Era uno de los objetivos que se trazó el Banco Central para este 2022. También, uno de los puntos que el Gobierno acordó con el Fondo Monetario Internacional. Pero para cumplir la meta de alargar los vencimientos de la deuda de la autoridad monetaria también se requiere de un guiño de los bancos, que todavía no llega.
Las entidades siguen reacias a demandar los instrumentos que introdujo el BCRA en el primer bimestre del año para alargar los vencimientos de su deuda.
A las Leliq a seis meses directamente le dan la espalda, por lo que al Central no le quedó más remedio que declarar desiertas las últimas cinco licitaciones por estos instrumentos. Las Notaliq, que permiten capturar potenciales subas de tasa en ese período, están teniendo algo más de éxito. Aunque a la hora de elegir, las entidades no dudan: van por las Letras de Liquidez a 28 días.
Una vez por semana, el BCRA ofrece Leliq cortas, a un mes, largas, a seis, y Notaliq. En ellas suele quedar reflejado el poco apetito por los instrumentos más largos.
Desde que comenzó el año, el BCRA ya realizó 13 licitaciones en las que puso en oferta sus instrumentos a 28 y a 183 días. En promedio, más del 87% de los pesos se alocaron a los instrumentos a un mes, mientras que apenas un 12,8% fueron a buscar deuda a seis meses.

Alejandro Giacoia, de Econviews, detalla que entre las Leliq a seis meses y las Notaliq representan casi un 18% de la deuda del BCRA. Además, un 71% sigue en Leliq cortas y el restante 12% está alocado en Pases a un día.
"Dada la poca prima que pagan sobre las Leliq cortas, la participación de los instrumentos largos es bastante aceptable", consideró. Aunque luego de que "en los primeros dos meses del año, este alargamiento en los vencimientos contribuyó a que bajen los intereses" que paga el BCRA por sus pasivos remunerados, "en marzo, con la suba de tasas más clara, esto no sucedió".
Para el economista, "lo que puede estar haciendo que la participación no sea mayor es que el Tesoro, excepto en las últimas dos licitaciones, estuvo ofreciendo mayores tasas en las Ledes de igual duración". Es por ello, que cree que "esto busca que se redireccionen fondos que antes captaba el BCRA hacia el Tesoro y así cumplir con las metas de financiamiento monetario y de mercado establecidas en el acuerdo con el FMI".
Similar diagnóstico hizo Juan Ignacio Paolicchi, economista de Empiria. El hecho de que el Central no haya podido estirar los vencimientos tiene también su efecto positivo en lo que respecta al rollover de deuda del Tesoro.
Es que según expresó, "para los excedentes que estén por encima de las Leliq prefieren aumentar riesgo Tesoro compensando con mayor rentabilidad". Es decir, las entidades "demandan instrumentos del Tesoro, que son más riesgosos pero también más rentables y con menos duration que una Notaliq".

Sebastián Menescaldi, director de Eco Go, cree que estirar la deuda más allá de los 28 días no es una prioridad para el BCRA. "No le conviene porque se autogenerarían un riesgo, dejarían a todos los bancos descalzados contra sus depósitos". Por eso es que cree que "el BCRA está cómodo con este esquema".
Caza en el zoológico
Consultado acerca de si no representa un riesgo para el BCRA enfrentar vencimientos significativos de su deuda todas las semanas, Menescaldi recordó: "Hay una diferencia sustancial respecto de lo que ocurría con los supermartes de Lebac, y es que ahora hay cepo. Los bancos no se van a dar vuelta y no renovar".
También así lo expresó Giacoia, quien marcó que por lo general, con plazos más largos se evita que cada vencimiento sea una prueba de fuego para el Central. "Aunqueen un contexto de cepo tan fuerte, es como cazar en el zoológico", cerró.



