millones, incluído el restante del YPFD21 (u$s 413 millones) y el pago de capital del nuevo bono de YPF por u$s 70 millones.

"Por su parte, MASHER tiene que pagar u$s 200 millones. Mientras que PANAME21 abonará u$s 167 millones y TECOAR21 unos u$s 102 millones, entre otros, En 2022, los vencimientos se acercan a los u$s 2.000 millones. En cambio, 2023 es más complicado. Los principales pagos corresponden a YPF (u$s 596 M), Arcor (u$s 500 M), AGUSAN (u$s500 millones) PAMPAR23 (u$s424 millones) ALBAAR (u$s 336 millones) ARCO23 (u$s 393 millones) e IRCPAR (u$s 360 millones)", puntualizaron.

YPF: caso testigo

La falta de liquidez de estos bonos hace que los precios de los mismos también muestren ciertas distorsiones y que no logren incorporar de lleno la noticia por lo cual, es esperable que en algunos casos continúe la sangría tras la medida ya que hay operaciones que no se pudieron concretar. De todos modos, vale la pena observar la dinámica que mostró el bono corporativo de mayor liquidez como el de YPF. Los bonos de la petrolera estatal evidenciaron caídas muy fuertes en todos sus bonos desde 2021 a 2047.

Esta baja implicó un desplazamiento notable al alza de la curva y con un empinamiento negativo aún mayor, implicando serios riesgos de impago en el corto plazo.

La curva se desplazó al alza desde niveles de 15% previo al anuncio a niveles de 31% posterior al anuncio en los vencimientos de corto plazo. En el tramo medio también se vio un fuerte desplazamiento alcista de la tasa, generando una inclinación mucho mas importante, todos síntomas negativos para la deuda.

Los analistas de Delphos Investment remarcaron que si bien se busca que las empresas del sector privado lleven a cabo un proceso de desendeudamiento acorde con la necesidad de divisas de la economía, este tratamiento pone en jaque todo lo logrado hasta el momento en relación a la reestructuración de la deuda soberana.

Las medidas buscan revertir la dinámica observada hasta el momento, donde, tomando como ejemplo el mes de julio, la salida de dólares alcanza los casi u$s 500 millones debido a los pagos netos de deuda financiera en el exterior. En relación a las empresas perjudicadas, debemos destacar dos casos. Este tipo de disposición parecería ser más costosa que beneficiosa ya que las ONs con cotización pública no implican vencimientos significativos y por lo tanto, dadas las condiciones técnicas de mercado actual, ponen en jaque los logros obtenidos anteriormente en relación al canje de deuda. Además, se ponen en riesgo las posibles renegociaciones de deuda de las provincias, las cuales en muchos casos ya se encuentran cerca de concretarse , advirtieron.


 

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