Frente a la crisis, el dólar se mantiene como el refugio preferido de los inversores

La divisa estadounidense confirma que es el activo más confiable para capear los momentos de incertidumbre, por encima del oro y otras opciones muy conservadoras, a pesar de las variaciones de los últimos días.

Es ya un clásico de los mercados financieros la famosa frase de Warren Buffett respecto de que "cuando baje la marea se podrá comprobar quién estaba nadando desnudo". Así que ahora que el tsunami del coronavirus puso patas para arriba a la economía mundial como pocas veces en la historia, la respuesta de los inversores se repite una vez más: todos corren a comprar dólares.

Como si tuviera inoculada la vacuna para derrotar al virus, la moneda estadounidense vuelve a demostrar, a pesar de Donald Trump, los déficits gemelos, el gigantesco (y descontrolado) endeudamiento, la guerra comercial con China, su falta de competitividad y tantas cosas más que, contra viento y marea, al dólar no hay con qué darle.

Como esos muñecos tentempiés de la infancia que cuando uno los empujaba volvían a ponerse en posición vertical, la divisa de EE.UU. sigue siendo la tabla de salvación de millones de inversores en pánico.

En momentos como este, en que se privilegia la liquidez y las certezas por encima de todo, el dólar sigue gozando de tan buena reputación. Y eso a pesar de todos los (graves) defectos que subyacen en la economía estadounidense y que, a esta altura de la historia económica mundial, ya deberían haber hecho mella en la confianza a largo plazo que se le brinda a la moneda.

En las primeras semanas de marzo, la divisa volvió a mostrar su enorme poderío como reserva de valor. El "Traded-Weighted US Dollar Index", más conocido como índice dólar TWI, ponderado por el intercambio comercial del país, alcanzó el pasado 19 de marzo su mayor valor de los últimos 50 años. Si bien la semana pasada el dólar sufrió una fuerte corrección, estos datos son la confirmación de que, ante un escenario de gran incertidumbre, la divisa se convirtió nuevamente en el activo más seguro y más líquido.

Además, como ocurrió durante la crisis subprime de 2008, el dólar nuevamente varió en el mismo sentido que el VIX, también llamado "índice del miedo", que mide la volatilidad de las acciones estadounidenses. Cuanto más pánico asalta a los mercados financieros, más se refugian los inversores en lo que consideran más tranquilizador y conocido: la moneda de EE.UU.

ANTICUERPOS

Para el dólar, el escenario interno dista mucho de ser el ideal para exhibir su fortaleza como valor refugio, por encima del oro, otro clásico activo utilizado como protección y que últimamente viene exhibiendo una gran volatilidad.

Porque el país ya está en la primera línea de fuego de la pandemia, luego de que la Organización Mundial de la Salud advirtiera que EE.UU. va camino a convertirse en el nuevo epicentro del coronavirus en las próximas semanas, con el enorme impacto que eso va a tener sobre la economía estadounidense. Esto no solo disparó el pánico de los inversores en las bolsas, sino que hizo crecer los pedidos de subsidios por desempleo de manera significativa.

Además, EE.UU. arrastra otros problemas estructurales desde hace tiempo, tales como su falta de competitividad frente a China, su gran enemigo comercial y mucho más eficiente en una gran cantidad de sectores de actividad. Porque si hasta ahora la supremacía económica sobre China se mantenía en los sectores más sensibles, con la actual guerra por el dominio de las redes 5G está comprobado que este liderazgo está puesto seriamente en entredicho. Y a esto hay que agregar los déficits gemelos y el gigantesco nivel de la deuda soberana de EE.UU., a la que los sucesivos gobiernos no han podido ponerle coto.

Pero a pesar de todos estos hándicaps de la economía estadounidense, el dólar sigue ahí como faro en el medio de la tiniebla provocada por el coronavirus. "La amplitud y la extensión de la fuerza del dólar dan la pauta de que los mercados financieros están seriamente afectados. Esta fortaleza es un termómetro de la falta de eficacia de las respuestas a esta crisis. El enfoque 'cueste lo que cueste', desplegado globalmente para frenar la volatilidad y la recesión, también tendrá que tener un impacto sobre el dólar para que sea percibido como eficaz", sostuvo Steve Englander, analista de Standard Chartered.

Por eso, la depreciación de la moneda estadounidense esta última semana, en la que perdió casi un 5% contra el euro, es vista por muchos analistas como una corrección necesaria para evitar que un dólar demasiado fuerte afecte aún más al crecimiento de su economía. "Una intervención coordinada por EE.UU. para vender dólares está en los planes en caso de que el billete siga subiendo", había anticipado Zach Pandl, de Goldman Sachs. Finalmente, el histórico paquete de estímulo monetario presentado por la Reserva Federal, en coordinación con otros bancos centrales, llega para confirmar que el dólar siempre se mete en el mar con el traje de baño puesto.

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