"Dicen que la definición de locura es repetir lo mismo una y otra vez y esperar un resultado diferente. Así es la Argentina. Puede que Javier Milei tenga muchas virtudes, pero en un aspecto clave -su vinculación al dólar estadounidense- no se diferencia de todos sus predecesores".

Robin Brooks, economista, ex Goldman Sachs y ex economista jefe del IFI, Instituto de Finanzas Internacionales, un think tank de la banca global con sede en Washington, sigue de cerca los acontecimientos en el país y mantuvo debates con Sergio Massa y otros funcionarios acerca del nivel del tipo de cambio.

Después de las elecciones bonaerenses, posteó en las redes sociales una columna de análisis titulada "La misma vieja historia para Argentina. Una y otra vez, Argentina se ata al dólar estadounidense, con resultados desastrosos", en donde asegura que la maldición del país es no dejar flotar la cotización de la divisa.

"De hecho, la situación actual con Milei es simplemente una repetición de lo que ocurrió antes, comenzando con un estallido inicial de entusiasmo y apoyo popular, que inevitablemente se transforma en resentimiento e inquietud a medida que las reformas se hacen notar", escribió.

"Las elecciones de ayer en la provincia de Buenos Aires, donde los peronistas derrotaron contundentemente al partido de Milei, demuestran que la Argentina está perdiendo la paciencia una vez más ante la dolorosa realidad de las reformas", subrayó.

En el fondo de todo esto se encuentra -sostuvo Brooks- la retorcida relación de Argentina con el tipo de cambio. "Una y otra vez, los gobiernos fijan el tipo de cambio al dólar estadounidense, a pesar de los innumerables argumentos en contra. Milei cayó en esta trampa", sentenció el economista.

Recordó que también le sucedió a Mauricio Macro que experimentó "la misma fatiga reformista que Milei y perdiera las primarias en agosto de 2019".

"Milei comenzó con una fuerte devaluación en enero de 2024. Esto fue positivo, ya que liberó la presión depreciatoria acumulada que se había formado bajo su predecesor. Pero en lugar de flotar el peso, Milei adoptó un tipo de cambio móvil al dólar estadounidense", describió Brooks.

El tipo de reforma profunda que necesita la Argentina ya es bastante doloroso, pero hacerlo con un tipo de cambio sobrevaluado es una locura. Es necesario permitir que el peso flote libremente.

"La alta inflación tras la devaluación inicial devolvió rápidamente el tipo de cambio real efectivo a su nivel anterior", recordó. "Esto significaba que Argentina intentaba implementar un esfuerzo de reforma sin beneficiarse de un tipo de cambio competitivo ni impulsar su sector exportador. En efecto, la Argentina se está perjudicando a sí misma con su fijación en los tipos de cambio fijos del dólar, que es la misma vieja historia de todos los gobiernos desde Domingo Cavallo y su fijación del dólar a principios de los años 2000", explicó en tono crítico.

Aunque no lo reconozca, en rigor Brooks está en la misma posición que actualmente sostiene el ex ministro Cavallo, y afirma: "Argentina necesita urgentemente superar su miedo a la flotación monetaria de una vez por todas", que es exactamente el mismo planteo que tiene el ex ministro de Economía.

"El tipo de reforma profunda que necesita la Argentina ya es bastante doloroso, pero hacerlo con un tipo de cambio sobrevaluado es una locura. Es necesario permitir que el peso flote libremente. Eso conllevará una gran devaluación, pero, si se permite, dicha devaluación persistirá y generará crecimiento en el sector exportador argentino, lo que a su vez hará que las reformas sean políticamente más sostenibles".