La mayoría de las empresas listadas en las bolsas mundiales tienen pocos propietarios

Un informe de la OCDE da cuenta de la extrema concentración del capital accionario en pocas manos: en la Argentina, más del 70% de las compañías cotizantes está controlado por un único accionista.

Si la teoría económica plantea que los mercados financieros son esenciales para el desarrollo de los países, porque es allí donde las empresas se financian y, además, porque controlan que el dinero aportado sea utilizado eficientemente por las compañías, la realidad dista bastante de lo que dicen los libros.

De acuerdo con un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las empresas que cotizan en las bolsas mundiales están, en su gran mayoría, en manos de pocos propietarios, lo que contradice el principio de que los mercados financieros estimulan la atomización de los accionistas y fomentan su uso como mecanismo de ahorro para los particulares.

El informe se llama "Owners of the World's Listed Companies" (Propietarios de las Compañías Cotizantes del Mundo) y da cuenta de que la propiedad de las 10.000 mayores compañías listadas en el mundo (el 90% de la capitalización bursátil global) está mucho más concentrada de lo que uno se podría imaginar en un principio.

Incluso hay casos extremos, como los de la Argentina, Rusia e Indonesia, donde más del 70% de las empresas que cotizan en sus respectivas bolsas está controlado por un único accionista.

El trabajo muestra que, a fines de 2017, los mercados financieros internacionales albergaban unas 41.000 empresas, por una capitalización bursátil total de u$s 84 billones, equivalente al PIB de todo el mundo.

"Considerando la importancia de las sociedades cotizantes en las bolsas de todo el mundo, conocer quiénes son los propietarios de estas sociedades y de qué manera ejercen su rol de accionistas es fundamental para el conjunto de la economía. Esto no solo concierne al capital puesto a disposición de los emprendedores independientes que pueden desafiar el statu quo desarrollando nuevas tecnologías y nuevos productos, sino que también influye en la manera en que son evaluados los resultados de las empresas existentes y en la forma en que se toman las decisiones estratégicas respecto de su orientación futura", indica el informe de la OCDE.

CONCENTRANDO EL CAPITAL

La primera conclusión a la que llega el estudio es esta significativa concentración del capital accionario en muy pocas manos. En la mitad de las 10.000 mayores compañías mundiales, los tres principales accionistas controlan más del 50% de las acciones de cada una de estas firmas. Y en el 75% de estas empresas, el control lo ejercen a nivel del 30% del paquete accionario.

Como se dijo, este porcentaje llega a niveles extremos en países como el nuestro, siendo lo opuesto en EE.UU., Reino Unido, Canadá y Japón donde la propiedad accionaria está más atomizada. Sin embargo, aún en estos cuatro países, donde los mercados financieros son poderosos y existe entre la población la cultura de invertir en renta variable, la concentración sigue siendo significativa, de acuerdo con la OCDE. Allí en promedio, los tres mayores accionistas controlan entre el 25% y el 30% de las cotizantes.

"Esta concentración puede ayudar a evitar el supuesto problema del agente-principal en el que pueden verse enfrentados los accionistas de las sociedades cuya propiedad se encuentra muy dispersa. Pero, por otro lado, esto mismo puede incrementar la posibilidad de abuso en los derechos de los otros accionistas, e incluso poner en riesgo la confianza del mercado si está mal regulado", explica el informe.

INVERSORES EXTERNOS

Otro dato que relevaron los expertos de la OCDE es el del origen de los inversores. De su análisis surge que, a fines de 2017, casi un 25% de la propiedad accionaria mundial estaba en manos de extranjeros, esencialmente (en un 75%) de EE.UU. y el Reino Unido.

En particular, los accionistas extranjeros están más presenten en países como el Reino Unido, los Países Bajos, Brasil y la Argentina, donde controlan más del 40% de las empresas listadas en los mercados financieros. En cambio, en los dos mayores mercados mundiales (EE.UU. y China), los accionistas foráneos son muy minoritarios (en las bolsas chinas no llegan al 15% del total).

El otro aspecto que corrobora el estudio de la OCDE es que los particulares brillan por su ausencia a la hora de distribuir los paquetes accionarios. En las grandes empresas, estos están en manos de los inversores institucionales y los Estados, en su gran mayoría.

Los Estados poseen un 14% de las compañías en promedio, llegando en China al 38% de la propiedad accionaria. En cambio, los institucionales controlan el 41% del total del capital de las empresas cotizantes. Algo que no sorprende es que, en EE.UU., el Reino Unido y Canadá llegan a pesar por un 72% del total, lo que no sería una buena señal para el organismo internacional.

"Cuando los grandes inversores institucionales se concentran sobre todo en la gestión de índices, es probable que le presten menos atención a cada empresa de manera individual. De esta manera, se podrían asignar recursos que resultan clave de manera insuficiente: controlar el resultado individual de las empresas y aportar capital a las nuevas compañías independientes para ayudarlas a crecer", advierte el estudio.

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