La caída en las tasas de interés provocó que los emisores bajaran el costo de financiación para las 12 cuotas, que el 17 de octubre había subido al 107% de tasa nominal anual, y ahora cayó al 90%.
El gran problema, sin embargo, radica en el costo financiero total, que era del 278% para entidades no financieras y del 218% para entidades financieras y ahora bajó al 203% y al 165%, respectivamente, con lo cual aún es elevado, pero al menos no tan altas como antes de las elecciones.
Es que, una vez disipado el ruido electoral, la política económica se concentró en atacar uno de los mayores males de los últimos meses: las tasas de interés estratosféricas y volátiles.
Nuevo escenario
Por supuesto, esta estrategia tuvo un costo para el Gobierno: el centro de gravedad del tipo de cambio oficial ahora está más cerca del techo de la banda cambiaria.
De todos modos, lo cierto es que, en el mercado de pesos, las tasas regresaron a niveles más tolerables y las curvas dejaron atrás las marcadas pendientes negativas que se traducían en estrés financiero.
Baja de tasas
El Banco Central (BCRA) y el Tesoro ayudaron a consolidar este proceso con intervenciones quirúrgicas, que se trató de bajar la tasa de referencia del mercado de 25% a 22%, según destacan los analistas de GMA Capital.
“En este contexto, el mercado de pesos está dando que hablar. Las tasas regresaron a niveles cercanos al 30% anual, algo que no veíamos desde julio de este año”, señalan.
Además, una novedad rompe con la tendencia de los últimos meses: ni la curva de Lecap, ni la CER operan con las marcadas pendientes negativas que supieron denotar estrés hasta hace poco.