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En enero volvieron a crecer los saldos pendientes de pago de importaciones, por unos u$s 940 millones, y el stock se habría incrementado u$s 9000 millones en 12 meses, según las estimaciones de 1816. Se trata de la diferencia entre importaciones devengadas y pagadas, por el financiamiento obligatorio que dispuso la autoridad monetaria.

El analistaSalvador Vitelliseñala que hubo un crecimiento con respecto de las cifras de noviembre y diciembre, después de que entre junio y octubre el promedio mensual había ascendido a u$s 1300 millones.

Deuda comercial

Contempló la diferencia entre lo que publica el Indec del intercambio comercial argentino versus el balance cambiario del BCRA mes a mes: "Desde febrero del año pasado hasta este último enero, me da una deuda de u$s 10.000 millones.Explotó luego de junio, cuando se dictaminó que los importadores debían buscar financiación propia", advierte.

A su juicio, esto pone en jaque a las reservas del Central, "ya que en la medida en que acumula mayor deuda, en algún momento esos dólares tendrán que ser liberados. Las reservas netas son de apenas u$s 4000 millones y se va rumbo a un panorama de divisas complicado, con mermas en producción y precios de los commodities agrícolas a la baja".

En enero volvió a crecer el saldo pendiente de pago por importaciones, por unos u$s 940 millones, y el stock se habría incrementado u$s 9000 millones en 12 meses, según estimaciones de 1816. Se trata de la diferencia entre importaciones devengadas y pagadas, por el financiamiento obligatorio que dispuso la autoridad monetaria.

Presión cambiaria

Su colega Marcelo Elizondo coincide en que este saldo pendiente de pago forma parte de la canasta de presión cambiaria de este año: "Habrá menos ingresos de dólares por exportaciones por la caída de 10% respecto del año pasado por la sequía, por lo cual se tendrá la necesidad de atender los dólares de las importaciones con menos dólares provenientes de las exportaciones, a lo que se le debe agregar la presión de esta deuda".

En este marco, la Argentina tiene déficit de la balanza de servicios, además de presión por los dólares por compromisos internacionales, privados y públicos.

TENSIÓN CAMBIARIA

"Cuando se mira para adelante, la problemática cambiaria también esta es una deuda que hay que cubrir. Así como la deuda en pesos, tanto la fiscal como la cuasifical, y las ON en dólares fiscales, con menos dólares de exportaciones hay que cubrir la demanda por importaciones", explica Elizondo.

Pone en jaque a las reservas del Central, "ya que en la medida en que acumula mayor deuda, en algún momento esos dólares tendrá que liberarlos. Las reservas netas son de apenas u$s 4000 millones y se va rumbo a un panorama de divisas complicado, con mermas en producción y precios de los commodities agrícolas a la baja".

"Como en 2022 hubo que restringir mucho por administración de comercio, queda el saldo del año pasado y todo confluye que tendremos un año cambiario complicado por la demanda de dólares extra al ser este un año electoral, donde siempre hay más presión sobre el dólar y menos oferta, ya que hay comportamiento cortoplacista y especulativos que optan por dolarizar sus carteras", concluye.

Incógnita

La pregunta que se hacen todos es de dónde saldrán los dólares para pagar esta deuda con importadores. Según la Bolsa de Comercio de Rosario las proyecciones meteorológicas no son optimistas sobre la posibilidad de precipitaciones que permitan revertir el déficit de lluvias que acumula febrero.

En conjunto las exportaciones del complejo agroexportador podrían caer más de u$s 15.000 millones en este escenario, con el consiguiente impacto en la actividad económica local y en el balance de divisas.

En Delphos se preguntan cómo el Gobierno administrará la tensión entre la acumulación de reservas y la actividad en un contexto de caída de las exportaciones agrícolas, crecientes tasas de interés internacionales y las necesidades electorales.