Evitar nuevos sobresaltos. Ese parece ser el norte del ministro de Economía Luis Caputo. Tras ganar las elecciones legislativas, el Gobierno anunció que acumulará reservas si aumenta la demanda de dinero.
Así, busca evitar una secuela del episodio de las Lefi, que desarmó en julio y marcó el comienzo de la volatilidad cambiaria y de tasas, que se acentuó con los comicios.
“La acumulación de reservas es, en nuestra idea, contra demanda de dinero. Queremos evitar situaciones del pasado. No queremos volver a la bola de Lebac o Leliq”, aseguró Caputo. Ayer las tenencias brutas del BCRA cerraron en u$s 40.680 millones. El camino para lograr esa remonetización es reducir la volatilidad y reactivar la actividad económica.
“Primero se tiene que acabar el sobrante monetario. En noviembre de 2023 era 10 puntos del PBI que equivalía a u$s 70.000 millones de dólares. En noviembre de 2025, alcanza 1,5 puntos porcentuales: son pesos equivalentes a u$s 10.000 millones de dólares. No hay que subestimarlo”, afirma Ramiro Castiñeira, director de Econométrica.
En octubre, la Base Monetaria se contrajo 3,1% por el apretón que impulsó el Gobierno. Fue la mayor caída en un año y medio: descendió $1 billón, producto del desarme de depósitos a plazo fijo y la búsqueda de cobertura cambiaria.

A medida que se acerca fin de año, debiera ocurrir lo inverso: un aumento por mayor demanda de dinero para pagar aguinaldos y vacaciones. Según estimó la consultora 1815, la demanda de circulante debería crecer en torno a $ 1,5 billones en diciembre solo por estacionalidad.
El Banco Central ya empezó a dar indicios de relajamiento monetario, al flexibilizar el efectivo mínimo de los bancos y reducir al 95% la exigencia de integración de encajes. Y también al bajar las tasas de interés en las operaciones simultáneas de BYMA al 22%, generando un efecto derrame sobre cauciones, letras y bonos, y plazo fijos.
“La remonetización se dará a medida que la población vuelva a querer pesos para invertir, si se equilibran los flujos externos y el tipo de cambio se acomoda dentro de las bandas”, considera, por su parte, Sebastián Menescaldi, director asociado de Eco Go.
La forma de implementarlo es el famoso Punto Anker: que se desarmen posiciones en títulos públicos y esos pesos vayan a financiar al sector privado, impulsando al crédito y a la reactivación de la actividad.
Pero el proceso no será de un día para el otro. Castiñeira asegura que durará, al menos, seis meses: “Desarmar este 1,5 punto de sobrante monetario puede llevar más de seis meses. Recién sería a partir de la mitad del año que viene. Ahí, si hay una demanda genuina de pesos, el BCRA puede comprar dólares y aumentar la disposición de pesos para el sector privado”.
Para el analista financiero Christian Buteler, el problema para acumular reservas no está en la demanda de dinero, sino en que el tipo de cambio continúe cerca del techo de la banda. “Si el Gobierno logra concentrarse en hacer rebotar la economía y eso se traduce en un crecimiento sostenido en el tiempo, la remonetización se va a dar sola”, opina.
El Gobierno logró capear la tormenta a partir del 26-O, pero el programa económico aún enfrenta retos: que la sociedad demande pesos no para correr al dólar, sino para financiar el crecimiento de la actividad.




