Cuatro consejos para proteger las inversiones de la crisis turca

El nerviosismo no solo afecta a la Argentina, España y Europa también sufren las consecuencias. Especialistas consultados por Expansión.com hablan de reducir las posiciones de riesgo y moverse con una cartera diversificada.

Los nervios se apoderaron de las bolsas en agosto. La crisis de la lira turca sufrió su primer episodio alarmante el pasado día 10, y mantiene en guardia a los inversores.

El sector bancario europeo está sufriendo una fuerte presión vendedora por la exposición de algunas de los grandes bancos al país otomano, entre ellas BBVA. Pero el castigo se extendió al conjunto de las bolsas del Viejo Continente. Se teme que la crisis de Turquía pueda trasladarse a las economías del sur de Europa y de ahí a los mercados de todo el mundo.

Esta semana se vieron escenas de contagio a las divisas de los países emergentes. Argentina subió la semana pasada la tasa de interés del 40% al 45% para frenar la depreciación del peso. Dos días después lo hizo Indonesia, en un cuarto de punto, hasta el 5,5%. Son sólo dos ejemplos de la vigilancia que reina en lel mercado.

Por el momento, la situación no parece grave, excepto en Turquía, que atraviesa una crisis económica y financiera innegable, que requerirá que el Gobierno de Ankara adopte medidas drásticas para salir de ahí.a

Los analistas señalan que, en todo caso, el país otomano tiene una influencia mínima en el conjunto de la economía mundial.

"Pese al efecto a corto plazo que está teniendo la crisis turca en otras divisas o economías emergentes, el riesgo de contagio es menor con respecto a otras situaciones históricas del mercado, ya que estas economías dependen en menor medida de la financiación en divisas fuertes y no se encuentran sobrevaloradas". comenta Carlos Farrás, de DPM Finanzas.

A la espera

La experiencia dice que en ocasiones se vieron crisis puntuales en algunos países que generaron mucho ruido en un primer momento, pero luego pasaron a un segundo plano, recuerda Felipe López-Gálvez, de Self Bank.

Es el caso de Argentina en el mes de mayo. Se vio durante varios días a varios valores como Telefónica, Dia o Prosegur muy castigados por la crisis del peso, que llevó al país a solicitar ayuda al FMI, pero poco a poco fueron dejando de lado ese castigo asociado a su negocio en Argentina.

En todo caso, el revuelo que se está produciendo en el mercado invita a ser prudentes y a tener en cuenta una serie de estrategias para intentar proteger las carteras de inversión. En cualquier caso es importante adecuar el riesgo al perfil del inversor.

Establecer un límite de pérdidas

Aquellos ahorristas que vieron cómo su inversión en BBVA, por ejemplo, se depreciaba un 9,21% en cuatro días tienen muy pocas alternativas para protegerse a estas alturas. "Ya es tarde: la cachetada está ahí. Lo único que se puede hacer es no perder el rumbo: no hacer cambios bruscos ni volantazos", asegura Marian Fernández, responsable de estrategia de Andbank España.

Mantener la cautela es la máxima a tener en cuenta en momentos como éste, sobre todo en el caso de los inversores particulares. "Una persona que en su momento invirtió en BBVA probablemente lo haría porque su perfil de riesgo se lo permitiese, siendo consciente de que, en Bolsa, el sector bancario es uno de los más volátiles. Es aconsejable mantener la calma y esperar a que amaine el temporal, confiando en un rebote", opina Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank.

Las acciones del banco recuperaron un 1,63% entre el jueves, pero ayer volvieron a caer. Según este experto, el escenario para BBVA no ha cambiado tanto, simplemente lo han hecho las perspectivas económicas de un país que representa el 12% de su beneficio.

Es aconsejable mantener la calma y esperar a que amaine el temporal, confiando en un rebote.

En cualquier caso, Darío García, analista de XTB, recuerda que lo más básico que se puede hacer para estar tranquilos es poner stop loss (órdenes de corte de pérdidas) en las inversiones.

Esto permite al inversor valorar cuánto más estaría dispuesto "a aguantar" en caso de que se prolongasen las caídas de un activo, añade López-Gálvez.

Los expertos apuntan que hay que evitar la tentación de desprenderse de la cartera para entrar cuando la situación esté más calmada. "Esto acarrea unos costes importantes. Además estar entrando y saliendo del mercado hace que sea muy probable que se venda en el peor momento y luego se pierda la recuperación posterior", explica Pablo García, de AlphaValue.

Reducir las posiciones de riesgo

La crisis de la lira turca puso en evidencia la conveniencia de adoptar una estrategia de inversión más defensiva. "Nos parece más prudente tener menor exposición en renta variable, de forma que nos permita incrementarla en momentos de correcciones del mercado con valoraciones más atractivas", comenta Carlos Farrás, socio director de DPM Finanzas.

Dentro de la inversión en Bolsa, lo más aconsejable es centrarse en sectores de carácter defensivo, es decir, integrados por compañías que generan ingresos de forma estable.

Farrás se inclina por empresas de telecomunicaciones. En Andbank optan por compañías del sector eléctrico, como Iberdrola y Red Eléctrica; farmacéuticas, como la suiza Roche y la danesa Novo Nordisk;y de consumo cíclico estadounidense, a través de ETF (fondo de fondos).

Tanto en Andbank como en IG Markets apuntan que para reducir el riesgo de la cartera es recomendable mantenerse al margen del sector bancario, y no sólo por la crisis de Turquía. El retraso de las expectataivas de subas de tasas en su contra.

Rafael Alonso, analista de Bankinter, considera importante en estos momentos evitar los mercados emergentes.

"Hay que estar en Bolsa, porque es el activo que ofrece mejor perspectiva de rentabilidad/riesgo, pero nos gusta más Estados Unidos y luego Europa".

Según Farrás, la recomendación de tener un posicionamiento de las inversiones más defensivo no es tanto por el riesgo de contagio de algunos países emergentes más frágiles como Turquía o Argentina, sino "la preocupación sobre la madurez del ciclo económico en Estados Unidos, uno de los más largos de la historia, las altas valoraciones de la Bolsa americana, el alto nivel de endeudamiento de empresas y particulares en China (deuda/PIB por encima del 200%), y la incertidumbre geopolítica generada por la guerra comercial, el Brexit y la política italiana".

Cubrirse con productos derivados

Cuando se producen turbulencias en los mercados, los inversores, profesionales en general, administran el riesgo cubriéndose con productos derivados. "Depende mucho de la composición de la cartera en cada momento, pero para nosotros el riesgo sistémico que genera un evento determinado es más manejable con estos instrumentos", explica Francisco Veiga, gestor de carteras de Orey Financial. Esto es lo habitual en los inversores más especializados que no quieren deshacer sus posiciones, añaden en XTB.

Pablo García, director de AlphaValue, cree que lo mejor para proteger la cartera de los inversores que estén preocupados es vender futuros por el mismo importe o similar a lo que tiene en cartera. Los contratos de futuros son acuerdos que obligan a las partes contratantes a comprar o vender un número determinado de bienes o valores (activo subyacente) en una fecha determinada, y con un precio establecido de antemano.

"Si tienes una cartera equilibrada puedes vender futuros del índice que la represente y así se compensa la posición del contado con el futuro. Es rápido y barato", apunta García.

En Self Bank matizan que, en ocasiones, las coberturas con derivados pueden tener un coste elevado para una pequeña cartera. Esto es así especialmente en el caso de los futuros, que están más indicados para los inversores profesionales.

También se pueden cubrir las carteras con opciones. Dan a su comprador el derecho, pero no la obligación, de vender o comprar a vencimiento el subyacente por un precio estipulado de antemano.

"Con la cobertura en derivados nos beneficiamos de la corrección sobre el contado a través del derivado. De esta manera, cuando el valor vuelve a la senda positiva, todo el beneficio obtenido en la cobertura se puede utilizar para promediar a la baja el precio de nuestras posiciones y volver del verano con una cartera aún más consolidada y fortalecida", concluyen en XTB.

Diversificar y adecuar el perfil de riesgo

La mejor manera de proteger las inversiones en un mercado volátil e incierto es contar con una cartera suficientemente diversificada con diferentes clases de activos, divisas y áreas geográficas, defienden muchos expertos.

"Es así de simple. Una cartera diversificada da mucha seguridad y, por lo general, logra conservar las rentabilidades obtenidas cuando llega la tormenta. Una composición mixta entre renta variable e inversiones en ETF (fondos de fondos) para muchos inversores es la solución a los vaivenes del mercado", explica Darío García, de XTB.

Este experto añade que la diversificación debe ir acompañada de otra de las claves fundamentales de la inversión: estar adecuada al perfil de riesgo: "De esa manera, el inversor podrá respetar su horizonte de inversión sin realizar ningún movimiento importante en su cartera".

Una cartera diversificada da mucha seguridad.

Teniendo en cuenta el entorno actual, marcado por la crisis de la lira turca y el temor a un posible contagio al resto de países emergentes, Carlos Farras, de DPM Finanzas considera que podría ser interesante incorporar a la cartera activos menos correlacionados con la marcha del mercado, como el oro o la gestión alternativa "a pesar que no están teniendo un buen comportamiento en los últimos meses". De hecho, el oro se ha depreciado cerca del 10% en lo que va de año y cotiza en 1.175 dólares por onza, el nivel más bajo desde enero de 2017.

Rafael Alonso, de Bankinter, no cree que sea adecuado diversificar con oro. "Le perjudica la fortaleza del dólar", afirma. En su opinión, sí sería un refugio invertir en activos en dólares, yen o franco suizo.

Para Marian Fernández, de Andbank, el bono alemán a 10 años, un tradicional activo refugio, está caro, y no aconseja entrar hasta que alcance una rentabilidad de entre el 0,7% y el 0,8%. Ayer ofreció un 0,3%. En el caso del bono estadounidense, tomaría posiciones cuando su retorno se sitúe en torno al 3%-3,2%. Ayer se situó en el 2,86%.

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