Habrá menos emisión para el Tesoro pero preocupa el endeudamiento

El Banco Central limitó su asistencia directa al fisco a partir del año que viene, que pasará de $ 140.000 millones en 2018 a $ 70.000 millones en 2019. Desde 2020, la entidad calcula que la ayuda será de 0,3% del PBI. 

El presidente del Banco Central (BCRA), Federico Sturzenegger, anunció ayer que la asistencia al Tesoro se reducirá en 2018 y 2019 hasta casi desaparecer desde 2020 en adelante. En términos nominales, la asistencia directa al fisco por parte de la autoridad monetaria pasará de los $ 140.000 millones que ya se habían anunciado para el año próximo a $ 70.000 millones en 2019. Así, los adelantos transitorios y las transferencias de utilidades habrán pasado de un pico máximo de 5,3% del PBI en 2014 a 0,5% en 2019.

 

A partir de 2020, el BCRA solamente podrá transferir al Tesoro lo que resulte del "señoreaje", esto es, lo que surja de un aumento genuino en la demanda de dinero (que se calcula teniendo en cuenta el crecimiento de la economía), lo que el BCRA estimó en menos del 0,3% del PBI. "Esto quiere decir, en concreto, que a partir de 2020 la inflación deja de ser una fuente de financiamiento para el Gobierno en la Argentina. Este es un cambio institucional profundísimo. Muchos países hacen esto con cambios legislativos o de la carta orgánica del BCRA, imponiéndose reglas muy estrictas de financiamiento. Nosotros estamos usando el autodisciplinamiento", señaló Sturzenegger en la conferencia de prensa de ayer a la mañana.

Entre los economistas la noticia de la limitación de las transferencias al Tesoro fue bien recibida, aunque señalaron que los resultados no serán palpables de forma inmediata. "Tiene implicancias de muy largo plazo. El hecho de que se reduzcan las transferencias de 2019 en adelante es bueno porque no le genera al BCRA la obligación de prestarle a la Tesorería. Es lo que corresponde y lo que podrían haber hecho en un primer momento, aunque optaron por el gradualismo", indicó Miguel Zielonka, director asociado en EconViews.

El quid de la cuestión sigue siendo la persistencia del déficit fiscal, cuya cobertura demandará colocaciones de deuda por u$s 30.000 millones en 2018, según dijo ayer el Ministro de Finanzas, Luis Caputo. Gabriel Caamaño, socio de Consultora Ledesma, afirmó que la decisión de recortar la asistencia al fisco es positiva pero sostuvo: "Si el BCRA no financia de manera directa al Tesoro, este emite deuda. Luego le vende los dólares que recauda a la autoridad monetaria y el BCRA emite pesos para comprárselos. La historia de la asistencia al Tesoro será un poco más larga pero termina sin ser tan distinta".

Ayer Caputo afirmó que tratará de privilegiar el mercado interno al momento de emitir deuda. Sin embargo, Zielonka consideró que "nuestro mercado es chico y va a seguir necesitando financiamiento del exterior". Caamaño, por su parte, agregó: "Si el Tesoro sale a emitir en pesos, empuja las tasas locales hacia arriba. Esto deviene en tasas atractivas en dólares, que atraen divisas del exterior que aprecian el tipo de cambio. Si eso pasa y el BCRA sale a intervenir en el mercado cambiario para sostener el tipo de cambio, termina emitiendo pesos de nuevo que después tiene que absorber vía Lebac".

La asistencia al Tesoro por parte del BCRA se realiza a través de dos rubros: las transferencias de utilidades y los adelantos transitorios (es decir, préstamos al fisco que deberían ser devueltos pero en general son renovados). Todo el dinero transferido en esos conceptos significa expansión monetaria, algo que conspira contra el proceso de desinflación y obliga a la autoridad monetaria a esforzarse para esterilizar pesos en las licitaciones de Lebac.

Los adelantos y transferencias representaban un 0,5% del PBI en 2007 y fueron creciendo hasta acomodarse en torno al 3% hacia 2012. Ese año bajo la presidencia de Mercedes Marcó del Pont se hizo la reforma de la Carta Orgánica de la entidad y se amplió el límite para la asistencia al fisco. Así, las transferencias directas al Tesoro llegaron al punto máximo de 5,3% del PBI en 2014. Desde la llegada de Sturzenegger al BCRA, se limitó (y se respetó) la asistencia a $ 160.000 y $ 150.000 millones para 2016 y 2017.

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