Quién es Enrique Blaksley, el empresario conocido como el "Madoff argentino"
El financista detenido hoy, acusado de cometer estafas multimillonarias a cientos de ahorristas, había gestionado la carrera del jamaiquino Usain Bolt contra el Metrobus y organizado la visita del tenista suizo Roger Federer.
La Justicia ordenó hoy la detención del empresario Enrique Juan Blaksley Señorans, conocido como el ‘Madoff argentino’, y su socio Federico Dolinku.
Blaksley fue detenido en la localidad bonaerense de Pacheco, acusado de concretar una estafa calculada en más de $ 550 millones a más de 1000 ahorristas, mediante la suscripción de contratos de inversión a tasas muy superiores a las del mercado, informaron fuentes judiciales.
El llamado ‘Madoff argentino’ se dedicaba a atraer a los ahorristas a través de su empresa Hope Funds.
Según la investigación judicial, se desplegaban distintas actividades engañosas, que consistían en diversas participaciones en emprendimientos y marcas de renombre como Auditorio Buenos Aires, Hard Rock Café y Hertz.
Asimismo, Blaksley fue quien gestionó que el estelar atleta jamaiquino Usain Bolt corriese una carrera contra el Metrobus en la ciudad de Buenos Aires y organizó la visita del tenista suizo Roger Federer y las estadounidenses Venus y Serena Williams, entre otros eventos.
El presidente de Hope Funds también se mostró dos veces visitando al Papa en el Vaticano, primero a Benedicto XVI y luego a Francisco, y como sponsor del equipo de Polo La Dolfina, junto a Adolfo Cambiasso.
De acuerdo con la investigación, Blaksley fue imputado por formar parte de una organización destinada a captar sumas de dinero de distintos ahorristas/inversores, mediante la suscripción de contratos de mutuo y contratos de inversión, ofreciendo para ello tasas muy superiores a las del mercado.
“Al menos se han podido captar fondos por $ 550.678.556,66 sin la intención de restituirlos a los inversores ni de aplicarlos a inversiones consistentes con los plazos de devolución allí dispuestos , explicó un investigador.
Según los pesquisas, para concretar la maniobra, se firmaban contratos de garantías que “no eran más que referencias abstractas o ambiguas, pues ninguna de ellas resultaba ejecutable y para el desvío de los fondos “se utilizó un complejo entramado societario mediante 25 empresas que fueron creadas con el único fin de canalizar el dinero.