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Pese al escepticismo persistente en torno al dólar y la volatilidad global, los mercados emergentes comienzan a ganar tracción entre los inversores institucionales. En la última semana, se registró el cuarto mayor ingreso semanal de capital hacia deuda emergente de la historia, lo que sugiere un cambio de ánimo entre los grandes fondos globales, según datos del Bank of America (BofA).

Se trata de un renovado apetito por instrumentos defensivos y generadores de rendimiento, del que, según el mayor banco del mundo, la Argentina no debería ser de la partida.

Sucede que la creciente aversión al riesgo global impulsa a los inversores a reconfigurar sus carteras en favor de activos considerados refugio, como los bonos del Tesoro de EE.UU, el oro, el dólar y otras monedas fuertes como el yen japonés y el franco suizo.

Argentina: fuera del radar

Los bonos de grado de inversión (IG) lideraron esas entradas de las últimas ocho semanas con u$s 7900 millones, mientras que los bonos de alto rendimiento (HY) sumaron u$s 1600 millones en el mismo período.

La deuda de mercados emergentes (EM) es la que mejor interés inversor ostenta, con ingresos por u$s 4800 millones en las últimas nueve semanas.

Pero en la última semana, a la luz del conflicto entre Israel e Irán, BofA retiró su consejo de compra sobre bonos en dólares de la Argentina, Ecuador, Sri Lanka y Sudáfrica.

Esto se debe a que, intrínsecamente, por aversión al riesgo, los bonos de países emergentes tienden a perder mercado vs. los activos considerados por el mercado como refugio.

En ese contexto, se reactivaron las entradas hacia bonos del Tesoro y deuda soberana (u$s 1000 millones), instrumentos indexados a la inflación (TIPS en inglés) por u$s 100 millones y préstamos bancarios (u$s 400 millones), lo que sugiere una mayor diversificación dentro del universo de renta fija en un contexto de cautela monetaria y búsqueda de rendimiento.

El otro gigante de Wall Street

Esto coincide con la mirada de Goldman Sachs. El banco de inversión comentó este lunes en un informe que, los mercados emergentes comienzan a recuperar el interés de los inversores internacionales, impulsados por un giro en la asignación global de capital.

"En la última semana, los fondos globales de mercados emergentes (GEM) registraron ingresos por u$s 2400 millones, y acumulan u$s 3400 millones en el último mes", dice el documento.

Para el Sachs, a nivel regional, Europa lideró las entradas con un 2,9% de su patrimonio bajo gestión (AUM), reflejo de una estrategia de diversificación por fuera de EE.UU.

En la región, el premio se lo llevó Brasil, que "registró entradas de capital por u$s 300 millones en la última semana, en contraste con salidas en otros países como Sudáfrica", advierte.

El banco es claro: "Brasil muestra una elevada asignación dentro de los portafolios de EM, con un 7% del total". Palabras más palabras menos, el interés de los inversores por el gigante sudamericano creció en los últimos meses, con compras por u$s4.400 millones en lo que va del año.

Emergentes de alta calidad

El renovado interés se apoya en una combinación de factores estructurales y coyunturales. Las acciones de mercados emergentes cotizan actualmente en su nivel más bajo frente a las acciones estadounidenses en los últimos 50 años, lo que llevó a estrategas como Michael Hartnett, del BofA, a calificarlas como una "decisión fácil" en términos de asignación de cartera.

Esta brecha de valuación coincide con una sólida exposición a materias primas, que se benefician directamente del auge en demanda de energía y metales impulsada por el avance de la inteligencia artificial, todo en medio del conflicto en Medio Oriente.

Históricamente, los activos emergentes tienden a repuntar cuando el índice del dólar (DXY) pierde fuerza, incluso en contextos de suba de tasas largas. En los últimos episodios de caída del dólar, los mercados emergentes lograron subas superiores al 2% aun cuando los rendimientos del bono del Tesoro a 30 años avanzan.

Con este antecedente, y ante una posible desaceleración global moderada, el segmento de renta fija emergente podría ofrecer un refugio atractivo para el capital inversor, con tasas reales elevadas y cobertura natural ante un billete verde debilitado.

Desde BofA, David Hauner, jefe de estrategia de renta fija de mercados emergentes, mantiene una visión alcista sostenida para este universo de activos, que ahora empieza a ser compartida por un número creciente de operadores.

La convergencia de tasas altas, dólar débil y valorizaciones históricamente bajas puede estar sentando las bases para una rotación hacia los mercados en desarrollo, que han sido hasta ahora los grandes rezagados del rally global.