Por efecto de la inflación, en solo cinco años, el monto anual que tuvo que imprimir en billetes la Casa de Moneda se multiplicó casi por 6 al pasar de $ 9.171 millones en 2008 a $ 51.876 millones en 2013, según precisó el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.

Pero los efectos de la inflación en cuanto a la impresión de billetes no se notan solamente en la cantidad emitida: como el billete de 100 pesos sigue siendo el de mayor denominación y los que cuesta la impresión también aumentó, el costo de imprimir los billetes se multiplicó por 11 en el mismo período al pasar de $ 72,4 millones a $ 829,8 millones, según detalla una nota que publicó el diario La Nación.

Las cifras figuran en el informe por escrito que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, entregó a los legisladores el miércoles, cuando hizo su informe de gestión en la Cámara de Diputados, para responder a una pregunta del Frente Renovador.

El aumento en el volumen y la inflación de los costos hizo que la Casa de Moneda pasara de un resultado financiero positivo de $ 53 millones en 2007 a un déficit de $ 334,2 millones en 2013.

Desde el bloque del Frente Renovador calificaron como "absolutamente caprichosa" el rechazo del kirchnerismo a emitir billetes de mayor denominación, para lo que hay diferentes proyectos en danza –que proponen nuevas denominaciones de $ 200, $ 500 y hasta $ 1.000-. Por un lado, eso haría que las personas necesiten menos cantidad de billetes y que los cajeros sean más fáciles de cargar. Pero, además, se necesitaría imprimir menos cantidad de billetes, lo que ahorraría costos al Estado.

También en declaraciones a La Nación, el diputado del PRO Federico Sturzenegger, advirtió en tanto que, según sus cálculos, sólo “en los últimos cuatro meses de 2014, necesitarán imprimir cerca de $ 128.000 millones para financiar los formidables aumentos presupuestarios que el Gobierno dispuso en los últimos decretos de necesidad y urgencia".