La gente pasó a usar la tarjeta para comprar comida y medicamentos

Cambió el patrón de consumo, hoy más ligados a productos de primera necesidad, como alimentos y farmacia, y no tanto a bienes más superfluos o suntuarios. Estamos frente a un deudor que no debe porque quiere sino porque no le queda otra

El paisaje del consumo con tarjeta está cambiando y cambiando para peor. Por un lado, el crecimiento de las carteras en mora y de la incobrabilidad, producto de una abrupta caída del poder adquisitivo del ingreso familiar por salarios que se ajustaron con pautas de entre 15% y 18% durante el primer semestre, mucho antes de la devaluación y de la aceleración del proceso inflacionario de los últimos meses.

Pero también está cambiando el patrón de consumo. "Esta situación se torna más compleja a partir de un cambio que estamos notando entre quienes caen en mora, un cambio de conducta que tiene que ver con que el tipo de consumos en tarjeta de crédito son últimamente más ligados a productos de primera necesidad, como alimentos y farmacia, y ya no tanto de consumos más superfluos o suntuarios", advierte Guillermo Combal, director de Recuperos y Mandatos, una de las firmas más importantes de gestión de cobranzas.

"Hoy estamos frente a una situación realmente preocupante, frente a un deudor no ya que debe porque quiere, sino que no puede afrontar el gasto de subsistencia con los ingresos que tiene", completa.

En la medida en que no se recompongan los salarios y la devaluación continúe pasándose a precios, estamos en una situación que se hará más difícil con el correr de los meses, explican.

"Como referencia, el monto nominal de cartera en mora de tarjetas de crédito que ingresó a Recuperos y Mandatos en agosto fue casi ocho veces el monto que les ingresaba para cobrar en enero de este mismo año".

Entonces, están viendo que la gente no puede afrontar los compromisos que asume, porque además esto se agrava por la incidencia de otro problema, que son las altas tasas de interés para poder solucionar esa deuda. Aquel que se atrase más de dos meses, con tasas superiores al 60%, teniendo en cuenta que la tasa de corte del Banco Central está en el 40%, es muy difícil que pueda cancelar su deuda y afrontar esos intereses.

Donde mayor incidencia tiene esta situación es en la clase media, con mayor concentración en Buenos Aires, donde se produce el mayor consumo y por ende su caída en esta coyuntura. Las carteras en mora que gestionan clientes se componen en un 68% personas con residencia en la ciudad y la provincia de Buenos Aires, un 6% en Santa Fe, un 5% en Córdoba, un 3% en Mendoza y un 13% en el resto del país.

"Justamente la clase media, que es el motor de la economía, la que puede impulsar la reactivación del consumo, es la que está restringida en su capacidad de consumo y ahorro, con pocas chances de mejorar de aquí a por lo menos el primer trimestre de 2019, donde espero pueda haber una mejoría, que de todos modos es producto de que estamos en el fondo del pozo y siempre que llegaste al fondo tenés que salir, no te queda otra. No hay otro lugar a donde ir", dice Combal.

Entonces, para la dinámica del trabajo de gestión de cobranzas y recupero de mora que hacen, si bien el volumen de carteras en mora que ingresa es mucho más alto en esta coyuntura, lo cierto es que la productividad cae, ya que el índice de cobrabilidad disminuye en un 40% y a la vez aumenta a litigiosidad, porque lo que no se cobra extrajudicialmente termina inevitablemente en juicio, sobre todo si es un monto superior a $10.000.

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