La tasa del Bonte 2030 arruinó lo que pudo haber sido una celebración. Si bien el mercado tomó de manera positiva la alta adhesión a la licitación del nuevo bono en pesos destinado sólo para inversores extranjeros, al que ingresaron con dólares, el 29,5% de tasa de interés anual con la que se pactó, muy por encima de lo esperado por el consenso, dejó sabor a poco.
La desilusión de los operadores se reflejó este jueves en la performance de los activos financieros. Por un lado, los precios del dólar operaron con repuntes diarios de hasta 2%, que si bien en parte obedecen a rebotes y cierre de posiciones por fin de mes, la tendencia de la jornada habría sido otra si el clima fuera de celebración.
Por otro lado, los títulos de deuda soberana en dólares y las acciones de las empresas operaron principalmente bajistas, con pérdidas diarias de hasta 6% en los ADR argentinos en Nueva York y 5,5% en los papeles de renta variable en Buenos Aires. Incluso, las bajas se dieron a contramano del mercado estadounidense, que operó alcista de manera generalizada.
No gustó la tasa
El 29,5% anual que se pactó para la salida del Bonte 2030 fue muy superior a lo esperado por el consenso del mercado, que lo ubicaba en torno al 25%. Si bien la gran demanda que hubo (u$s 1700 millones, 70% por encima del objetivo del Gobierno) demuestra interés de los inversores por el mercado argentinos, la tasa de interés refleja cautela.
De acuerdo con el economista Gabriel Caamaño, muchas veces también ocurre que el mercado "se pasa de rosca" en optimismo, fuerza ciertas expectativas y después, si no se cumple lo esperado, es tomado de manera negativa, aunque el resultado sea positivo o no tan malo, como posiblemente ocurrió esta vez.

Gustavo Neffa, director de Research for Traders, sostiene que "la tasa no fue la mejor, pero es preferible una buena licitación en monto y sondear la demanda internacional hacia la Argentina". Sobre todo, afirma, teniendo en cuenta que la confianza en el Gobierno se traduce en la demanda de activos en pesos, la cual fue muy alta, con 70% por encima del objetivo oficial.
Además, de acuerdo con Neffa, el plazo de vigencia de este título es muy largo (cinco años), por lo que por debajo del 30% para una tasa de interés fija en moneda doméstica sólo apunta a equilibrar riesgos para los inversores. Sin embargo, considera que el mercado local entró en una meseta, lo que limita la celebración de buenas noticias.
"La tasa a la que emitieron el Bonte 2030, de 29,5% anual para los próximos cinco años, fue un poco más alta de lo que el mercado esperaba antes de la licitación de deuda. Acá esperamos que la inflación continúe desacelerando, pero parece que para el mercado internacional eso no está tan claro", afirma Ian Colombo, asesor financiero de Cocos Gold.
Por lo menos, sostiene Colombo, así lo exhiben los inversores de afuera que se interesaron por un título de deuda argentina que se paga en moneda doméstica, pero buscan cubrir su capital debido a la mala calificación crediticia que mantiene la Argentina y el mal comportamiento de la economía y los mercados locales durante los últimos siete años.



