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En un contexto de inflación persistente, caída del poder adquisitivo y creciente necesidad de financiar consumos, las tarjetas de crédito ganaron protagonismo como instrumento financiero clave para los hogares argentinos. Pero no todas son iguales: las diferencias entre productos en comisiones, tasas de interés y requisitos pueden representar una ventaja o una amenaza para la salud financiera.

Un estudio clasificó las tarjetas más convenientes según cuatro componentes centrales: comisión de mantenimiento mensual, costo de renovación anual, tasa de financiación y nivel de ingreso requerido. Y va más allá: también establece qué tipo de tarjeta es más adecuada para cada perfil de usuario, desde un joven con su primer empleo hasta un consumidor de alto poder adquisitivo.

Así se desprende de un detallado análisis del Instituto de Economía (INECO) de UADE. Un informe basado en datos del Régimen de Transparencia del Banco Central de la República Argentina (BCRA) de mayo de 2025.

La trampa de financiar: tasas que superan el 200% anual

Uno de los hallazgos más alarmantes del estudio es la amplia dispersión en las tasas de interés por financiación de saldos. Mientras algunas tarjetas como la Pactar del Banco Provincia ofrecen una tasa del 53,8%, otras -como la Visa Platinum del Banco Industrial- llegan al 214,1% anual.

"En un país donde muchas familias solo pagan el monto mínimo del resumen, esta diferencia puede implicar un sobreendeudamiento acelerado", advierte.

"La conducta de financiar el resumen se volvió riesgosa en un contexto de tasas tan elevadas", advierte el informe. Y agrega: "El pago mínimo puede llevar a una espiral de deuda difícil de revertir, especialmente para consumidores con ingresos bajos o sin historial crediticio".

Las más baratas (y las más caras) del mercado

En cuanto a mantenimiento mensual, la tarjeta Visa Black del Banco Santander lidera entre las más accesibles, con un costo de $3.709, seguida por productos de Brubank, Credicoop y Banco Comafi, todos por debajo de los $5.000. En el otro extremo esta la Visa Signature del Banco Macro, seguida por tarjetas de Galicia, BBVA y el ICBC.

La renovación anual también muestra una fuerte disparidad. La más económica es la Naranja Clásica, con $8.106 al año, mientras que la AMEX Icon del Banco Macro llega a un exorbitante $774.642.

Qué tarjeta conviene según tu perfil

UADE sugiere una estrategia personalizada de selección de tarjeta, con base en el perfil financiero:

Jóvenes con primer empleo: deben optar por productos sin costo de mantenimiento y sin ingreso mínimo, como los del Banco Nación o Banco Provincia. Las fintech también resultan atractivas.

Jubilados: deben priorizar bajas comisiones y promociones específicas para clientes previsionales.

Jefes o jefas de familia: deben buscar un equilibrio entre costos y tasas, y aprovechar planes de cuotas sin interés.

Usuarios de alto poder adquisitivo: pueden permitirse tarjetas premium con comisiones elevadas a cambio de beneficios exclusivos, como salas VIP, seguros de viaje y asistencia internacional.

Más que medio de pago: un canal de liquidez

En lo que va del 2025, los préstamos en pesos al sector privado crecieron de $9,7 billones a $14,3 billones, un incremento del 47% en solo cuatro meses.

En gran medida, esta expansión se explica por el uso creciente de las tarjetas de crédito como herramienta de liquidez inmediata, ante la imposibilidad de ahorrar en moneda dura y las restricciones cambiarias. Los principales rubros de uso son alimentos, electrodomésticos, servicios y viajes nacionales.

Además, el avance de las billeteras virtuales integradas a tarjetas -como las ofrecidas por Mercado Pago, Ualá o Naranja X- amplió el acceso al crédito en sectores históricamente excluidos del sistema financiero tradicional.

Bancos vs. Fintechs: ¿quién gana la pulseada?

Mientras los bancos tradicionales dominan el segmento premium con productos Visa Signature o Mastercard Black que pueden superar los $500.000 anuales en comisiones, las fintechs ofrecen productos sin mantenimiento mensual y menores requisitos de ingreso, aunque con topes de crédito limitados y menos beneficios.

El informe destaca que "la educación financiera del usuario será clave en este escenario cada vez más complejo, donde no solo importa el acceso al crédito, sino también su costo y su administración racional".

Las tarjetas de crédito en Argentina son hoy mucho más que un medio de pago: funcionan como una extensión del ingreso real y una herramienta clave para sobrellevar la coyuntura económica. Pero, en un contexto de alta inflación y tasas desmedidas, el desconocimiento o la mala elección puede tener consecuencias graves.

Por eso, comparar productos, entender cada cargo, evitar la financiación con tasas desmedidas y adaptar la tarjeta al perfil personal son pasos fundamentales para transformar el plástico en un aliado... y no en una amenaza.