Muy lejos de la unidad, a las monedas de Brasil y de Argentina les sobran diferencias

Los expertos repasaron la historia del real y el peso, y si bien no necesitaban hacerlo para descartar la posibilidad de una divisa común, remarcaron que las diferencias que las enfrentan refuerzan esa idea

La muy germinal voluntad política para que Argentina y Brasil tengan una moneda común, resultado de la visita del presidente Jair Bolsonaro al país durante la semana pasada, dejó expuestas las diferencias que existen entre ambas economías. Más allá de la opinión del Banco Central de Brasil, que anunció que "no existía el proyecto" que planea la emisión de un peso-real, los analistas reaccionaron con desconfianza ante la posibilidad de creación de un euro latinoamericano.

"En 2002, cuando Lula (da Silva) asume como presidente, el real se va a 4 unidades por dólar; y hoy, 17 años después, está nuevamente en 4 . En cambio, el peso llegó a 3,8 por dólar con la crisis que se desató en 2001 y hoy estamos en 45. De igual manera, la Selic está en 6,5%, mientras que nuestra tasa está en 70%. La inflación en Brasil es de 4%, la nuestra fue casi 50% en 2018. Solo teniendo en cuenta estas primeras reflexiones, vemos que no hay ninguna posibilidad de que se pueda hacer", señaló Santiago López Alfaro, socio de Delphos Investment.

Por su parte, Eric Ritondale, economista jefe de Econviews, dijo que "siempre se utiliza el ejemplo del año 1997, momento en el que un peso y un real valían un dólar; ese es como el punto de partida, el tema es que desde entonces evolucionaron muy distinto". El experto marcó que Brasil devaluó en 1998, aclaró que "siempre se mantuvo relativamente con baja inflación", algo que no sucedió en Argentina: "Después de la crisis de 2001, en términos reales, la evolución contra el dólar desde 2003, 2004, hasta 2015 es muy parecida a la de Brasil, aunque en términos nominales no se va a ver".

Además, Ritondale recordó que a la Unión Europea le tomó 50 años conformar la moneda común, el euro, "y haciendo las cosas bien", algo que en Argentina, al menos en los últimos 25 años no sucede. "El problema en Europa es que no hay unión fiscal, y eurobonos. Necesitás coordinación en la política fiscal también. Es muy complicado de diseñar y coordinar", agregó el economista jefe de Econviews.

En sintonía, López Alfaro, sentenció: "Es algo prácticamente imposible, quizás en 100 años, sería dos veces lo que tardó Europa en hacerlo. Y aún así es complicado para el Banco Central Europeo con diversas crisis de países periféricos con déficit fiscales. Es díficil imaginarlo en dos países como Brasil y Argentina con sus respectivas historias".

Para Fausto Spotorno, director de Orlando Ferreres & Asociados, la moneda común "no es la mejor opción", sin embargo, comentó que "lo cierto es que una moneda del Mercosur terminaría con el problema de que la moneda argentina no tiene credibilidad, ya que pierde valor continuamente"; entonces, desde ese punto de vista, agregó que "sería mejor una moneda común que usen tres países (Brasil, Paraguay y Uruguay) que no tienen problemas de inflación y uno que sí (Argentina)". No obstante, dijo que "a la larga, para que eso funcione, debería haber algún esquema de controles fiscales entre los cuatro países".

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