

Desde este mes, los bancos privados (alguno público se sumó) comenzaron a cobrar 1% a las empresas que les depositan desde $ 50.000 mensuales, lo que puso en alerta a la la Asociación de Distribuidores de Golosinas y Afines (Adgya), como cigarrillos, encendedores y gaseosas.
"La medida impacta entre un 5 y 6% de nuestra rentabilidad. Obliga a trasladar el costo del cobro de la comisión a los precios, lo cual agrega presión a la inflación (en aquellos casos en los que se traslade) y aumenta la brecha ya existente con aquellos que venden en negro y las grandes superficies. Imposibilita tomar gente, aun cuando el sector lo requiere o dar mas trabajo secundario, como así también invertir en equipamiento e insumos para los locales y depósitos", protesta Ariel Korin, gerente de la Adgya, una entidad que une a los mayoristas y distribuidores del país.
"Como el Banco Central no regula dicha comisión por tratarse de un acuerdo comercial entre clientes y bancos, no hay garantías para que la comisión aumente en el futuro", se queja.
En rigor de verdad, los bancos salieron a cobrar entre el 0,3 y el 1% por los depósitos en efectivo. Por lo tanto, los distribuidores de mayor tamaño están negociando con las entidades para tener el menor costo posible, pero otros son muy pequeños y no tienen capacidad de negociación.
Korin hace hincapié en un concepto erróneo de que el dinero en efectivo es en negro, ya que cuando alguien va a comprar un alfajor al kiosko no tiene la costumbre de pagar con tarjeta: "Ese 1% que nos cobran puede representar entre el 25 y el 30% de nuestra rentabilidad, ya que la utilidad es muy pequeña al tratarse de un negocio de volumen, por lo que con esta medida se alienta la informalidad. El kiosquero cobra en efectivo, entonces debería ir hasta el banco con la plata, con el riesgo de que se la roben, cerrar el kiosko, para poder depositarla y hacer una transferencia, lo que implica una pérdida de tiempo", detalla Korin.
Si bien el Banco Nación todavía no cobra por los depósitos de empresas en efectivo, nada descarta que en el futuro pueden llegar a hacerlo. Además, no es sencillo para el distribuidor migrar toda su cuenta al Nación. "Un cliente grande llevó $ 25 millones a depositar en efectivo al banco. El 1% equivale a $ 250.000, que son ocho sueldos de empleados de Comercio, por lo que cualquier décima de punto que se pueda ahorrar representa mucha plata. Esto lo único que provoca es generar una brecha mayor con el comercio que no está bancarizado", se queja el directivo.
En rigor de verdad, el 1% que imponen es para empezar a negociar, ya que a algunas empresas que les dan las cuentas sueldos (pay roll) y a quienes les emiten deuda, les pueden bajar al 0,5%, y en el mejor de los casos lo negocian al 0,3%. Pero los bancos se pusieron firmes de empezar a cobrar por el efectivo que las compañías les depositen.
En los 16.000 locales de empresas de cobranzas extra bancarias también comenzaron a cobrar el 1% a quienes paguen sus facturas en efectivo, a excepción de que lo hagan con tarjeta de débito, que en ese caso no se les cobra nada. De todas formas, el panorama es dispar, ya que hay algunas empresas absorbiendo ese costo (aunque luego de alguna u otra forma le puede llegar en forma indirecta al cliente final), como prepagas, empresas de salud, colegios y consorcios, ya que no quieren trasladarle el problema al cliente final. Pero hay empresas de servicios públicos de luz y de agua donde el cargo lo deberá abonar el consumidor. Son facturas que van en promedio de $ 200 a $ 1000.



