Con retención cambiaria será difícil crecer en base a exportaciones

El gobierno del Frente de Todos apunta a que la economía se recupere en base a un crecimiento de las exportaciones. Como lema es interesante, pero cumplirlo no es tan sencillo. Más con una economía poco competitiva como la argentina, que necesita de reformas estructurales de fondo para ganar eficiencia. La situación se complica aún más con un cepo  que, a casi seis meses de implementarse, no tiene horizontes de desarmarse. El hecho de controlar el tipo de cambio actúa como una retención a las exportaciones, a las que irónicamente el Frente de Todos dice querer fortalecer.

Si tomamos la proporción del dólar mayorista en comparación con el dólar contado con liquidación, podemos aproximar la quita que sufren los exportadores. De esta manera, con un tipo de cambio mayorista de $ 61,70 por dólar y el "contado con liqui" en $ 81,50 por dólar, la retención cambiaria es de 24,3%. En otras palabras, uno de cada cuatro pesos de los ingresos de los exportadores son retenidos. ¿En qué consiste la retención cambiaria? En que un exportador debe vender su producto al precio de dólar oficial de $ 61,70. Pero si quiere volver a tener un dólar, lo deberá adquirir en el "contado con liqui" a $ 81,50.

La verdad es que buscar una recuperación económica por crecimiento de exportaciones con un cepo "hard" suena hasta contradictorio. Además, se deben tener en cuenta las particularidades de cada sector. Por ejemplo, si tomamos a uno de los sectores más castigados como lo es la soja, que tendrá retenciones impositivas del 33% amparada por la Ley de Emergencia, el castigo es aún mayor. En este caso, por un dólar de ventas externas, teniendo en cuenta la retención mencionada, el precio del exportador sería en la práctica con un tipo de cambio de $ 41,30 por dólar.

En otras palabras, comparado con el dólar contado con liquidación ($ 81,50), la retención total es del 50%. En este ejemplo, dos de cada cuatro dólares de los ingresos de los exportadores son retenidos. Como siempre, cuando la economía presenta complicaciones, el ajuste recae sobre el sector privado pero nunca sobre el sector público.

Por otro lado, cuanto más bajo sea el valor del dólar artificialmente fijado con el cepo, mayor será la retención "cambiaria", en la medida que el tipo de cambio paralelo continúa reflejando la verdadera depreciación del peso, que el Banco Central sobrevalora en su propia cotización. Lo cierto es que si Argentina pretende recuperar competitividad, se tiene que pensar menos en el nivel del tipo de cambio y más en las reformas estructurales.

El tipo de cambio es sólo una variable más de lo que hace a la competitividad. Sin embargo, hay muchas variables adicionales que parecieran no tenerse en cuenta cuando se habla de competitividad. Podemos destacar varias, como la presión tributaria, el costo laboral, la industria del juicio, la elevada burocracia, los altos costos de importación y el etcétera puede ser largo. Sólo encarando las reformas estructurales que mejoren lo recientemente mencionado pueden hacer crecer las exportaciones de manera sostenida.

Por último, si bien es cierto que la balanza comercial mostró un superávit importante en el 2019 de casi u$s 16.000 millones, el resultado responde principalmente a un derrumbe importador y no a un "boom exportador". En 2019, las importaciones cayeron un 25% mientras que las exportaciones sólo avanzaron un 5,4%. Este punto también debe tenerse en cuenta ya que, de recuperarse la economía, las importaciones comenzarán a crecer afectando el saldo superavitario de la balanza comercial. Nuevamente, para poder cumplir con el objetivo de crecer vía exportaciones, las reformas estructurales son necesarias.

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