Esperan que la política monetaria de este año sea más relajada que la de 2017

Cuando todos los analistas esperaban un verano de tasas altas, el BCRA sorprendió con el cambio en las metas de inflación. En este nuevo contexto, los economistas anticipan mayor flexibilidad monetaria y tasas con tendencia a la baja. Las expectativas de inflación para 2018 y 2019, en cambio, podrían recalentarse ante la señal expansiva

La política monetaria empieza el año en pleno proceso de ajuste. Hasta la semana pasada, había consenso entre los economistas acerca de que el Banco Central (BCRA) seguiría con las tasas altas, al menos durante el verano, con el objetivo de alcanzar la meta de 10% de inflación o, al menos, de acercarse lo más posible. Sin embargo, con el cambio de metas anunciado el jueves pasado, los analistas esperan una política de tasas más laxa para 2018.

Diego Giacomini, director de Economía & Regiones, sintetizó: "El relajamiento persigue ablandar la política monetaria y bajar la tasa real y nominal, con el propósito de estimular el crédito para ver si puede afectar positivamente el objetivo de crecimiento".

Gabriel Caamaño, socio de Consultora Ledesma, se manifestó en sentido similar: "Hubo una flexibilización de la política monetaria, que se vio en el mercado secundario de Lebac luego del anuncio. Si se sostiene, en la licitación de Lebac de enero y en las primeras decisiones de pases deberían ajustar ambas tasas a este nuevo nivel. Si el sendero empieza a ir hacia abajo, las expectativas de inflación para 2018, que hoy están en 17%, podrían llegar al 20%. Desde lo técnico, el relajamiento no es muy justificable porque, con la política contractiva, las expectativas de inflación ya estaban lejos tanto de las anteriores y como de las nuevas metas para 2018 y 2019".

Para Vauthier, en cambio, la nueva situación genera dos escenarios posibles para la política monetaria de este año. "El primero es que este cambio haya sido para demostrar un mayor compromiso del BCRA con el cumplimiento de la meta, porque el costo de incumplirla una vez que ya la modificó sería mayor. En ese caso, teniendo en cuenta que los meses del verano tendrán una inflación alta causada por los aumentos de tarifas, la baja de tasas que se vio inmediatamente después del anuncio podría ser un piso para los próximos meses".

La otra alternativa que planteó Vauthier es algo menos benévola con la autoridad monetaria: "La segunda posibilidad es que este cambio fue una excusa para mover el dólar y las tasas porque el Gobierno estaba incómodo con el tipo de cambio en $ 17,30 y las tasas en 29%. En este caso, las tasas que se vieron los últimos días podrían mantenerse. Sin embargo, no veo margen para bajarla porque las expectativas ya están más de un punto por arriba de la meta de 15% y un recorte no ayudaría". Para el economista, sin embargo, hay algo que está claro: "El esquema de metas de inflación continúa, por lo que las tasas se van a mantener positivas en términos reales".

Luego del cambio de metas, el organismo que dirige Federico Sturzenegger publicó su documento de objetivos para este año y aseguró: "Para alcanzar el objetivo de inflación, el BCRA seguirá instrumentando su política monetaria a través de la tasa de interés por operaciones de pase, tomando el centro entre los pases activos y pasivos. Este es el mejor indicador del sesgo de la política monetaria". Sin embargo, la mayoría de los economistas todavía prefieren no anticipar en qué nivel estarán las tasas durante 2018. Un informe de Balanz Capital, en cambio, se animó a pronosticar: "La principal lectura tras el anuncio es que muy probablemente las tasas de Lebac tiendan a converger en el corto plazo con las tasas que paga Caputo por las Letes en pesos que colocó en las últimas semanas. Esto implicará un recorte de entre 225 y 335 puntos básicos".

La actitud que tome el BCRA en 2018 marcará la suerte no solo de las metas de inflación sino también del stock de Lebac, que cerró el año por encima del $ 1 billón. "Si la política monetaria se relaja y la tasa baja, es esperable que el crecimiento de las Lebac pierda dinamismo y aumente el ritmo de expansión de la base monetaria", resumió Diego Giacomini. Martín Vauthier coincidió: "Si la tasa bajara un poco, el stock de Lebac no caería nominalmente pero sí crecería por debajo de la inflación o del movimiento del dólar. En cambio, si el BCRA sube la tasa, la contrapartida una mayor cantidad de Lebac aunque no creo que el aumento se de al mismo ritmo que en 2017".

En cuanto a un eventual desarme del stock, Gabriel Caamaño descartó que pueda darse por un cambio de Lebac por Letras del Tesoro en pesos, ya que éstas no tienen la finalidad de sacar efectivo de la calle. Por el contrario, puntualizó: "La única forma de desarmar las Lebac sin llegar a un exceso de pesos es combinando al mismo tiempo un crecimiento de la economía que derive en una mayor demanda transaccional de pesos y bajar el déficit. Las Lebac no son una solución mágica para nada pero es una apuesta a que la economía crezca y a que se cierre el déficit".

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