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Transcurría ayer la ceremonia de jura de ministros del nuevo gabinete en el Salón Blanco de la Casa Rosada, ajena a miradas extrañas de la prensa y las cámaras. En oficinas contiguas y en otras, dentro y fuera de la Casa Rosada, los equipos libertarios sudaban. Intentaban llenar los ravioles del organigrama del nuevo Gobierno.
La dificultad se presentaba, por ejemplo, en la designación de funcionarios que fueron convocados para trabajar en el proyecto del nuevo Estado.
En su discurso en las escalinatas del Congreso, Javier Milei prometió que el extraordinario ajuste por venir lo pagará el Estado, no el sector privado. Hasta última hora de anoche, los afiladores de la motosierra dudaban en poner la firma para hacerse cargo.
A última hora, la oferta laboral iba más allá del ajuste pragmático que el nuevo presidente forjó ni bien resultó electo en el balotaje del 19 de noviembre. Se hablaba ayer de recortes masivos, algo no convenido con los futuros funcionarios convocados. Espadas relevantes para el proyecto más estratégico del Gobierno se tornan todavía difíciles de convencer.
Es sólo un ejemplo de la parte de la gobernabilidad que excede al poderío legislativo.
Los puestos en danza
El discurso fiscalista que expuso ayer Javier Milei seguramente tendrá una resonancia positiva en el mercado. Sin embargo, la dificultad de esta parte de la gobernabilidad presentará imprevistos.
Es probable que, contra las expectativas generadas, el mercado tenga que esperar todavía algunas horas para la puesta en marcha de medidas más esperadas, sobre todo el esquema cambiario.
En el BCRA, sin ir más lejos, durante la jornada es posible que se haga operativa la toma de posesión por parte de Santiago Bausili, como presidente, y Vladimir Werning, como vice. Se desconocían los directores que acompañarán la gestión. Con los dos principales funcionarios operativos podrían tomar decisiones, pero no está claro que ya estén en condiciones cabales.
Los caminos
Con decisiones aún guardadas bajo siete llaves, los caminos posibles son dos. Los dibujó MegaQM en un informe a sus clientes. Un escenario de shock inicial, con un overshooting inicial de la cotización del dólar y mejora del tipo de cambio real. De ese modo, buscará ganar reservas, reducir rápidamente la brecha cambiaria y licuar los pasivos del Central. Bajarían las tasas de interés por la menor expectativa de devaluación.
La opción sería un escenario gradual, corrigiendo el tipo de cambio nominal hacia un tipo de cambio de equilibrio; la búsqueda de financiamiento para lograr intervención en el mercado y el mantenimiento del desdoblamiento cambiario a través del mix de liquidación con el contado con liquidación y el impuesto PAIS para contener la brecha y recaudar.
Con esta última opción, se intentaría minimizar el costo social del ajuste cambiario. Este "suavizamiento" del shock inicial buscaría alcanzar la liquidación de dólares del campo para que la llegada de dólares permita completar la salida del cepo cambiario.
Consenso
Hasta ahora, oficialmente, el ministro de Interior, Guillermo Francos, explicó que el dólar a $ 600/ $ 650 sería suficiente. Del entorno del ministro de Economía, Luis Caputo, ha trascendido que esa cotización del dólar oficial sería la deseada, para evitar el impacto de la devaluación en los precios. Es decir, podría estar consolidándose un escenario gradual.
Imperan los detalles. Primero hay que saber llegar; después, como en el tango y en palabras de Miley, saber sufrir y esperar.




