El uso de las criptomonedas sigue a paso firme en la Argentina, pese a traspié del caso $LIBRA, y las empresas del sector esperan que lleguen novedades regulatorias que impulsen más su adopción en el mercado local, ayudadas por un buen desempeño del precio de Bitcoin. Así lo reflejó Sebastián Serrano, CEO y cofundador de Ripio, quien en una charla con El Cronista celebró el nuevo máximo histórico de la principal cripto del mundo, que alcanzó el pasado 21 de mayo: u$s 109.700 cotizó.
"Es un nuevo motivo para celebrar, justo en vísperas de un nuevo Bitcoin Pizza Day", destacó. Y, pese a la volatilidad, confía en que la tendencia siga al alza. "Si aterriza en u$s 100.000, estoy contento igual. De hecho, hace dos meses que había bajado bastante con todas las tarifas de Donald Trump y el sentimiento estaba por el piso, se ubicaba en u$s 80.000. Pero, si continúa trazando la curva de liquidez, creo que, en unos meses, puede ubicarse en u$s 150.000" dijo Serrano.
En ese sentido, señaló que debería seguir el mismo ritmo de compra institucional. "Si eso se combina con un despertar del retail que vaya a buscar Bitcoin en los exchanges y que no haya y con un alza de los soberanos de EEUU, se pueden poner más interesantes y es probable que en algún momento alcancen los u$s 200.000", detalló.
Ripio opera en Argentina y Brasil, sus mercados más fuertes, pero también en México, Colombia, Uruguay, Chile, Estados Unidos y España. Y Serrano contó que están a punto de abrir la plataforma para usuarios de la Florida, EEUU.
"Hasta ahora, operamos sólo OTC y vamos a abrir el resto de los productos en Estados Unidos, que es muy interesante para nosotros ahora que el país es menos agresivo que antes con la industria. Hace varios años operamos con licencia y pasamos ya tres auditorías del regulador americano, pero siempre con una operación más chica con pocos usuarios. Ahora nos vamos a animar a abrir más", anticipó.
Novedades regulatorias, ¿cuándo llegarán?
En cuanto al mercado local, Serrano confesó que les encantaría poder ofrecer más servicios en Argentina, pero que "las restricciones que hay no permiten operar con bancos ni con PSPs". Esperan cambios regulatorios en esa línea para más adelante, "recién después de las elecciones de octubre". Mientras tanto, Ripio se concentra en "hacer lo que sabemos hacer".
Serrano explicó que llevan adelante varios proyectos de rampas para distintos partners en Argentina. Operan con varias casas de bolsa y brokers, como Cocos e Invertir On Line.
"Cada vez nuestro rol es más de infraestructura, de proveedor de liquidez, que de dar servicio al usuario final. Vemos que la competencia es mucha y decidimos movernos un paso atrás. Es que todo el mundo ofrece los mismos servicios. Los bancos se parecen a todas las fintech y las fintech se parecen a los bancos, a la vez que las empresas cripto se parecen a las fintech", describió.

Hacia adelante, Serrano confía en que la industria "seguirá creciendo y va a haber un montón de oportunidades de negocio, alrededor de las stable, sobre todo" y confió en que la tokenización va a ser clave en este crecimiento.
Sin embargo, señaló que, hasta las elecciones no cree que el gobierno argentino dé novedades en materia de regulación. "Quizás después de octubre, sobre todo en lo que respecta a habilitar a los bancos. Este gobierno está muy enfocado en una sola cosa: la inflación. Tal vez cuando eso se estabilice surjan otros temas", confió.
La tokenización es clave
No obstante, contó que tienen mucho diálogo con los reguladores, como la Comisión Nacional de Valores (CNV) y el Banco Central (BCRA), pero después del caso $LIBRA se cerró mucho el canal con el Ejecutivo. Asimismo, celebró la actividad que lleva adelante el sandbox de tokenización que desarrolla la industria.
Cabe mencionar que la tokenización es un proceso por el cual los criptoactivos representan digitalmente a activos financieros tradicionales, como bonos, materias primas y bienes raíces. Esto facilita su fraccionamiento y proceso de compraventa.
Se espera que ese mercado llegue a los u$s 15.600 millones en 2030, pero hace falta una regulación. Para avanzar en ese sentido, se creó un sandbox regulatorio entre la industria y la CNV. Es un entorno de pruebas controlado que puede contar con exenciones regulatorias a discreción de los reguladores






