EL PRECIO DE LA MATERIA PRIMA M S IMPORTANTE PARA LA ARGENTINA PODR A SUFRIR BAJAS

Epidemia porcina en China y guerra comercial amenazan a la soja

Las negociaciones comerciales entre chinos y estadounidenses, pero sobre todo un virus que está liquidando el stock de cerdos, golpean la cotización de la oleaginosa

En momentos en que la Argentina necesita desesperadamente el ingreso de dólares para contener su déficit en cuenta corriente, las noticias que llegan desde los mercados financieros de su principal commodity exportado no son halagüeñas. Existe un riesgo real de que el precio internacional de la soja se derrumbe, por una situación muy complicada que se está dando en China, principalmente, pero en la que también está involucrado EE.UU., su principal adversario comercial.

Desde que el gobierno de Donald Trump, hace un año atrás, decidió imponer mayores aranceles a muchos de los productos exportados por China hacia el mercado estadounidense, y que las autoridades chinas tomaran represalias por estas medidas, la guerra comercial entre ambas potencias mundiales desestabilizó los mercados financieros, lo que afectó también a las cotizaciones de la soja.

Fruto de esta escalada comercial fue que, entre principios de mayo y mediados de julio de 2018, el precio del poroto de soja se derrumbara en el mercado de Chicago un 21%. Desde entonces, jamás pudo recuperar los valores que tenía antes de que comenzara la guerra comercial entre ambas potencias. Y esto por más que, a fines del año pasado y principios de 2019, las cotizaciones crecieran un poco, al compás de las noticias que llegaban respecto de que se abría una ronda de negociaciones para destrabar el conflicto. Ronda que en un primer momento iba a durar 90 días, pero que se está alargando más de lo previsto, impactando en la volatilidad del precio de la oleaginosa.

Para los agricultores estadounidenses que siembran soja, la resolución de este conflicto es clave, ya que China es su principal mercado de exportación y una nueva escalada los volvería a afectar por encima del resto del mundo. Ellos son los primeros damnificados por el freno a las importaciones "Made in the USA" que aplica el gobierno de Xi Jinping cada vez que su contraparte estadounidense ajusta el torniquete arancelario.

Pero si bien las represalias comerciales afectan en primer lugar a los productores de EE.UU., los demás agricultores del mundo sufren también por los vaivenes de esta pelea que miran desde la tribuna. La fuerte caída en los precios que se dio durante el año pasado es un fiel reflejo de lo que pierden todos, incluida la Argentina, cuando hay tanto ruido en el mercado.

 

Un producto político

 

Justamente, los analistas ya consideran que la volatilidad que sufre el precio de la soja dejó de depender principalmente de los factores climáticos o especulativos que normalmente se dan en los mercados financieros. Desde que estalló la guerra comercial entre EE.UU. y China, la soja pasó a ser un producto con una carga política muy importante, tal vez tanta como el petróleo u otros commodities energéticos. De ahí que mientras no se llegue a un acuerdo en materia de comercio, los vaivenes de las cotizaciones serán significativos.

Por eso, visto desde la óptica de un productor agrícola que tiene que tomar decisiones de siembra con un horizonte de previsibilidad de varios meses, no tener referencias para poder formar expectativas sobre los precios futuros también debería afectar la superficie sembrada con soja para las próximas campañas, en caso de que el conflicto comercial entre EE.UU. y China no se resuelva pronto.

 

La principal amenaza

 

Pero todo esto podría ser un inconveniente menor frente a la mayor amenaza que hoy se cierne sobre el precio de este producto básico: desde hace varios meses, las zonas rurales de China están padeciendo una epidemia de un virus mortal que liquida el stock de ganado porcino.

El cerdo es la carne más consumida por los chinos y, a su vez, este animal explica la mayor parte de las importaciones de soja por parte del país asiático. Por eso es una noticia espantosa para los productores sojeros de todo el mundo que el gobierno chino todavía no haya logrado contener el brote de peste porcina africana que afecta a su ganado.

El virus es muy contagioso y mata a los animales en pocos días, para los cuales no existe vacuna ni tratamiento que los proteja (aparentemente sería inofensivo en los seres humanos). Por eso, el gobierno decidió sacrificar a todos los cerdos afectados, que ya superan el millón.

Según los analistas del Rabobank, el stock de ganado porcino ya se redujo un 15% en 2018, y se estima que la producción de carne de cerdo va a caer otro 30% más durante este año, un volumen similar a todo lo producido por Europa. Y que, para recuperar el stock previo al estallido de la epidemia, harán falta entre tres y cinco años a partir de ahora.

Con respecto a las importaciones chinas de soja, los efectos de la peste porcina ya se están haciendo notar: en el primer trimestre de 2019 éstas cayeron un 14,4% con respecto al mismo periodo del año anterior. Incluso la consultora INTL FCStone estima que las compras de soja por parte de China podrían llegar a reducirse durante las próximas dos campañas agrícolas, algo que no sucede desde hace por lo menos 15 años.

De acuerdo con Arlan Suderman, especialista de commodities de la compañía, "es casi imposible que el gobierno chino logre frenar la epidemia". Esto se debería a que los animales son criados en pequeñas granjas familiares que no cumplen con las normas sanitarias reclamadas por las autoridades. "No está dentro de la cultura de los productores chinos, por lo que la epidemia puede durar años", advirtió. Definitivamente, el horóscopo chino acertó: este es el año del cerdo.

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