Los pasivos remunerados ya llegan a 10% del PBI y condicionan el poder fuego del BCRA
Es un valor similar, aunque inferior, al que llegaron a significar las Lebac. Analistas aseguran que no hay un riesgo sistémico equivalente al de aquella época, aunque advierten sobre su impacto en emisión.
Aquella frase del hoy presidente Alberto Fernández, en la que aseguraba que con lo que se gastaba en intereses de Leliq se iban a aumentar jubilaciones, se convirtió en una de las principales chicanas de sus opositores: hoy las Letras de Liquidez del Banco Central llegan a $1,953 billones. Si se suman los pases pasivos ($1,358 billones), ambos equivalen a un 10,4% del PBI de Argentina, un ratio similar al de "la bomba de las Lebac" en 2018 (entonces los pasivos remunerados se ubicaban por arriba del 11% del Producto).
La diferencia, positiva, es que estos instrumentos están en manos de bancos y no de inversores privados y que los bancos a tope su posición dolarizada, lo cual reduce los riegos cambiarios. Y los intereses que se pagan hoy (38%) están lejos de los que alcanzaron las mismas Leliq allá por 2019, cuando llegaron a superar el 80%.
No obstante, en lo que va del año los intereses acumulados por Leliq y pases llegan a $ 287.376 millones.
"El aumento en la base monetaria en 2021 es mínimo, lo que refleja el esfuerzo que está haciendo el BCRA para esterilizar excedentes monetarios ante tres fuentes de emisión potentes: el financiamiento al Tesoro, la compra de dólares (que es el más benigno de los todos) y los intereses de las Leliq", explicó el director de EcoGo, Federico Furiase.
Si bien Furiase sostuvo que las Leliq no representan un peligro cambiario sistémico como el de 2018 con las Lebac, advirtió que son una restricción monetaria, "por la emisión que tiene que hacer todos los meses el BCRA para pagar los intereses de los pasivos remunerados".
Furiase destacó que "la principal fuente de expansión monetaria endógena hoy es el pago de intereses de Leliq". El economista consideró que este contexto de "dominancia fiscal" resta margen al BCRA para hacer política monetaria y deteriora su hoja de balance.
Según su óptica, esta situación no solo afecta al BCRA, sino también al ministerio que conduce Martín Guzmán: "Los bancos locales ya sumaron bastante riesgo soberano, riesgo Tesoro, y le va a costar a Finanzas lograr roll over neto positivo, ya que la las entidades financieras prefieren el riesgo y la liquidez del Central por encima del riesgo y la liquidez del Tesoro".
En tanto, el director de LCG, Guido Lorenzo, recordó que el conjunto de pasivos remunerados se encuentra en niveles similares al pico de la bola de Lebac y señaló que crece con fuerza por dos razones: la esterilización de pesos por emisión para financiar al déficit y por la dinámica propia que genera el pago de estos pasivos.
"De no haber cambios, este año se superará el pico de 2018, aún cuando la inflación y el crecimiento licúen una tasa de interés que no actualiza", estimó.
Lorenzo también afirmó que hoy "se convive con elevados ratios de monetización" y resaltó que M2 privado (medios de pago) está en niveles máximos. "La demanda de circulante se encuentra en caída, lo que sugiere que los pesos inyectados deberán esterilizarse con costo para el BCRA", agregó.
En el BCRA confían que la situación está bajo control. Días atrás, el economista jefe de la entidad, Germán Feldman, destacó en una columna que escribió en este diario: "La política monetaria, menos expansiva a partir de la segunda parte de 2020, en un marco de recuperación gradual de la actividad, permitió que los agregados monetarios continuaran con el proceso de moderación (...). Los agregados monetarios del sector privado en relación al PBI se ubican por debajo de los niveles máximos de los últimos 15 años. El ratio del M2 privado respecto al PBI se encuentra en niveles similares a los observados en 2016-17 y es menor al de todo el período 2005-15. Y el ratio del circulante en poder del público/PIB se está acercando a mínimos históricos".
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