La Argentina es tema central en mercados emergentes por ganancias potenciales de bonos y acciones. Lo del 2024 quedó atrás. Llegan a Buenos Aires contingentes de analistas e inversores a reunirse con funcionarios al tiempo que se organizan conferencias en Nueva York. El Bank of America organizó una de ellas la semana pasada. Morgan Stanley dio a conocer un informe con las conclusiones de su viaje a Buenos Aires titulado "Trip Notes: On Track to Continue Delivering" (Notas del viaje: En camino a seguir cumpliendo).
El más reciente fue el de Bradesco que llegó a Buenos Aires con clientes al tiempo que visitaron a otros 18 clientes institucionales en Londres y Edimburgo con foco en Argentina, Chile y Colombia. El interrogante principal en el caso doméstico pasó por el tipo de cambio, que se está transformando en una duda cartesiana: ¿ Está o no atrasado el dólar?
"El peso está históricamente sobrevaluado, pero es demasiado pronto para determinar si es necesaria una devaluación. Mantener los niveles actuales parece factible si las importaciones se mantienen estables y continúan los ingresos de dólares del blanqueo. La flexibilización de las condiciones de los préstamos en dólares por parte del BCRA ayudará a equilibrar los déficits de cuenta de capital hasta que se levanten los controles de capital después de las elecciones de medio término", destaca el Bradesco.
"Cualquier devaluación necesaria probablemente sería gradual y ocurriría en 2026, impulsada por los ingresos de capital que buscan capitalizar el potencial económico de Argentina. El seguimiento de la dinámica de la balanza comercial y las variaciones de las importaciones será clave para entender la sostenibilidad cambiaria futura" agrega. Que el tema es central lo refleja este párrafo: "En nuestro viaje de marketing en Europa, a pesar del creciente interés (el 80% de los clientes consultaron sobre Argentina), las preocupaciones sobre el atraso del tipo de cambio dominaron las discusiones".
"Tras la devaluación lanzada por el gobierno en diciembre de 2023, la cuenta corriente en moneda extranjera registró superávits significativos, que disminuyeron debido a la apreciación real gradual del tipo de cambio, lo que llevó a déficits en el segundo semestre de 2024. Para 2025, esperamos que el crecimiento de la producción petrolera y una buena cosecha, con impuestos más bajos, mejoren el saldo de la cuenta corriente en el primer semestre", destaca el informe.
Las negociaciones entre Argentina y el FMI son un posible catalizador de las mejoras en los bonos y acciones. El tamaño importa: no es lo mismo un programa de u$s 10.000 millones que otro de u$s 15.000 millones. Y no menos importante es el desembolso inicial.
"En el corto plazo, se podría anunciar un desembolso de 2.000 a 3.000 millones de dólares en abril, lo que reduciría las preocupaciones por impagos y el riesgo país. Mantenemos nuestra calificación de sobreponderar a las acciones argentinas, a pesar de que no descartamos la posibilidad de un sentimiento negativo que pueda llevar a correcciones a corto plazo", destaca Bradesco.




