Economista de profesión y particularmente abocado a las problemáticas asociadas al acceso a la vivienda, Federico González Rouco es una de las personas que más ha estudiado la falta de crédito hipotecario en Argentina. Hoy asesor del Instituto de Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires, considera que los préstamos indexados son una buena opción, pero que deben ser reformulados a partir de un fondo de compensación.

- En Argentina la casa propia tiene un valor enorme desde lo cultural. ¿Cuán importante es que la gente sea propietaria de su vivienda?

- La idea de que ser propietario o ser inquilino es una cosa buena o mala en sí mismo es un error. Podríamos preguntarnos si tiene sentido que un adulto mayor tenga hundidos 150 mil dólares. Es discutible, como también lo es si tiene sentido que un joven de 28 o 29 años se compre una casa, porque posiblemente esa persona se vaya a mudar por trabajo. Si quiere hacerlo buenísimo, pero no creo que sea clave impulsar que la persona hunda todo ese capital. Quizás sea mejor que esa persona se vaya moviendo. Por otro lado, está bastante estudiado que las altas tasas de propiedad generan mercados laborales poco dinámicos, porque la gente no se mueve: la gente se adapta al mercado laboral y no el mercado laboral a la gente. Y eso es un problema también.

- ¿Cuál debería ser el objetivo entonces?

- A veces surge una confusión: ser propietarios no es un derecho. Sí es un derecho tener una vivienda. Lo que como sociedad tenemos que querer es que la gente tenga vivienda estable. Que pueda alquilar durante años, sin costos de transacción altos, en el mismo lugar. Y que pueda comprar si lo desea. Hoy Argentina tiene un nivel de crédito sobre PBI bajísimo y, al mismo tiempo, tiene una tasa de propietarios es más o menos alta, pero con muchas viviendas precarias o con faltas de regularización.

- Es contraintuitivo que no sea baja la tasa de propietarios en un país con poco crédito.

- Las ciudades como Buenos Aires, aún sin crédito, tienen muchos más propietarios que ciudades de Europa o EE.UU. Sí, parece contraintuitivo, pero cuanto mayor es el crédito hay más dinamismo para el mercado de alquileres, porque vos sabés que podés comprar más adelante y no te tirás de cabeza a la primera ventana de oportunidad que se te presenta. La gente no puede sacar cuatro créditos en su vida. Difícil que pase eso. Entonces cuando sacás un crédito comprás un tres ambientes en el que vivís cuando estás en pareja, cuando tenés dos hijos, cuando se van tus hijos y cuando te quedaste solo. Y toda tu vida en la misma cantidad de metros cuadrados. Eso es ineficiente. Por eso conviene que haya dinamismo: poder vender y/o alquilar según las necesidades.

- ¿Existió en algún momento ese dinamismo?

- El problema es que en Argentina hubo tan solo tres ventanas de crédito hipotecario. Una durante el primer peronismo, otra en los '90 y la tercera fue con los créditos UVA. Hubo también algunos atisbos entre 2006 y 2007. Pero los créditos UVA fueron la tercera oportunidad importante en los últimos 70 años.

- ¿Se los puede reflotar?

- Hoy los créditos hipotecarios están en 0. Lo mejor es el crear el Fondo de Compensación de las cuotas a los créditos UVA, que permita reemplazar el índice de ajuste CER y pasarlo a índice de ajuste por salarios. Hoy los bancos no saben qué ofrecer y sacaron los créditos hipotecarios UVA de su cartera de productos. Si hoy los institutos de vivienda provinciales quisieran dar créditos hipotecarios los bancos privados no se van a sumar y la capacidad de movilizar fondos y de palanca lo tienen los bancos comerciales, no los tiene el Estado. La ANSeS podría dar créditos, pero muy pocos.