En el año de la reestructuración de la deuda, los bonos caen un 20% y las chances de un default son del 90% a 10 años

Esta caída de los bonos coincide con una fuerte suba de riesgo país, que inmediatamente que se canjeo la deuda paso a operar en niveles de 1080 puntos y hoy vale 1358 puntos básicos, es decir, 278 puntos básicos más, o un 25% por encima de los niveles post canje.

El balance sobre los bonos deja un sabor amargo para la renta fija argentina. En un año en el que se logró reestructurar la deuda, el riesgo país no logró consolidarse debajo de los 1000 puntos, factor que deja un saldo negativo ya que imposibilita al país a salir a emitir deuda nuevamente a los mercados de deuda a tasas razonables. La desconfianza de los inversores para con la deuda argentina es importante y las probabilidades implícitas de default superan son del 92% a 10 años, es decir, un evento casi asegurado.

Llega final de año y es momento de hacer balances. Fue un año muy difícil para el Gobierno en medio de la pandemia y los desafíos económicos. Entre uno de los logros que la actual gestión se congracia en anunciar es la reestructuración de la deuda, sin embargo, el éxito luce bastante limitado si miramos los resultados.

Desde que salió a cotizar a mediados de septiembre, el Global 2029 evidencia una caída del 18,5%, el Global 2030 cae 21%. En la parte media de la curva los retrocesos son del 20% para el Global 2025 y del 21% para el Global 2038. Finalmente, en el extremo mas largo de la curva, los bonos a 2041 y 2046 caen desde que salieron a cotizar 15% y 20% respectivamente.

Esta caída de los bonos coincide con una fuerte suba de riesgo país, que inmediatamente que se canjeo la deuda paso a operar en niveles de 1080 puntos y hoy vale 1358 puntos básicos, es decir, 278 puntos básicos más, o un 25% por encima de los niveles post canje.

Francisco Velasco, head de research de Banco Mariva señaló que entre los muchos desequilibrios macroeconómicos, dos que claramente ayudan a explicar el pobre desempeño de los bonos en dólares post canje son la gran brecha cambiaria y la disminución de las reservas internacionales netas. Además, el especialista agregó que la dinámica reciente de los bonos se debe a cuestiones locales relacionadas con la falta de avances con un acuerdo con el FMI y eventos puntuales que generaron mayor pesimismo entre los inversores.

“Los bonos en dólares inicialmente subieron tras el repunte de los mercados emergentes que comenzó días antes de las elecciones estadounidenses y fue respaldado por noticias positivas sobre vacunas. En ese momento, se habían producido algunas señales positivas locales, como indicios de prudencia monetaria, expectativas de un acuerdo con el FMI y sugerencias de una política fiscal menos expansiva en 2021. Desafortunadamente algunas de esas señales se desvanecieron junto con eventos negativos como el impuesto a la riqueza. falta de avances con el FMI y cambios en la fórmula de las pensiones que derivan en menores ahorros fiscales. Esto último explica el bajo rendimiento posterior desde la segunda mitad de noviembre , agregó.

Para Velasco, a estos precios, los bonos incorporan mucha negatividad: “Creemos que las posibilidades de incumplimiento para los próximos 4 años son bastante bajas. Además, la diferencia de tasa entre países con calificaciones similares es llamativa. Dado el pesimismo imperante, no debería ser necesaria una gran mejora para desencadenar un repunte. Nuestro escenario base contempla un acuerdo con el FMI para fines del primer trimestre y durante todo el año habrá acumulación de reservas internacionales netas .

Sin confianza en los bonos

La reestructuración de la deuda no generó la confianza suficiente en los inversores.  Los bonos argentinos rinden en torno al 17% en la parte corta de la curva y 14,5% en la más larga. Tanto la curva de bonos de ley local como la de ley extranjera se encuentran desplazadas al alza e invertidas, un síntoma de fuerte desconfianza de los inversores para con la deuda. Además, la paridad de los bonos argentinos está debajo del 40%, otro factor que refleja el recelo de los inversores sobre los bonos locales.

En niveles cercanos a los 1400 puntos, el riesgo país argentino es uno de los más altos del mundo, compartiendo el podio junto con Belice. Con una calificación crediticia similar (CCC+), Angola tiene un riesgo país de 1100 puntos. Los bonos Ecuador, recientemente reestructurados, operan con un riesgo país acorde a los 1050 puntos, lo cual son casi 400 puntos básicos más que el riesgo país local.

Mucho más abajo aparecen otros países emergentes que también enfrentan desafíos macroeconómicos importantes, más aún después de un año de pandemia. Sin embargo, la tasa que pagan los países para endeudarse por encima de la tasa libre de riesgo de esos países es notoriamente menor al de Argentina. El riesgo país de Egipto, Ucrania y Turquía se encuentra en niveles de entre 450 y 500 puntos. Sudáfrica tiene un riesgo país de 400 puntos, similar al de México. En 200 puntos o debajo de dicha franja aparecen países como Brasil, Colombia, Chile, Vietnam, Rusia, Perú, Croacia, Panamá y Uruguay, entre otros.

Según los analistas de Portfolio Personal Inversiones (PPI) la probabilidad implícita de default sobre los bonos argentinos es del 12,5% a un año, del 23,8% a 2 años, 34,7% a 3 años. Dicha probabilidad salta al 91,9% a 10 años, lo cual deja como asegurado un evento de default en la próxima década.

“Hoy en día, la curva de CDS exhibe una probabilidad del 35% de caer en default en los próximos tres años, lo cual es extremadamente alto dado que el país tiene requisitos de pago de bonos de solo u$s 3.570 millones hasta 2023, incluyendo instrumentos de la ley local y extranjera , explicaron desde PPI.

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