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En un escenario signado por la volatilidad financiera y la rigidez estructural, la arquitectura del sistema bancario argentino enfrenta un punto de inflexión. Esta vez, el motor del cambio no es una reforma fiscal ni un nuevo régimen monetario, sino el avance vertiginoso de tres tecnologías emergentes que se retroalimentan entre sí.

Se trata de la Big Data, la Inteligencia Artificial (IA) y la computación cuántica (CQ). Este "tridente" tecnológico se perfila como un catalizador capaz de redefinir, desde sus cimientos, el funcionamiento del ecosistema financiero nacional.

La alerta fue encendida durante la 7ª edición del Digital Finance Forum, organizado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). En el panel "Quantum Computing: la tecnología que lo revolucionará todo (empezando por las finanzas)", la firma argentina /q99 -referente regional en el impulso de tecnologías cuánticas- presentó un estudio estratégico: "Tecnologías Cuánticas: estrategias clave y oportunidades para el sector bancario argentino".

El detalle del informe

Uno de los hallazgos más contundentes del documento es que el 83% de los líderes bancarios consultados considera que la computación cuántica tendrá un impacto significativo en su industria en los próximos cinco a 10 años, aunque apenas el 7% afirma contar hoy con una estrategia concreta para abordarla.

"Estamos frente a una nueva era de inteligencia financiera. La computación cuántica ya no es futuro lejano: empieza a redefinir cómo pensamos el riesgo, el crédito y la estrategia. En Argentina tenemos la oportunidad de no correr de atrás. Podemos liderar", aseguró en diálogo con El Cronista Facundo Díaz, presidente y fundador de /q99.

Un sistema anclado al pasado

El informe expone que, pese al dinamismo de las fintech y el avance de las billeteras digitales, el sistema bancario tradicional muestra rigideces estructurales.

De acuerdo con cifras del BCRA citadas en el estudio, el crédito privado representa apenas el 9,2% del PBI, una de las tasas más bajas de la región. Además, entre el 60% y el 70% de los ingresos bancarios proviene de operaciones de mesa de dinero, mientras que el crédito productivo sigue rezagado.

La inclusión financiera, en tanto, avanza de forma desigual: si bien las soluciones digitales alcanzan una penetración del 99% en zonas urbanas, solo el 40% de los adultos posee una cuenta bancaria tradicional y un 25% permanece directamente fuera del sistema.

Díaz apunta a una transformación de fondo: "Hoy, el verdadero cliente del sistema financiero es la data. Y lo que está, en proceso de cambio, es la forma de capturarla, procesarla y convertirla en capas de inteligencia aplicable. La computación cuántica permite hacer esto con una eficiencia sin precedentes, gracias a su capacidad de optimizar simulaciones complejas y modelos de negocio mediante cálculos probabilísticos avanzados".

El estudio aporta benchmarks internacionales y proyecciones locales que refuerzan la viabilidad de este giro tecnológico. Aunque reconoce los desafíos del mercado argentino -una estructura históricamente especulativa y un sistema bancario altamente dependiente de la renta financiera-, sostiene que una eventual normalización macroeconómica podría habilitar un cambio estructural duradero.

"Una economía más abierta, productiva y transparente generaría mayor demanda de crédito, flujos de capital más previsibles y bancos reconectados con su rol original", subraya Díaz.

Sin embargo, también identifica los principales obstáculos: cuando el grueso de los ingresos proviene de la mesa de dinero, el incentivo a modernizar otras áreas -como la banca minorista o empresarial- se reduce. A eso se suma la complejidad y el costo de migrar desde sistemas legacy, históricamente largos, onerosos y con riesgos operativos latentes.

Oportunidad cuántica en medio de la crisis

En este contexto, la computación cuántica aparece como una herramienta de transformación sistémica. Si bien aún se encuentra en fase de desarrollo, el momentum global es contundente: más de 100 computadoras cuánticas ya están operativas en el mundo y solo en el primer trimestre de 2025 se invirtieron más de u$s 1.200 millones en el sector.

En el caso argentino, el impacto proyectado de incorporar el tridente tecnológico (data, IA y CQ) es significativo:

  • Reducción de entre 8% y 12% en tasas de morosidad (NPLs).
  • Incremento del 25% en inclusión crediticia.
  • Optimización de portafolios con ganancias de hasta 12% de alpha.
  • Mejora de entre 25% y 35% en modelos predictivos inflacionarios.
  • Detección de fraudes hasta un 50% más rápida.

Se estima que la adopción integral de estas tecnologías podría elevar el PBI financiero argentino en un 5,5% en el mediano plazo.

Consultado sobre si Argentina podría ocupar un rol de liderazgo regional en esta revolución, Díaz fue tajante: "Estoy convencido de que Argentina tiene una oportunidad real y concreta de convertirse en un referente global en computación cuántica. Pero esa ventana es breve y el momento de actuar es ahora".

El experto argumenta que aún estamos a tiempo porque la CQ se encuentra en una etapa incipiente, aunque operativa, tras años de inversiones intensivas por parte de gobiernos y corporaciones. "No hace falta empezar de cero ni realizar apuestas monstruosas: parte de la infraestructura ya está disponible", sostiene.

En ese sentido, resalta que el país tiene ventajas competitivas: "Contamos con un ecosistema emprendedor con visión tecnológica, casos de éxito global como los unicornios y desarrollos en blockchain, y -clave en este campo- un capital científico de excelencia. La computación cuántica requiere físicos, matemáticos, expertos académicos. Y ahí, Argentina tiene mucho para aportar".

Del laboratorio a la operatoria diaria

El enfoque no pasa por reemplazar lo existente, sino por integrarlo progresivamente. La estrategia recomendada es comenzar con pilotos de bajo riesgo y alto impacto, centrados en áreas como portafolios de inversión, scoring crediticio inclusivo y prevención de fraudes.

El documento también advierte que la carrera cuántica tiene un fuerte componente geopolítico. Estados Unidos, China, la Unión Europea e India invierten en programas estatales y alianzas público-privadas para alcanzar la supremacía tecnológica antes de 2030.

En el frente corporativo, IBM, Google, Microsoft y NVIDIA lideran una competencia feroz por escalar sus sistemas a miles de qubits tolerantes a errores.

El diagnóstico es claro: esperar no es una estrategia. En un país donde la inflación proyectada para 2025 ronda el 27% y el modelo bancario se sostiene sobre ingresos volátiles, la adopción cuántica deja de ser una apuesta tecnológica para convertirse en una cuestión de supervivencia estratégica.

"Los próximos cinco años van a definir si la banca argentina se reinventa o queda atrapada en la obsolescencia estructural", concluye el informe.