Educación financiera

Seguridad bancaria: qué datos se pueden dar y cuáles son los que se deben proteger

No solo es necesario saber cuáles son los datos más sensibles, los que nunca hay que comentar, sino qué alternativas ofrecen bancos y fintech para garantizar que las las transacciones sean seguras. 

La economía se dirige hacia la digitalización. Proliferan alternativas de pagos online, inmediatos, dependientes tan solo de claves y autorizaciones; pero ¿cómo habituarse a las nuevas tecnologías sin sentir poner datos en peligro?

La información que todos pueden compartir es la de cuenta, ya sea caja de ahorro como cuenta corriente, y los de CBU o Alias. En el caso de las dos primeras, lo único que podría pasar si alguien revela los números es que le depositen dinero; por ejemplo, es común que un cadete de una empresa tenga el número de varias cuentas a las cuales debe hacerles depósitos.

Ya con mayores facilidades para hacer transferencias, brindar el CBU o Alias, es lo mismo: el CBU es la Clave Bancaria Uniforme, son 22 dígitos que contienen datos sobre qué banco, qué tipo de cuenta y qué número tiene cada cliente, 22 dígitos que se pueden cambiar por un Alias para simplificar la tarea de cargar los números.

Al respecto, Mariano Otálora, director de la Escuela Argentina de Finanzas personales, aclaró: "El CBU sirve para transferir, pero también para adherir el débito de servicios a la cuenta. En esos casos, lo peor que puede pasar es que una compañía te adhiera sin tu consentimiento, cosa que no debería pasar; si es por teléfono, la conversación está siendo grabada, además de que queda registro de qué compañía hizo el débito; no es que debemos salir a buscar a dónde fue el dinero. Es una práctica de hace 20 años".

El CVU es otro dato que si bien es más nuevo, se puede informar. Es la Clave Virtual Uniforme, la que permite que se mande dinero de una cuenta bancaria a una virtual, como las que tienen las Fintech, las empresas que ofrecen servicios financieros de base técnológica.

En cuanto a los datos que son más sensibles, hay que empezar por las tarjetas de crédito. Los plásticos contienen tres series de números fundamentales: en el frente, los 16 dígitos, están en el centro; debajo, 8 números más, cuatros para mes y año de emisión y otros cuatros para mes y año de vencimiento. La mayoría de las tarjetas tiene el código de seguridad en el dorso, y que suele ser de tres dígitos. También es clave cómo fue emitida la tarjeta, el nombre exacto que figura.

La ventaja de tantos números es que, si falta alguno, la transacción no se puede hacer. Para adherir el débito automático de un servicio a la tarjeta de crédito se piden los 16 dígitos, nada más, si lo solicita la empresa, de ser el banco, no suelen pedir información porque el cliente entra al sistema con el usuario o DNI y la clave.

Justamente, el usuario o DNI y la clave bancaria son los datos que no hay que dar; nunca los va a pedir el banco por medio de un mail. Esta información solo la ingresa cada cliente por motu proprio. El "phishing" es el mail que llega desde la cuenta de un hacker para "pescar" información personal; aseguran que son el banco y que necesitan corroborar los datos, incluso tienen el logo de la entidad, de hecho, parecen la entidad.

"Sí recomiendo que al menos una persona de confianza conozca el usuario y la clave, para que, en caso de que surja una urgencia, un accidente por ejemplo, alguien tenga acceso a la cuenta bancaria", dijo Ezequiel Baum, economista y autor del libro "Ordená tu economía".

Tampoco se debe comentar la clave de la tarjeta de débito o permitir que otro la vea cuando se la ingresa en el cajero. Otra situación peligrosa es perder el plástico de vista. Es común que al momento de hacer un pago en un restaurante el mozo se lleve la tarjeta de crédito; podría sacarle un foto del DNI y del frente y el dorso y hacer compras por Internet. Incluso se la puede clonar si no tiene el chip de seguridad.

Para llevar un control de las operaciones, Nicolás González, titular de "El ABC de tu dinero" y docente universitario, sugirió activar el servicio de alertas: "Permiten el monitoreo del uso de las tarjetas de débito y crédito y de transferencias. Le pedís al banco que te llegue un aviso al mail o un mensaje de texto cada vez que hacés un movimiento".

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