En América latina, los medios de pago ponen en jaque a un negocio de los bancos

La pandemia de Covid-19 aceleró cambios en la forma en la que empresas y consumidores realizamos transacciones. Por ello, una vez superado el impacto económico inmediato, las estimaciones para la industria de medios de pago son positivas, según apuntamos en el reporte "Global Payments 2020: salto hacia el futuro" de Boston Consulting Group (BCG).

En el caso de América latina, de 2019 a 2024 los ingresos por pagos podrían crecer hasta un 4,9% anualmente, una tasa que es sólo superada por la región de Asia Pacífico. Esto se debe a que se trata de una región donde la penetración y sofisticación del mercado de pagos está obviamente en subdesarrollo en comparación con EE.UU. y Europa.

Sin embargo, en los últimos años la industria había empezado a tomar una curva de crecimiento ascendente. Más allá del castigo que pueda sufrir en los próximos años por los efectos económicos de la crisis actual, esta se va a ver favorecida por cambios estructurales de consumo producidos por la COVID-19.

Junto a ello, la innovación en el comercio electrónico y los esfuerzos para promover mayor inclusión financiera serán los principales impulsores de este crecimiento.

SUBTENDENCIAS

Dentro del crecimiento de mercados de pagos en Latinoamérica en general, la digitalización es la subtendencia que más se está destacando en la región.

Los wallets se están convirtiendo en una fuerza considerable en todo el continente. Asimismo, empieza a emerger una tendencia de jugadores pan-regionales en Latinoamérica, como Mercado Pago, con presencia relevante en ocho países y que sigue desarrollando planes de crecimiento agresivos por país, o RappiPay.

Hasta ahora estos jugadores, se han centrado en un conjunto de funcionalidades verticales como la entrega de alimentos y el comercio electrónico.

Pero iniciativas bancarias regionales como el sistema de pagos instantáneos PIX, desarrollado por el Banco Central de Brasil, o la nueva plataforma para pagos electrónicos Modo, de los bancos argentinos, podrían abrir nuevas oportunidades y mayor competencia.

En este entorno de innovación, se están desarrollando iniciativas tanto por parte de entidades bancarias (por ejemplo, MACH, de BCI en Chile), como de gigantes tecnológicos (por citar uno, WhatsApp en Brasil), a la vez que cobran fuerza la aparición de Fintech en toda la región, como Yape y Plint, en el caso de Perú.

ADQUIRENCIA

Por otra parte, el negocio de adquirencia en Latinoamérica también está sufriendo fuertes cambios que potencian el mercado de pagos. Los países de Sudamérica están transitando a un cambio de modelo hacia adquirentes multimarca, fomentando competencia y generando ingreso de terceros.

Esto comenzó en Brasil en 2010, se extendió a la Argentina en 2019, a Chile y Perú en 2020 y se espera que ocurra lo mismo en Colombia. Hay varios ejemplos de ingreso de jugadores agregadores como Naranja X y Todo Pago en la Argentina, Izipay y VendeMás en Perú o CompreAqui en Chile.

Un mercado más competitivo podría desafiar el dominio de algunos jugadores incumbentes y conducir a una mayor actividad de fusiones y adquisiciones estratégicas, así como inversiones privadasen la industria de pagos de Latinoamérica.

Eso se está viendo muy fuerte en Brasil (tanto en neobanks como en compañías de pago) y México; se está viendo fuerte en Argentina y Colombia y un poco más tenue en Perú y Chile, pero con esperanza de que también crezca.

La compra de Superdigital en Brasil por parte del Grupo Santander o la inversión de u$s 150 millones de Softbank en la empresa de soluciones de pago argentina Ualá son sólo dos ejemplos del tipo de operaciones que esperamos se produzcan en este sector en los próximos años.

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