Los bancos resignan rendimiento y no se bajan del barco de las Leliq

En el debut de la nueva tasa de 52%, el BCRA adjudicó $ 634.090 millones frente a vencimientos por $ 405.265 millones, reflejo de que las Leliq siguen siendo opción a pesar de que la tasa quedó debajo de la de plazos fijos.

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El redireccionamiento de pesos desde el Banco Central hacia el Tesoro tendrá que esperar. A pesar de que desde esta semana para los bancos ya no es redituable alocar en Leliq los depósitos a plazo que reciben de los ahorristas, el riesgo Tesoro continúa pesando más que la búsqueda de rentabilidad y la última estrategia del Gobierno para facilitar el rollover de su deuda empieza a naufragar.

La entidad que preside Miguel Pesce volvió a aspirar pesos vía Leliq. Adjudicó este martes $ 634.090 millones frente a vencimientos por $ 405.265 millones, en el que fue el debut de la flamante tasa de política monetaria en 52% anual. Ese rollover del 156% más que compensa el bajo nivel de renovación que se observó el jueves de la semana pasada, en una licitación en la que el mercado ya descontaba que el Central aplicaría la sexta suba de tasas del año.

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Hasta ahora, y a diferencia de lo que ocurre con el Tesoro, el Central no ha tenido dificultades para encontrar demanda para sus Leliq. Prueba de ello puede verse en que, en lo que va de junio, el rollover promedio de sus instrumentos a 28 días asciende a 118%. 

En ese marco, el resultado de la licitación de este martes confirma la baja predisposición que tendrían los bancos por cambiar riesgo BCRA por riesgo Tesoro

En cambio, las entidades estarían considerando alternativas para bajar el costo de fondeo. ¿Cómo lo harían? Según explica Sebastián Menescaldi, director de EcoGo, recortando el cupo de plazos fijos con tasa regulada para las empresas y los FCI, de modo que parte de los pesos se desvíen a colocaciones precancelables en los que la tasa de interés no está fijada por el BCRA.

Pero esta fuerte absorción de pesos vía Leliq es también la contracara de la aceleración de la emisión que viene realizando el BCRA. Solo en junio, ya asistió al Tesoro por $ 232.000 millones vía Adelantos Transitorios, además de los $ 300.000 millones que se estima que debió emitir para comprar en el mercado secundario los bonos del Tesoro que ajustan por inflación y frenar así la corrida contra la deuda CER.

La otra emisión: estiman que al BCRA le costó $ 300.000 millones frenar el derrumbe de bonos CER

El último informe semanal de EcoGo hace hincapié precisamente en ese punto. Para la consultora que encabeza Marina Dal Poggetto, la intervención del BCRA en el mercado secundario alivianó las necesidades de refinanciamiento del sector privado de fin de mes ya que la corrida llevó al BCRA a comprar cerca del 7% de la deuda del Tesoro en manos de privados.

¿Otra fuente de financiación?

Desde EcoGo incluso alertaron sobre esta operatoria y si bien recordaron que "es cierto que el BCRA no puede participar de emisiones primarias", apuntaron que "sí podría participar de un canje o incluso podría triangular el vencimiento con algún ´organismo amigo´". 

Esto, agregaron, es relevante porque "lo que dejó en claro este movimiento es que no hay en el acuerdo con el FMI ni en la Carta Orgánica del BCRA ningún límite a la intervención en el mercado secundario de deuda en pesos".

Este modelo de financiamiento cobraría especial relevancia teniendo en cuenta que, para Menescaldi, "va a ser difícil que las empresas y los FCI vuelvan a colocar pesos en deuda del Tesoro".

¿Se agotó el ciclo alcista de tasas?

Pero la licitación dejó también otra particularidad: por primera vez en más de tres meses, el BCRA no tuvo que declarar desierta la licitación por las Leliq a seis meses. Si bien apenas se alocaron $ 3733 millones en dicho instrumento -frente a los $ 14.050 millones que captaron las Notaliq-, se trató de la primera vez desde principios de marzo que en el mercado hubo apuestas a que el ciclo alcista de tasas podría haberse agotado.

Es que según habían explicado desde el BCRA en febrero, cuando introdujeron las Notaliq, si una entidad cree que en el futuro subirán las tasas le convendrá suscribir Notaliq. Pero si por el contrario la presunción es que habrá una reducción, le convendrá entonces la tasa fija a 180 días.

No obstante, Juan Pablo Albornoz, analista económico en Ecolatina, subraya que "el monto es menos de un 1% de lo que colocó en Leliq a 28 días", por lo que "la lectura puede ser prematura y apresurada".

Por último, y consultado respecto de la aversión de los bancos a extender plazos, Albornoz recordó que "si bien la suba reciente (de tasas) fue bastante pronunciada, la tasa efectiva que rinde la Leliq sigue estando por debajo de la inflación esperada punta a punta de 2022". Según la proyección de Ecolatina, la misma rondaría el 70%, aunque con riesgos al alza.

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