Las señales que envían los precios siempre son importantes, ya sea de commodities, alimentos, inmuebles o de los activos financieros. En lo que respecta a los bonos se está observando un fenómeno desde hace varias semanas que es el creciente temor a que la deuda en pesos sea "reperfilada", por utilizar términos surgidos en las últimas semanas de gestión del macrismo.
Ese temor no se ve reflejado en la deuda que circula en los mercados de las empresas, que vienen observando un manejo prudencial de sus pasivos, bastante más cauto que el del Gobierno.
La capacidad de repago de la deuda corporativa es bastante elevada porque se trata en definitiva de pesos, con emisiones de compañías de primera línea de la plaza local, que aleja las posibilidades de caer en reestructuraciones.
Hay varios ejemplos del segmento corporativo con menor rendimiento, y por ende menor riesgo, que el de la deuda pública. Uno de ellos es el de Telecom 2025, que rinde el ajuste por el CER pero restando 2 puntos porcentuales a esa evolución de la inflación argentina. En la jerga financiera, rinde "menos dos".
La deuda argentina con igual vencimiento y ajuste por CER, rinde 7% adicionales a la evolución de los precios. Son nueve los puntos de diferencia entonces entre los rendimientos de Telecom y los de la Argentina. Esta diferencia de rendimiento es una suerte de medida del "riesgo reestructuración".
También en la deuda emitida con cláusula de ajuste del dólar linked se observa el mismo fenómeno del "riesgo reestructuración". La deuda de CGC al 2025 emitida recientemente con ajuste del tipo de cambio oficial tiene cero por ciento de sobretasa y la deuda soberana al 2024 dólar link paga una sobretasa de 2,6 por ciento.
En tanto, Vista 2025 con ajuste UVA paga una sobretasa negativa de 1% mientras el "soberano", ofrece una sobretasa de 7% positiva a un plazo similar.
En los bonos que ajustan por inflación, el "riesgo reestructuración", el diferencial entre rendimientos del país y los corporativos es aún más amplio que en los dólar linked. El YPF al 2024 con ajuste UVA rinde una sobretasa de 2% negativa, mientras que la deuda soberana similar ofrece un 6,5% positivo.
Las probabilidades de que el "riesgo reestructuración" se reduzca en los próximos meses son bajas. Martín Guzmán debe salir a refinanciar fuertes vencimientos de deuda y adicionalmente cubrir el creciente rojo fiscal del sector público. Así el festival de deuda oficial se va a extender hasta tanto el mercado envíe señales de saturación.
Este mes por ejemplo el Gobierno se encuentra ante un examen difícil como el de refinanciar vencimientos por $500 mil millones.
En septiembre, deberá rendir otro test por igual monto. Siempre netos de la tenencia de deuda de organismos oficiales. En simultáneo, las empresas se están preparando para un 2023 con restricciones para el acceso a dólares del BCRA y efectuando como IRSA recientemente canjes de deuda a bonistas.




