Es primordial que la mejora financiera se traduzca en inversión

Aciertos: Está claro que el arreglo con los holdouts, las condiciones bajo las cuales se emitió deuda (con una tasa promedio de 7,14%) y con ofertas por suscripciones muy superiores a lo buscado, permitieron ratificar el interés desde el exterior por financiar al país. Otro punto a favor fue la desarticulación de las restricciones cambiarias, sin reforzar el stock de reservas; el equipo económico logró unificar al dólar sin un overshooting del tipo de cambio oficial. Estas medidas permiten desandar un camino de reducción del riesgo país y potenciar la reclasificación de Argentina en el índice MSCI en la revisión anual de 2017, hecho que significaría un aumento de los flujos de inversiones.
Desafíos: Existe cierta falta de timing entre las emisiones soberanas y provinciales; por ejemplo, con la provincia de Buenos Aires colocando en marzo pasado a tasas -si bien inferiores a las del pasado- un tanto elevadas por hacerlo antes de la emisión soberana. Asimismo, se plantea el riesgo de un excesivo endeudamiento externo provincial (descalce de moneda) que genere problemas de repago futuros. También existen dudas sobre la sintonía fina en el manejo de las tasas de interés domésticas. Cualitativamente las decisiones fueron correctas, pero los movimientos demasiado abruptos no parecen alinearse con una política de mayor previsibilidad. Es primordial que las mejoras observadas en el plano financiero se traduzcan en mayor inversión real/productiva.

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