BLINDAJES Y QUITAS ACERCAN AL CASO GRIEGO Y EL ARGENTINO

La crisis argentina del 2001, una referencia obligada con parecidos y diferencias

Muchos se lanzaron por estos días a trazar paralelos. La evocación de aquella Argentina feroz del 2001 resulta casi inevitable. Pero la crisis griega y la argentina tienen tanto similitudes como diferencias.
Por un lado, la reestructuración voluntaria de Grecia sería por un monto sustancialmente mayor al de Argentina: 200.000 millones de euros (u$s 264.800 millones) versus u$s 102.500 millones. La situación del país heleno, incluso, es mucho peor: su deuda como porcentaje del PBI supera el 150% mientras que en el caso local ascendía a 53,80% (antes de devaluar y llevar ese ratio a 170%).
Por el lado fiscal, la situación griega es también más compleja. El rojo en las cuentas públicas es de 10,5% del PBI cuando en la Argentina versión 2001 era de poco más del 3%.
Esto hace que los pronósticos con respecto al resultado del canje sean disímiles. Si bien nadie vaticinaba que la Argentina creciera 9% anual acumulativo en el trienio 2003-2005 luego del default y devaluación; la fórmula argenta resultó ser más que exitosa. En el caso griego, ni los más entusiastas creen que el salvataje y el canje de deuda sean la panacea. En el mejor de los casos, el país heleno reducirá su carga de deuda al 120% del PBI (aún así elevadísimo), algo que no otorga certidumbre acerca del cumplimiento futuro de los pasivos. El debate en torno a salir de la zona euro o no es otro capítulo. ¿Debería abandonar el cepo monetario y devaluar para licuar sus pasivos al mejor estilo argentino? Las visiones están divididas.
Pero lo concreto es que en el ámbito de las coincidencias entre ambas fatalidades se encontraría la quita propuesta los bonos (en torno al 70% en el caso argentino, quizás un poco más en el griego), y las presiones recibidas desde los organismos internacionales. En la Argentina pre-default y devaluación, los últimos momentos del 1 a 1 fueron similares a las meses previos al ocaso griego. A fines de 1999 el gobierno argentino aceptó un programa del FMI que daría un pie al famoso blindaje a la economía argentina. Esto consistía en rebaja de sueldos de la administración pública y jubilaciones, suba de impuestos a la clase media y fuerte reducción del gasto público. Este programa sólo profundizó la crisis.
A principios del 2001 hubo un nuevo programa de ajuste con el FMI (esta vez denominado megacanje). Pero una vez más fracasó, empeoró gravemente la situación social y aumentó considerablemente la deuda externa. En septiembre de 2001 el FMI hizo un último préstamo.
El resto es historia conocida. En diciembre de ese año caía el gobierno, que previamente decretó que los depósitos bancarios serían indisponibles, con caos en las calles, más de 30 muertos, el default desordenado, un gran vacío político y una devaluación que desató la inflación. El PBI argentino había acumulado una caída de más de 20%.
Grecia hizo un camino similar, pero amplificado. Ya lleva cinco años en recesión (acumulando un caída del 16% del PBI). El 25 de marzo de 2010, los países de la zona euro acuerdan el mecanismo para rescatar financieramente (si fuera necesario) a Grecia. Aprueban un primer préstamo al país de 110.000 millones de euros para 2010-2012. El 21 de julio de 2011, los líderes de la eurozona acuerdan un segundo rescate por 109.000 millones de euro, en el que también participa el sector privado. Ninguna ayuda parece ser suficiente. La situación de Grecia empeora por momentos y el Gobierno reconoce, el 2 de octubre, que no cumplirá los objetivos de déficit. La planes de ajuste resultan inaplicables y se conforma un gobierno de coalición sin el entonces primer ministro, Yorgos Papandreu (y llega Lucas Papademos). La última parte de la saga cuenta que el FMI, la Comisión Europea y el BCE presionaron a Grecia a aplicar un plan de ajuste para liberar 130.000 millones de euros y avanzar con el canje.

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