Aunque arrecia la crisis, inversores ya vuelven a posicionarse en Brasil

Tras la estampida del 2015, en lo que va del año, el Bovespa, el índice local, acumula una suba de 14% en dólares. Si bien influye cierta recuperación en el precio de las materias primas, los inversores ven más cerca el final de la intrincada crisis política que vive el país. Pero el cambio de humor no se apoya en la macro: para este año el mercado espera una contracción del 3,5% de la economía

En medio de la fuerte crisis política y económica que sacude a Brasil, sus mercados atraviesan una sorpresiva recuperación. El Bovespa, su principal índice bursátil, que cerró el 2015 con una estrepitosa baja del 42% en dólares, acumula ahora una suba del 14,1% desde el primero de enero. De esta manera, se ubica como uno de los mercados bursátiles con más crecimiento en lo que va de 2016.

El apetito de los inversores por Brasil parece haber vuelto, acompañado por una leve recuperación de los commodities, como el crudo y el hierro, pero fundamentalmente impulsado en las últimas semanas por los coletazos del fuerte escándalo por corrupción que golpea al Gobierno de Dilma Rousseff.

Este viernes, cuando se conoció que el ex presidente brasileño, Luiz Inazio Lula Da Silva, era arrestado en San Pablo, para ser interrogado por el caso Petrobras, la bolsa paulista se disparó un 7%. En tanto, el real, que en el último año sufrió una devaluación superior al 45%, terminó con un alza de 3% frente al dólar. Una de las peores jornadas para la historia del PT significó para los mercados el cierre de la mejor semana en los últimos siete años.

Los mercados festejan la noticia: ven en ella un cercano desenlace a la intrincada trama de corrupción política en la que está envuelto el oficialismo. Además, apuestan a que el revés judicial que atraviesa el Gobierno desemboque en una salida acelerada de Dilma de la presidencia y un eventual recambio por un mandatario con políticas más "market friendly".

Sin embargo, analistas políticos y financieros advierten que, aunque el juicio político contra la presidenta brasileña sea inminente, la aguda crisis que atraviesa la séptima economía del mundo está todavía muy lejos de resolverse.

Pese al buen humor en la bolsa, las previsiones para este año son sombrías. Según informó este lunes el Banco Central brasileño, los analistas financieros volvieron a empeorar esta semana su previsión para la economía y estiman ahora que se contraerá un 3,50 % en 2016. De ser así, el país encadenaría dos ejercicios en rojo por primera vez desde 1930.

Al mismo tiempo, las perspectivas de inflación fueron corregidas al alza, desde el 7,57% al 7,59%; y el índice de desempleo se ubica en torno al 10%.

"No hay ningún cambio fundamental en las perspectivas de la economía brasileña", dijo en este sentido Bruno Rovai, economista de Barclays en Nueva York, a Wall Street Journal. "Incluso si el juicio político se materializa no hay evidencia para mí que cualquier situación política que siga mejore. El que toma el poder se enfrentaría al Congreso más fragmentado en la historia".

Aún si Rousseff termina siendo reemplazada con un nuevo presidente, a su sucesor le quedaría la tarea titánica de conseguir una mayoría en el Congreso, lo que podría desembocar en un período de mayor parálisis política y económica.

Los analistas remarcan que los inversores no deben olvidar que, sin importar quien esté al frente del Gobierno, el ejecutivo brasileño deberá tomar en el corto plazo medidas antipopulares que apunten a las correcciones en materia monetaria y fiscal necesarias para lograr la recuperación económica.

No falta quien recuerde que hasta la actual presidenta comenzó su segundo mandato con objetivos de reducción del déficit que todavía no consiguió alcanzar.

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