Dólar fuerte: Analistas tratan de determinar hasta dónde puede llegar la suba

Tras alcanzar un máximo desde febrero de 2014 por los buenos datos de crecimiento del PIB y los anuncios de la Fed, el rally de la moneda se detuvo la semana pasada por los débiles números de empleo. Pero nadie cree que este freno sea duradero

¿Hasta dónde puede llegar el dólar en su rally alcista?, es la pregunta que se hacen los analistas en este verano del Hemisferio Norte, más sacudido por los desbordes políticos en diversas partes del mundo que en los avatares de los mercados financieros, en estos momentos bastante tranquilos, después de varios meses de julio en los que primaron las (malas) noticias en el sector, todos coletazos de la crisis subprime.


Hoy los mercados están más pendientes de lo que pueda suceder en Ucrania, Gaza, Irak y Afganistán, que en las medidas de política de la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y los demás organismos monetarios. Y eso explica en parte por qué el dólar vuelve a convertirse en la estrella de los mercados en estas últimas semanas, ya que en períodos de fuerte incertidumbre política internacional, la divisa se transforma en refugio de valor.


De hecho, el índice dólar (USDX), que mide la variación de la moneda estadounidense contra una canasta de las principales divisas internacionales (formada por el euro, yen, libra esterlina, dólar canadiense, corona sueca y franco suizo) alcanzó en los últimos días un máximo desde febrero de 2014 y tan sólo en julio creció un 2%.


Pero los conflictos en Medio Oriente y Europa del Este no explican toda su fortaleza: también tienen que ver varias de las últimas estadísticas publicadas en EE.UU. que muestran que la economía sigue su marcha hacia la recuperación, si bien no tan rápido como lo desearían los analistas. Después de que el Departamento de Comercio informara que el PIB estadounidense había crecido un sólido 4% durante el segundo trimestre (tras la caída del 2,1% entre enero y marzo de 2014, debida para todos al crudo invierno de este año), los datos de empleo echaron un poco de agua fría a las expectativas alcistas de los inversores más optimistas.


A fines de la semana pasada, el Departamento de Trabajo informó que en julio la economía continuó con la creación de empleos, pero a un ritmo menor al previsto (209.000 nuevos puestos contra los 220.000 esperados por los analistas), mientras que el nivel de desempleo se elevó de manera leve (al 6,2% contra un 6,1% en junio). La ausencia de suba en los ingresos implica que no existen presiones para que la Fed eleve próximamente sus tasas de interés, afirmó Matt Weller, analista de Forex.


Justamente, la línea roja que todos prevén como posible desencadenante de una suba de tasas es el 6% de desempleo que, por lo visto, todavía no se va a cruzar. Sin embargo, y a favor de la apreciación futura del dólar, el máximo organismo monetario informó tras su reunión del Comité de política monetaria (FOMC) que seguía adelante con el desmantelamiento de su política ultra expansiva de emisión de dinero de los últimos años (la célebre Quantitative Easing). Desde el miércoles pasado, la recompra de activos pasó de u$s 35.000 millones por mes a u$s 25.000 millones. E incluso, como hecho novedoso, el comunicado de la Fed avisa que el objetivo de inflación (2% anual) se acerca (la probabilidad de que la inflación mantenga su curso por debajo del 2% se redujo un poco).


Además, como para darle un panorama más preciso a los inversores, se filtró la declaración de un miembro del organismo sobre el futuro de su política monetaria. En una entrevista televisiva, Richard Fisher, presidente de la Fed de Dallas, sostuvo que era muy probable que suban las tasas para principios de 2015 si la economía continúa con su mejora.


Es en este contexto de mejora de la economía (pero no tanto como para relajarse del todo) que los analistas tienen que evaluar cuánto puede seguir la escalada alcista del dólar. Porque el crecimiento de un 4% del PIB con un desempleo que no cede no es una señal que aliente a todos a ver una economía que se confirma como sólida. Y esto más allá de que en los últimos días el euro tocara un mínimo contra el dólar (1,3367) desde noviembre de 2013, nivel que se recuperó tras publicarse los datos de creación de empleo (a fines de la semana pasada, el euro superaba el piso de 1,34 dólares por unidad). Como indicó Angus Campbell, analista de FxPro, no sorprende ver al dólar perder parte de las ganancias obtenidas en los últimos días.


¿Qué es lo que convenció a los mercados a empezar a comprar dólares otra vez? Aparte de la inestabilidad política, que para muchos es la antesala a problemas mayores a nivel internacional, existe la certidumbre entre los especialistas de que la suba de tasas por parte de la Fed ya es un hecho, aunque todos difieren del momento. Para numerosos expertos, el organismo tiene un retraso en la implementación de sus políticas con respecto al ciclo económico, a pesar del tropiezo del empleo.


Y si la creación de nuevos puestos de trabajo se ubicó por debajo de las expectativas, sí creció la tasa de población económicamente activa por primera vez desde el mes de marzo. Para Omer Eisner, de Commonwealth Foreign Exchange, el comunicado de la Fed no era ni demasiado severo ni demasiado blando como para alterar de manera profunda las expectativas de cara a su futura política monetaria. Por lo que el dólar debería retomar su progresión frente a las principales monedas. Sin embargo, si bien se espera que la divisa se siga apreciando, nadie se anima a pronosticar hasta dónde puede llegar esta suba.

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