La inteligencia artificial (IA), que cautiva a millones de personas y que promete mucho para los próximos años, ya está mostrando todo su potencial en los mercados financieros.
En lo que promete ser el mejor primer semestre para el Nasdaq desde 1999, todos en Wall Street se frotan las manos al ver cómo, una vez más, aparece un conejo de la galera.
Si bien la IA está logrando revertir el pesimismo reinante, salpicado por una inflación que no se termina de controlar y la política de subas de tasas de interés aplicada por la Reserva Federal como antídoto, la desaceleración económica es un hecho y el resto del mercado sabe que las noticias no son buenas.
Fue la llegada del ChatGPT lo que disparó de manera espectacular los índices de la Bolsa de Nueva York vinculados con el sector tecnológico. Y todo hace prever que va a terminar junio con la suba más significativa desde 1999, cuando se dio el auge de la burbuja punto com.
MAYORES GANADORES
Entre los mayores ganadores del viento de cola que la IA está dando a la renta variable, el fabricante de microprocesadores Nvidia, una empresa que no es de las más conocidas por los pequeños inversores cruzó la semana pasada la barrera psicológica del u$s1 billón de capitalización bursátil, cuando a principios de año valía "tan solo" u$s 350.000 millones.
El detalle no es menor, ya que eran solo cinco las compañías que pertenecían a este selecto club: Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon y la petrolera Saudi Aramco, la única que no forma parte del sector tecnológico.
Pero el fenomenal rally alcista de Nvidia no es casual: es la firma que hace funcionar, con su última versión de microprocesador (el H 100), al "cerebro" del ChatGPT, de ahí la desesperación de los inversores por comprar acciones de la empresa.
"Si bien es probable que los precios de las acciones tecnológicas experimenten una pausa a corto plazo después del impresionante desempeño de este año, seguimos creyendo que la perspectiva de ganancias del sector se revisará al alza a largo plazo a medida que el gasto en IA continúe creciendo", expresó el analista Ed Yardeni.
POCO PARA FESTEJAR
A pesar de que exista ese efecto manada entre los inversores por no perderse la euforia que hoy se vive en el Nasdaq, todos saben también que la performance del resto del mercado no da para festejar demasiado.
Es que la bolsa viene golpeada en los últimos meses por el impacto de la inflación elevada en la economía estadounidense.
La inflación acumulada desde principios de 2023 es del 2,2%, lejos de las metas históricas de inflación de la Fed (alrededor de 2% anual). Por supuesto, esta situación obligó al organismo a aplicar política monetaria contractiva, llevando la tasa de referencia del 0%-0,25% en marzo de 2022, al nivel actual del 5%-5,25 por ciento.
Un alivio
Todo esto es un balde de agua fría en el crecimiento económico, y los índices bursátiles, a excepción del Nasdaq, así lo vienen registrando. De hecho, el S&P 500 se encuentra en los mismos valores que en junio de 2021, prueba del estancamiento que afecta a gran parte de las empresas de EE.UU.
Y eso a pesar del alivio que significó el reciente acuerdo entre el gobierno de Joe Biden y los congresistas republicanos para elevar el techo de la deuda (de u$s31,4 billones).
Si bien se preveía un final feliz en esta negociación, la situación sigue siendo delicada por el impacto inflacionario en los resultados corporativos.
Es que, por más que todos se quieran subir al tren de la IA que está pasando por el Nasdaq, los analistas insisten con que ese árbol no vaya a tapar el bosque de la situación del resto de Wall Street. Porque tal vez un rally bajista podría estar a la vuelta de la esquina.



