Los bancos en América Latina atraviesan una transformación profunda, impulsada por el crecimiento exponencial de la banca digital y la consolidación de ecosistemas fintech. Sin embargo, la madurez digital de la región es heterogénea: mientras Brasil y México lideran la innovación financiera, Argentina, Colombia y Perú avanzan de manera más gradual, aunque sostenida.
Brasil se convirtió en un referente global gracias a su sistema de pagos Pix, que el año pasado procesó transacciones por más de R$ 26 billones (unos u$s 4,6 billones), con lo que logró consolidar la adopción de pagos instantáneos.
México, en paralelo, impulsa la interoperabilidad bancaria mediante regulaciones de "open banking", lo que fomenta la competencia y la digitalización de los servicios financieros.
Estos hallazgos se desprenden del informe "Modernización bancaria en América Latina: claves estratégicas para la transformación digital", elaborado por Temenos, empresa líder en software bancario, y PCMI, firma especializada en inteligencia de mercado. El estudio ofrece un diagnóstico preciso sobre el avance tecnológico del sector financiero en la región y su alineación con tendencias globales.
Los principales hallazgos
El caso más emblemático de la región es probablemente Nubank. Fundado en Brasil en 2013 por David Vélez, Cristina Junqueira y Edward Wible, hoy es el banco digital más grande de América Latina y uno de los líderes mundiales fuera de Asia.
En 2025, Nubank alcanzó los 118,6 millones de clientes, sumando más de 4 millones solo en el primer trimestre, con presencia destacada en Brasil (104,6 millones), México (11 millones) y Colombia (cerca de 3 millones).

La entidad ha revolucionado el sector con su plataforma 100% digital, y al ayudar a sus clientes a ahorrar más de u$s 11.000 millones en comisiones solo en 2023. Además, se consolidó como la tercera mayor institución financiera de Brasil por número de clientes.
Tras casi una década desde su lanzamiento, Nubank alcanzó la rentabilidad y se convirtió en un referente de eficiencia operativa en el sistema financiero, según el informe.
Argentina, en cambio, enfrenta desafíos estructurales importantes. Cerca del 60% de los sistemas "core" bancarios dependen de tecnología legada -software, hardware o procesos que siguen vigentes pese a su obsolescencia-, lo que limita la agilidad y la capacidad de respuesta de las instituciones.
No obstante, la digitalización avanza rápidamente: la penetración de servicios bancarios digitales supera el 55% y la base de usuarios de la banca digital creció de 9 millones en 2018 a 150 millones en 2024 en toda la región, impulsada por neobancos y fintechs, que compiten directamente con la banca tradicional.
El estudio subraya que el 64% de los líderes bancarios percibe a las fintech como una amenaza directa a su negocio. El ecosistema financiero emergente evidencia una convergencia creciente entre bancos tradicionales y actores digitales especializados en créditos, pagos, inversiones o criptoactivos, y evoluciona hacia un modelo de ecosistemas integrales.
Esto presiona a las entidades tradicionales a modernizar su infraestructura y enriquecer su oferta de servicios, mientras neobancos y challenger banks consolidan su participación en mercados jóvenes y digitalmente avanzados.
La encrucijada crítica
Según Temenos, los bancos de la región, especialmente los medianos y pequeños, enfrentan una encrucijada crítica, presionados por tres fuerzas: la irrupción de fintech y nuevos actores digitales, la rápida evolución de las expectativas de los clientes y un entorno regulatorio cada vez más complejo.
A nivel global, la banca digital no solo redefine la infraestructura tecnológica, sino también el comportamiento de los consumidores: cerca del 30% de los clientes de las generaciones Z y millennial consideran a un banco digital como su proveedor principal.
Esto indica que Argentina, pese a su rezago frente a líderes regionales, tiene una oportunidad estratégica para capitalizar la expansión fintech, mejorar la inclusión financiera y acelerar la modernización de su sistema bancario.

Prueba de ello será el 25º CLAB, que se celebrará en Buenos Aires del 10 al 12 de septiembre, organizado por la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN) y la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina.
Argentina, actor clave
Alejandro Del Río, director regional de Paymentology, afirmó a El Cronista que la elección de Buenos Aires como sede representa un reconocimiento al ecosistema financiero y tecnológico del país. "Este hito no solo evidencia el dinamismo del país, sino que también lo posiciona como un actor clave en innovación financiera, banca digital, desarrollo de fintech y transformación digital regional", destacó Del Río.
Alejandro Masseroni, regional Sales Líder de NextGen Institutions en Temenos, agregó en declaraciones a este medio: "Estamos muy emocionados de que el CLAB se realice en Buenos Aires, y no es casualidad: Argentina se consolida como un hub de innovación financiera. A pesar de los desafíos económicos, el país ha demostrado una capacidad única para reinventarse, impulsando soluciones que hoy marcan tendencia en toda la región".
Masseroni enfatizó que Buenos Aires concentra startups, talento tecnológico y un ecosistema dinámico. "Realizar el CLAB en Argentina reconoce ese espíritu innovador, el impacto transformador de las entidades y apuesta por una región disruptiva y vanguardista. Es el momento de mirar hacia el sur y observar qué ocurre en esta parte de América Latina", señaló.
El estudio concluye que modernizar la banca no es solo una cuestión tecnológica: "Es una cuestión de supervivencia y cultura organizacional. Los bancos que logren adaptarse podrán ofrecer productos innovadores, optimizar la experiencia del cliente, operar con mayor seguridad y consolidar su liderazgo en un mercado cada vez más digital y competitivo".
Así, considera que la modernización bancaria se perfila como un pilar estratégico, clave no solo para afrontar los desafíos presentes, sino también para desarrollar las capacidades que definirán la banca del futuro.
La necesidad de transformación es evidente: el 68% de las instituciones financieras en la región ya invierten en sistemas core basados en la nube y el 77% en analítica avanzada e inteligencia artificial, según datos citados por Temenos. La apuesta por estas tecnologías refleja una estrategia clara de adaptación, eficiencia operativa y anticipación a las nuevas dinámicas del mercado.
Cristian Sánchez, vicepresidente de ventas para Latinoamérica de Temenos, comentó que muchas instituciones aún operan sobre infraestructuras legadas que limitan su capacidad de competir, innovar y escalar.
"Frente a este escenario, la mayoría opta por enfoques por componentes o progresivos que permiten modernizar por etapas, usando lo mejor de cada categoría (best-of-breed), priorizando funcionalidades clave como pagos o cuentas corrientes. Esto no solo ayuda a reducir riesgos y acelera beneficios tangibles, sino que también habilita un crecimiento sostenible del negocio", indicó.
Diversos caminos hacia la modernización tecnológica
El informe identifica tres principales modelos que las instituciones adoptan para avanzar en sus procesos de transformación, según su tamaño, recursos y nivel de madurez digital:
- De Desarrollo Interno, preferido por entidades con equipos tecnológicos consolidados, que permite mayor control, pero exige más tiempo y recursos;
- Outsourcing, que acelera procesos con proveedores especializados, muy eficaz si el aliado comprende la regulación y cultura local;
- Modelos Híbridos, cada vez más populares, que combinan capacidades internas con apoyo externo para lograr rapidez sin perder autonomía.
Los expertos entrevistados coincidieron en que las experiencias negativas suelen surgir al elegir socios por su nombre o precio sin validar su entendimiento del negocio local. También subrayaron la importancia de establecer una hoja de ruta clara, con indicadores clave de rendimientos (KPI, por sus siglas en inglés) definidos, gobernanza colaborativa y comunicación fluida.



