Una de las presiones de los agentes de bolsa disidentes será quedarse con la Cámara de Agentes y Sociedades de Bolsa, cuya votación se hará en la asamblea del jueves próximo. Mientras el oficialismo intentará renovar su mandato, por los disidentes irán Norberto Peluso y Alejo Alvarez como miembros titulares por tres años; Alberto Longo Elía como suplente por tres años; Claudio Behr, Andrea Patricia Fescina y Mariano Tavelli como revisores de cuentas por tres años; y Gustavo Cucchiara como revisor de cuentas por un año. La lista fue presentada por Sergio Besfamille, Anibal Pires, Alberto Servente, Jorge Cozzani, Julio Macchi y Erica Rüegg.

La intención es darle a la cámara un rol institucional más amplio y un mayor protagonismo. Si bien vendría a ser un apéndice del Merval, ahora podría tener un rol importante desde la faz institucional, como negociador ante la CNV de los posibles cambios en la reglamentación de la ley de mercado de capitales, de modo de poder revisar los puntos a los que el directorio del Merval se niegue, al ser independientes.

El tema central es que, si no se aprueba el B&MA, el Merval pasa a tener una potencia mucho mayor que siendo residual, donde sólo se quedaría con el Banco de Valores. Hay rumores sobre un grupo de empresarios interesados en adquirirlo, ya que ven que tiene un precio muy barato, y un upside importante. Por lo pronto, falta que la CNV dé conformidad administrativa primero a la escisión del Merval. Para avanzar con esto, sólo hace falta que el mercado presente el trámite ante la IGJ de la nueva sociedad. Por lo tanto, aún falta para que la gerencia de Emisoras del regulador dé el OK a la apobación del estatuto del B&MA.

A la CNV le preocupa salir en los diarios como villanos, que se pueda judicializar el tema y que la mayor parte de afectados sean Pymes. A todos les ha preocupado mucho la confidencialidad, y no se dan cuenta de que es imposible de lograr. Además, no hay razón para que un tema que se presenta defendiendo la transparencia, no quiera mostrar transparentemente a la opinión pública los pasos que se van dando. Hay algunos puntos que pueden comprometer la continuidad de la actividad, otros son de muy difícil o imposible cumplimiento para Pymes con menos de 10 empleados, y hay otros que son cumplibles, pero los han hecho administrativamente muy engorrosos y a una Pyme eso la complica mucho, sostiene un agente.

¿A quiénes les resulta más fácil cumplir con todo este fárrago de normas? Obviamente a los más grandes. ¿Quiénes estuvieron trabajando e influyendo desde el principio? Obviamente los más grandes. Puede ser legítimo que lo hayan hecho. Pero es mucho más legítimo que las Pymes nos defendamos y demandemos como mínimo flexibilizar las normas y sentarnos en la mesa de negociaciones a tal fin, protesta el presidente de una sociedad de bolsa.