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Transferir dinero a otros países es una experiencia con muchas fricciones no sólo para individuos, sino también para pequeñas y medianas empresas. Enfrentan comisiones altas, demoras en los pagos y falta de transparencia que pueden dañar o romper su vínculo con sus proveedores.

Las pymes, cuyas transacciones treparon en 2024 a nivel global a los u$s 32 billones y en la región a los u$s 700.000 millones, utilizan ya no sólo bancos, sino también fintech y billeteras cripto para transferir al exterior.

Las comisiones que las entidades bancarias cobran para envíos de u$s 250 ascienden al 23,3%, mientras que las de u$s 1000 pagan 8,6%. Pero también encierran costos cambiarios ocultos y conversión unilateral de divisas, lo que implica abultadas pérdidas para las compañías.

Según un estudio elaborado por Mastercard, Payments and Commerce Market Intelligence (PCMI) y K2, el 11% de las transferencias transfronterizas fracasan completamente en América Latina. De las exitosas, el 42% llega a destino con un retraso de hasta 2 días, el 18% demoran entre 2 y 4 días, 22% pueden tardar hasta 10 días, y 18% aún más.

"Los pagos tienen muchos intermediarios y fricción. Enfrentan una comisión de origen, una comisión de acceso al tipo de cambio, los costos de la banca corresponsal. Que el mensaje vaya disociado del contenido hace que tengas asimetrías de información. Hay opacidad, no es un sistema transparente", explica a El Cronista Federico Darnond, director de Mastercard Move.

Las barreras que enfrentan las pymes son una infraestructura financiera que no se diseñó para ellas. Los sistemas tradicionales de banca corresponsal se diseñaron para grandes empresas multinacionales, no para empresas ágiles y sensibles a los costos que operan con volúmenes más pequeños.

El sistema SWIFT y de corresponsalía bancaria implica que la mensajería y la liquidación del dinero se transmitan en dos canales distintos.

El informe advierte que los bancos aún son los actores dominantes en los pagos internacionales de las pymes, pero que progresivamente pierden mercado a manos de las fintech.En 2025 tenían una participación del 72% en las transferencias internacionales, pero en 2028 estiman que caerán al 63%. Por su parte, las billeteras treparían del 28% al 37%.

"El banco local que quiere iniciar un pago tiene que apoyarse en una infraestructura pensada para hace 30 años. Tiene que cumplimentar un montón de instancias que implican más o menos el 50% del costo de la transacción. Y el otro 50% es atención a la persona, que viene a la sucursal. Todas esas ineficiencias que nacen de no tener una experiencia digital hacen más o menos el otro 50% de la transacción y después está al margen delbanco, que no puede conciliar una operación rentable, por lo tanto, no la puede escalar", agrega Darnond.

Criptomonedas y otras tecnologías

Ante esas fricciones, Mastercard Move, una solución tecnológica para que los bancos ofrezcan a sus clientes, propone transferencias internacionales instantáneas, en tiempo real y con comisiones más bajas, en moneda fiat y que corran sobre las infraestructuras financieras locales. En la Argentina, trabaja sobre los rieles de Coelsa.

Tras la aprobación en Estados Unidos de la Genius Act, la empresa planea admitir la liquidación de pagos con stablecoins tanto para las instituciones emisoras como para los proveedores de servicios receptores, permitiendo flujos de stablecoin a fiat, fiat a stablecoin y stablecoin a stablecoin donde haya regulación cripto.