Pagar con el Ahora 12 pasó a tener un costo financiero de más del 50% anual

Obedece a la suba de tasas de la nueva gestión 'Sandleris' del BCRA. De todas formas, es menos de la mitad que pagar por fuera del programa, donde las 12 cuotas tiene un costo financiero total del 110%.

La nueva gestión Sandleris del Banco Central  (BCRA) con tasas de Leliq al al 72% trajo como consecuencia una mala noticia para los adeptos al arte del 'tarjeteo'. Con el comienzo de este nuevo mes (y con vigencia hasta el 31 de octubre), el Ministerio de Producción subió las tasas del Ahora 12 del 40% al 51%, que de todos modos es mucho más barato que el 110% que sale de costo financiero total pagar en 12 cuotas por fuera del programa. 

El Ahora 3, que tenía una tasa del 34%, pasó al 44%, que de todos modos es menos de la mitad que el 98% que sale en forma tradicional. El Ahora 6 pasó del 38% la semana pasada al 48% esta semana, contra 99% que cuesta el financiamiento por fuera del programa. El Ahora 18, por su parte, subió del 42 al 53%, contra 115% que sale por fuera del programa. 

Si bien mucha gente tiene la percepción que el Ahora 12 es de cero interés, como pasaba con el Gobierno anterior, tiene un costo, aunque como se puede ver cada vez es más fuerte la brecha a favor del Ahora 12 contra lo que cobran las tarjetas de crédito por fuera del programa. 

Hoy la gente no quiere convalidar las tasas con interés que cobran las tarjetas, entonces se hacen muchas operaciones en un pago, mientras las transacciones con débito van incrementándose: "En tanto, las cuotas sin interés que se ve es solamente en productos seleccionados, que no suelen superar los 15 ítems, pero la gente no quiere las cuotas con interés", describe el presidente de una de las cadenas de retail más grandes de la Argentina, en estricto off de record. 

Señala que las grandes cadenas comerciales se quejan ante el Gobierno por la actitud que tomaron las tarjetas con 'los Ahora', como llaman en el jerga a los planes que el macrismo copió del kirchnerismo: el Ahora 12 y el Ahora 18. Venían pagando a las 48 horas pero ahora lo hacen a los 10 días hábiles, lo que les provoca un trastorno tener la plata tantos días en la calle con tan altas tasas de interés. 

"Los 18 días hábiles con que nos pagan las tarjetas las compras en un pago sería buenísimo también reducirlo a las 48 horas, pero con 5 o 10 días hábiles ya estaríamos súper bien", admite la fuente. 

Lo que le piden a la Secretaría de Comercio es que aprovechen que Prisma le está pidiendo más tiempo para vender Visa, Banelco y Pagomiscuentas hasta que se abran los mercados para el país, y pedirle entonces que reduzcan los plazos de pagos. 

"Baja el volumen de cuotas, sobre todo las que son con interés", revela el directivo de una de las tarjetas líderes. 

"En el caso de la línea blanca, es clave la financiación sin interés. La gente no está comprando y no se mueve volumen", confiesa el directivo de una otra de las compañías de electro que lidera el ranking de ventas. 

"El consumo financiado con tarjeta se podría decir que viene moderado", admite a regañadientes el ejecutivo de uno de los emisores plásticos con mayor volumen del país. 

Lo que hay que tener cuidado es de no hacer 'revolving', que es como se llama en la jerga a pagar el mínimo cuando llega el resumen de la tarjeta, porque ahí las tasas superan el 100% anual según el banco. 

"La gente no se quiere endeudar. El juego con las tarjetas es complicado, porque más allá de las cuotas, luego hay que ver cómo se mueve el pago mínimo (si por esas razones no se paga el 100%) que te exige el banco y a las tasas de hoy, eso puede ser una bola de nieve. Pero mas allá de la tasa (ya que mucha gente piensa en la cuota) creo que la inflación (incluido los tarifazos) le está sacando capacidad de compra a la gente y consumen menos", detalla un banquero. 

La planificación del gasto por parte del consumidor está buscando un horizonte de corto plazo para la toma de decisiones, por eso prima el uso de la tarjeta de débito o crédito, pero no más de entre 2 o 3 cuotas. La variable inflación versus salarios aún caminan sobre un terreno incierto donde ambas puntas difícilmente converjan en un mismo punto ganándole la carrera los precios a los ingresos de los hogares. "En ese sentido, el consumidor vuelve a tener a la inflación como un costo adicional en su compra, por lo cual intenta evitar la tasa de interés y costo financiero total que hoy le proponen las tarjetas de crédito", subraya Damián Di Pace, director de Focus Market. 

"En un contexto donde la compra de lo necesario para resolver las cuestiones básicas del hogar le ganan al stockeo en sustitución por la reposiciones diaria, la tarjeta de débito se convierte en la herramienta más útil porque no genera más recargo en intereses que el que ya produce la inflación con la suba de precios", agrega. 

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